Nunca había oído hablar de las fresas. Pensaba que se trataba de una persona cuando escuché por primera vez eso: fresas. Esta mañana me levanté con dolor en mis pies pero ya estoy acostumbrada, mis pies estaban descalzos y tal vez por eso tengo tanto frío.
El mismo señor de ayer -el mismo que me dio el pan- hoy vino hacia dónde yo estaba y me trajo fresas. Muchas fresas. Son muy ricas y me gusta mucho su sabor, creo que mucho más que el sabor del pan... Las acepté porque tenía mucha hambre sin embargo la señora de ojos bonitos siempre dice que no debemos aceptar cosas de la gente en la calle.
Nunca debes aceptar nada de nadie en la calle, Célia. En el mundo hay gente buena y también hay gente mala. No sé lo que es la gente mala, ¿que es la gente mala? ¿que es malo? Quisiera poder saber, tengo muchas dudas. ¿Quien hizo la nieve? ¿Dónde están mamá y papá? Quisiera tener las respuestas. La señora de ojos bonitos dice que soy muy pequeña para entender ciertas cosas pero que no debo preocuparme ya que tengo gente que me quiere. Yo no pienso que sea tan pequeña, mi cabello es corto y es amarillo. Sé cual es el color amarillo porque la señora de ojos bonitos me lo enseño. Otra vez, quisiera recordar su nombre.
"¿Dónde están tus padres, pequeña?" miro al señor a mi lado mientras termino de comerme mi fresa, decido que voy a guardar algunas para cuando encuentre a Zoe y los demás. A ellos les gustaran.
"Eso mismo me pregunto. No lo sé" respondo, apartando de mi cara un mechón de mi pelo "La señora de ojos bonitos me dijo que Dios me los traerá pronto, ¿usted sabe cuándo?" le pregunto, dejando de comer y mirándolo. Es raro y no es tan bonito como la señora de ojos bonitos. Me pregunto porque tendrá la cara arrugada.
El señor empieza a llorar y siento que yo también voy a llorar porque está llorando. Quisiera que dejara de llorar porque me siento triste por él. No se lo que es malo pero siento que el señor es bueno y me ha dado fresas y pan... quiero que deje de llorar.
Me acerco a él y con mis dedos limpio sus lágrimas. Él sonríe.
"Estoy seguro que tus padres están cerca pequeña. ¿Cómo te llamas?" me alegro de que ya no está llorando. Había visto llorar a la señora ojos bonitos cuando la vi por primera vez, ella lloraba mucho y decía cosas que no lograba entender.
"Cé-li-a" digo, pronunciando mi nombre como la señora de ojos bonitos me lo enseñó. Ella me enseña todo lo que sé. Me iba a enseñar a leer, me pregunto cuando ser+a¡ eso.
"Ese es un nombre muy bonito" dice y asiento con la cabeza. Él también piensa que es un nombre bonito.
Sonrío. "Sí, ¡lo es! Muchas gracias por las fre-sas" niega con la cabeza y regresa a su local, pero regresa luego con unos zapatos y un abrigo. Dice que es para mí y lo miro con curiosidad, el abrigo es marrón y pesa un poco pero cuando me lo pongo no siento tanto frío. Luego dice algo cómo que "Lo siento" y se va llorando, me siento curiosa... ¿por qué las personas lloran? Yo lloro porque no me gusto ver al señor llorar.
Las personas lloran porque se sienten tristes.
Como algunas fresas y pienso en volver con la señora de los ojos bonitos, ella debe estar muy triste y preguntándose dónde estoy, eso podría hacerla llorar, y no quiero hacerlo.
Por más que lo intento no recuerdo que camino tomar, camino por una avenida dónde hay muchas personas caminando apresuradas. Me dan un poco de miedo... la calle está decorada por muñecos graciosos que tienen nariz de zanahoria. ¿Quién podría tener una nariz de zanahoria? Tal vez le pregunte luego a Dulce. ¡Dulce! Así se llama la señora de ojos bonitos! Por fin lo he recordado y es un nombre muy bonito, como ella.
Un niño se acerca a mí y me toca la mejilla. ¿Por qué me toca la mejilla? Tiene los cachetes rosados y es algo gordo... y un poco raro.
"Eres muy bonita" su voz es extraña, chilla y habla bajito. Ahora, ¿porque ese niño esta tratando de poner sus labios en los míos? Por suerte, una señora lo aparta de mí y grita unas cuántas cosas.
"¡Aléjate de esa niña, Ben! ¿que te he dicho de acercarte a extraños? ¡Esta niña está toda sucia! la señora dice hacia a mi y me mira extraña... como si yo fuera algo que le da miedo. Siento como las lágrimas se acumulan en mis ojos... no quiero darle miedo a nadie.
No quiero estar más ahí y corro llorando... me siento muy mal... ¿tal vez yo soy mala? Soy mala, soy mala, soy mala.
Dulce debe también cree que yo soy mala... no quiero que ella piense eso. ¿Dios también pensará que soy mala? Perdón Dios, perdón, perdón.
Mientras corro me doy cuenta de que mis pies duelen y me detengo, me limpio las lágrimas con mis manos y sigo caminando. No quiero estar sola, quiero a mi papá y a mi mamá. No quiero seguir esperando, los quiero ahora. ¿Por qué Dios no me los da ya? Estoy triste y por eso tengo muchas ganas de llorar.
Me quedo sentada en una banca en un lugar oscuro mientras espero sentirme mejor. Esta anocheciendo y decido continuar, quiero ir a casa. No con la señora mala ahí.
Recuerdo las fresas y las saco de dentro del abrigo que el señor me dio, quisiera poder también regresar pero no puedo recordarlo. Creo que también olvido las cosas porque soy muy pequeña.
"¿Célia?" escucho mi nombre y me detengo, dejando las fresas en mi mano mientras volteo hacia atrás. ¿Será un monstruo? Dulce también me decía que los monstruos existían pero solamente en los cuentos.
"¡Célia!" reconozco la voz y sonrío, ¡Es Dulce! ¡La señora de los ojos bonitos!
La señora de los ojos corre rápido y se acerca a más, cargándome en sus brazos. Me gusta que me cargue, me siento grande.
"Célia, oh... ¿dónde estabas? Te he estado buscando todo el día" la señora de ojos bonitos dice y se ve muy bonita. Tiene una rosa en la cabeza y eso me causa un poco de risa.
"Estaba tratando de buscar a Zoe, Max y Kevin" respondo con miedo. La señora de ojos bonitos nunca me ha gritado y siento que va a hacerlo.
"Célia, no puedes salir así pequeña" ella me dice con rostro serio. Agacho la cabeza y me doy cuenta de que hice algo malo, pero extraño mucho a Zoe, Max y Kevin.
La señora de ojos bonitos me abraza de nuevo y yo la abrazo. Me gusta mucho que me abrace, ella es muy buena y me gustaría que ella fuera mi mamá. ¿Mi mamá será tan bonita como ella? Estoy muy feliz de verla, ella me quiere mucho y tengo que preguntarle muchas cosas.
"Un niño intentó tocar mis labios con los suyos" le digo cuando me ha bajado, ella ríe.
"¿En serio? Pues eso es porque eres una niña muy bonita" responde y toca mi nariz con su dedo. Eso me da cosquillas y río.
"Una señora me grito y creo que ella me tenía miedo, ¿yo doy miedo? No quiero dar miedo" le digo y siento que voy a llorar otra vez.
"No lo haces, Célia. Pequeña, estás muy pequeña para entender ciertas cosas. Tienes que prometerme que nunca más volverás a salir sola Célia, ¿me lo prometes?" ella limpia mis lágrimas y asiento porque no quiero volver a decepcionarla. Tal vez Dios no me trae a mi mamá por que doy miedo... o tal vez, la señora de los ojos bonitos es mi mamá.
Ella siempre me cuida. Tal vez ella es mi mamá.
Volví a re-subir la historia, los primeros capítulos no los editaré, pero los demás sí, eso quiere decir que, sí, el final cambiará ((:
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Celia.
FanfictionCómo una persona puede cambiarte la vida, y cuándo menos lo esperas, ya dependes de ella. hermosa portada by: redun-dxnce