2

129 16 0
                                    

-- Entonces me despido, les mandé la dirección de su departamento por mensaje, aquí están las llaves. Cuiden el uno del otro, ojalá hayan captado lo que les dije... -- Se despidió, acompañado de un apretón de manos a cada uno y dejándonos solos en la sala, después de dejarme las llaves de nuestro próximo hogar.




-- No me esperaba del todo a esto, que intenso. -- Suspiró riendo levemente.

-- Yo tampoco... -- Imité, un poco tímida.

-- No nos queda otra. ¿Te apetece ir a ver el apartamento? -- Preguntó las cejas alzadas.

-- Bueno, iré a cambiarme, te veo en la entrada. -- Contesté regalándole una sonrisa.

Hoseok asintió y me dirijí al camarin donde estaba mi bolso. Reemplazé mi buzo deportivo por unos jeans anchos con un top colorido, me solté el cabello y me lo peiné. Claro, después de ser bailarina, era una persona común y corriente. No usaba mi ropa de entrenamiento para salir a la calle ni estaba con el cabello recojido todo el día.

Por último, retoqué mi rostro y guardé todo en mi bolso para ir a la entrada del estudio, donde estaba el hombre con su celular. Él también se había cambiado de ropa y se veía bastante bien, lo admito. Hoseok era un hombre atractivo. Este notó mi presencia y me dirigió una sonrisa.

Miré por la ventana y noté que el tiempo estaba horrible y yo estaba en top, por lo que me puse mi sudadera para no morirme de frío.

-- ¿Has recibido la dirección? -- Pregunté poniéndome la prenda.

-- Sí, queda cerca, podemos ir caminando. -- Informó mirándome para después abrir la puerta y dejarme pasar primero.






Hoseok resultó ser un hombre extremadamente amable y alegre, me parecía muy agradable estar con él. Tenia el sentimiento de haberlo conocido antes. Habiamos caminado por un par de calles, esto nos dió el tiempo de conocernos superficialmente.

Este hombre era unos años mayor que yo, pero parecía bastante joven. Era un bailarin con experiencia, llevaba desde muy chico con lo que lo apasionaba, al igual que yo. Teníamos más o menos los mismos principios, ambos eramos muy competitivos y queríamos llegar a ser lo mejor posible. Los dos vivíamos para la danza, eramos dos jóvenes apasionados que darían la vida por aquello.

Cuando llegamos a la dirección, quedamos bastante sorprendidos. No era un estudio, ni un departamento pequeño para estudiantes cómo podría esperarse. Era una hermosa casa muy bien mantenida.

Nos adentramos curiosos, no era excesivamente grande, pero todo estaba impecable y muy bonito. Había una cómoda sala de estar al entrar, seguida de una espaciosa cocina para después encontrar todo lo que se encuentra en una casa promedio.

Dos habitaciones la una al lado de la otra, teníamos espacio y todo era muy cómodo. Hasta había una sala de entrenamiento al fondo de la casa: estábamos felices. La casa tenía todo lo que necesitábamos.

Nuestro contacto era raro, por que no nos conocíamos, pero sabíamos que íbamos a ser nuestro próximo 24/7. No nos atreviamos a soltarnos de verdad.

-- Bueno, ya es tarde, no sé cómo te organizas, pero yo como temprano,¿Quieres cenar ahora? -- Cuestioné lavandome las manos.

-- Te sigo, te ves mucho más organizada que yo, confío en ti. -- Rió acercándose a la cocina, donde me encontraba.

-- ¿Qué te gusta comer en la noche? -- Pregunté, abriendo el refrigerador.

-- Puedo adaptarme a lo que sea. -- Respondió.

-- ¿Puedo preparar contigo? Digo... Ya que debemos pasar tiempo juntos... -- Agregó.

-- Sí claro, sin problema. -- Respondí con una sonrisa.

Decidimos preparar un salteado con arroz, algo simple. Resultamos ser un muy buen y eficaz equipo. Mientras cada uno hacía su parte del trabajo, conversábamos. De todo y de nada.

-- Creo que mientras más pronto consigamos confianza el uno con el otro, más rápido avanzará nuestro trabajo. Entonces... Te parezca o no, yo dejaré la vergüenza e incomodidad de lado. -- Anunció mientras cortaba unos vegetales.

-- Intentaré hacer lo mismo, tienes razón. Solo no estoy acostumbrada, todo esto se viene muy de una. -- Justifiqué haciendolo reír.

-- Ya nos acostumbraremos, tranquila. -- Aseguró.



Una vez la cena lista, nos sentamos el uno frente al otro a comer.

-- Y acerca de tu familia, ¿Qué cuentas? Sin querer incomodarte, claro. -- Preguntó.

-- No te preocupes, dejemos lo incomodo de lado.-- Repetí simpáticamente. -- Pues soy hija única y mis padres viven en Busan, me mudé a Seúl para mis estudios de danza y... Estoy soltera, si eso cuenta como familia. ¿Y tú? -- Expliqué haciendo reír al hombre.

-- Está bien, yo también soy soltero. Vengo de al lado, Gimhae. Pero yo tengo un hermano. -- Respondió.

Sin duda, era un hombre extrovertido y no era nada tímido. Despejaba una alegría constante y se notaba bastante sincero.

Terminamos de comer, hablando de nuestra vida personal, de danza, de lo que ya habíamos hecho o logrado... Concluimos que ambos estábamos muy curiosos sobre las clases de nuestro nuevo profesor, quien era muy bueno pero bastante loco.

-- Te gustaría que empezemos alguna serie... ¿Juntos ? Porque suelo ver películas en la noche, podría ser divertido para tomar confianza. -- Propuso una mano detrás de su nuca.

-- Oh, que buena idea. Podemos ir a mi habitación, es mas cómodo encima de una cama. -- Contesté.

Hoseok asintió y fuimos a elegir una serie.





Gracias por leer❤️


Dancer [ 𝗝𝗛𝗦¹⁸ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora