13

105 9 4
                                    

Una vez llegados al aeropuerto, hicimos los trámites necesarios para el vuelo, nuestro profesor acompañándonos hasta el último segundo.

Este último mes, mi vida había cambiado más que nunca. Para empezar, pensaba haber encontrado el amor de mi vida. Luego, había encontrado un segundo padre, así es, me había encariñado un montón con mi profesor. Por último, había aprendido más que nunca en lo que me apasionaba, la danza.




Abrazamos una última vez nuestro profesor, igual de entristecidos que ilusionados.

-- Ayer... Nos hemos divertido un poco. Y con Ji sabemos que esto saldrá increíble. -- Comentó mi chico.

-- Yo también estoy seguro. Ustedes parecen ser de otro planeta de lo buenos que son. -- Agregó el profesor, dando una palmadita en el hombro de Hoseok.

-- Solo estoy asustado por los otros participantes, pobres... No saben lo que les espera. --Bromeó el mismo.

Reímos todos, antes de despedirnos de verdad y pasar a la aduana, nuestras manos entrelazadas. Vi de lejos el profesor, quien nos miraba enternecido. Nos despedimos con la mano una vez los pasaportes y maletas revisadas.

-- Dios... Nunca hubiera imaginado que ocurriría esto un día. -- Comenté sintiendo como Hoseok apretaba mi mano.

Nos detuvimos en un café y pedimos unos para llevar, antes de adentrarnos en el avión, listos para largas horas de espera.





20:30

Luego de doce horas de vuelo, habíamos llegado a Nueva York, bastante cansados. Hoseok cerró mi abrigo y me cubrió el rostro con un tapa boca antes de salir del aeropuerto.

Nuestros guardaespaldas no nos dejaban solos un segundo, algo bastante inusual para nosotros. Era increíble como nos miraban en la calle, pues en la capital se sabía que llegaban los participantes del gran concurso.

Luego de unas decenas de minutos en un enorme auto negro, llegamos a un edificio gigante y al parecer muy lujoso. De lejos, veíamos decenas de carros negros llegar y otras parejas de bailarines acercarse al edificio.

Se veía que esto era una instancia internacional. Era bastante estereotipado decir aquello, pero era verdad. Se podía apreciar la pareja rubia europea, la latina, y un montón más. Nosotros éramos una de las tantas asiáticas.

Según lo entendido, todos los participantes alojaban en el mismo hotel, es decir el gigante edificio que teníamos en frente. Tomé la mano de Hoseok y tiré hacia delante para rápidamente dirigirnos hacia nuestra habitación. Sí, me había dado un ataque de timidez al ver toda esa gente. Hoseok se burló de mí, simpáticamente.

Subimos entonces a nuestro cuarto que por cierto era gigante y lujoso. Por correo, recibimos el horario y las instrucciones. Mañana teníamos que ir al teatro donde concursaríamos. Ahí nos darían tiempo para conocer el escenario y darnos instrucciones. El resto del día estaba bajo nuestro cargo. Con Hoseok sentíamos de la misma manera. Teníamos salas de entrenamiento a nuestra disposición y contábamos pasar nuestro tiempo libre ahí.

Pasado mañana, era el gran día y desde muy temprano, empezaban las audiciones. Nos tocaba medio día, nuestra primera prueba con dos coreografías técnicas. Después, si quedábamos, íbamos a presentar nuestros solos, concursando entonces separados. Si quedábamos, pasábamos a la etapa final, la de la coreografía de swim. Sabíamos que todo podía estar genial, pero también existía la pequeña posibilidad de accidentes y errores, lo que nos tenía nerviosos.

Después de horas de pensar y dramatizar, logré dormirme en los cálidos y musculosos brazos de Hoseok.





8:28

Nos encontrábamos en el enorme salón de comida del hotel, ya listos en términos de ropa. Todos los concursantes ya se encontraban desayunando, al igual que nosotros.

De lejos, podía observar que la mayoría no eran novios, lo que era una muy buena señal. Solo se veían como muy buenos compañeros, pero no tenían esa complicidad que tanto nos había costado conseguir con Hoseok.

-- ¿Vas a querer café? -- Preguntó, como todas las mañanas. Cada vez, le negaba, ya que este servía café negro que era demasiado amargo para mí.

-- Juguito de naranja, Hobi. -- Corregí, esparciéndole mermelada en su tostada.

A Hoseok le gustaban las tostadas, por alguna razón extraña, las mías en particular. Por eso me obligaba a preparárselas cada mañana. 

-- Estoy seguro que un día también caerás en la adicción del expresso. -- Comentó tomando un sorbo de la asquerosidad de liquido que me había propuesto anteriormente. 

-- Nunca. -- Respondí, fingiendo una expresión de repulsión.

Así, pasaba el tiempo volando con ese hombre. Unos minutos después, ya era la hora de dirigirnos al teatro.

-- Vayamos caminando, no nos demoramos nada. -- Propuse, luego de que nuestros guardaespaldas nos ofrezcan el auto.

Era bueno para mantenerse activo, pero también seguir siendo humilde.




10:20

-- Entonces, si ya no hay más preguntas, pueden retirarse. -- Autorizó la coordinadora, después de cotorrear sin pausas por decenas y decenas de minutos.

Nos levantamos y fuimos directamente a la sala que nos tocaba, al igual que las decenas de participantes en la sala.

Podía sentir la tensión entre las parejas, porque sabíamos que éramos rivales. Nunca antes había estado tan cerca que personas exactamente iguales a mí, que vivían lo mismo en el mismo momento. Las chicas eran todas muy fuertes y delgadas, así como los chicos en muy buena forma.

-- Dios, nunca hubiera pensado que estaría tan nervioso. -- Comentó, mientras caminábamos.

-- Vamos... Tranquilo, hemos trabajado un montón. Tenemos que seguir estando seguros de nosotros. -- Aseguré tratando de serenarlo.

Hoseok tomó mi mandíbula y me besó tiernamente después de escuchar mis palabras. Cada segundo entre nosotros calzaba perfecto. Cuando uno estaba mal, el otro lo animaba. Éramos suficientes el uno para el otro.

Sí que amaba a este hombre.





Gracias por leer ❤

Dancer [ 𝗝𝗛𝗦¹⁸ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora