Celia.

XX. Holmes Chapel

020: Holmes Chapel. 

Cuando al fin puedo vislumbrar claramente el cártel con la denominación "Bienvenidos a Holmes Chapel" suelto un suspiro y aligero la fuerza de mis dedos sobre el volante, mi espalda duele un poco y cuándo me muevo siento algo de alivio. Mamá aún permanece dormida en el asiento del copiloto y Gemma también lo está, Matías permanece tranquilo en su asiento especial y mi pequeña hija tiene sus ojos cerrados tranquilamente. Yo también tengo algo de sueño a decir verdad y conduzco un par de kilómetros más antes de poder llegar a mi antiguo vecindario. No puedo evitar que el sinfín de recuerdos de mi en mi juventud abunden en mi mente al observar las conocidas calles. Aquí están todos los nuevos recuerdos y estoy feliz de compartirlos con Célia. Escucho un suspiro cansado a mi lado y entonces mamá está despierta, ella me mira y me regala una sonrisa mañanera, a pesar de que son casi las seis de la tarde. 

El camino no fue tan largo desde Londres, además de que Célia estuvo muy atenta a su alrededor. Me la imagino corriendo por las mismas larelas por las cuales yo corrí de pequeño los próximos días, planeo quedarme por lo menos dos semanas. Holmes Chapel es un buen lugar para relajarte. 

"¿Quieres que lleve a Célia arriba?" mamá me pregunta y yo niego con la cabeza, Gemma está despierta cuando apago el motor, bajo del auto y abro la puerta del asiento trasero y me sorprendo de que Célia aún no se ha despertado, antes de que pueda seguir pensando la tomo en mis brazos y cierro la puerta cuidadosamente. Ella se mueve un poco y la calmo y deja de hacerlo. 

Gemma viene detrás de mí y Matías ahora está más despierto y parece contento de regresar a casa. Mamá abre la puerta y cuando entro me permito escanear todo, realmente me sorprendo de ver todo casi igual, a excepción de que el color de pintura es diferente y los muebles ya no siguen ser los mismos. No he estado aquí por casi tres años y se siente muy bien volver. 

Subo las escaleras lentamente y veo la puerta de mi habitación abierta y todo está perfectamente ordenado. A pesar de que ya estoy mayor, los autos y los demás juguetes permanecen en la habitación. Sonrío y dejo cómodamente a Célia en mi antigua cama y luego me marcho. Abajo mamá está re-acomodando las cosas en su lugar y sonrío al verla. Ella no se percata de mi presencia y luego cuando me ve, enarca una ceja y me hace señas para que la acompañe.

"¿Te vas a quedar mucho tiempo?" Me sorprende su pregunta y sé que ella quisiera que me  quedara aquí. Pero no lo sé, aunque sería una buena idea, es un buen lugar para ver crecer a Célia. 

"No lo sé. Tal vez dos semanas, ¿porqué?" le digo. 

"Hmm, no lo sé. Ojalá te quedaras mucho tiempo más que dos semanas" dice y noto un atisbo de tristeza disimulada en su voz. Mamá centra su atención en su teléfono celular en las manos y me mira al cabo de unos segundos. 

"¿Quieres ver a tu papá?" mamá me pregunta y frunzo el ceño.

"¿Va a venir?" en mi voz hay un cierto tono de sorpresa. Mi padre; Des, puede bien ser la persona más indiscreta y algo amargada del planeta y me encuentro obviamente sorprendido de ver que él va a venir por su propia cuenta.

Cuando mamá y papá se separaron yo era muy pequeño y no entendía ciertas cosas así que podría decir que no me afectó tanto como lo hizo con Gemma: ella tenía 12 años cuando eso sucedió y recuerdo que se había vuelto callada y su mirada feliz se había vuelto apagada y con un brillo de decepción. Pero bueno, gracias a Dios con el tiempo se dio cuenta de que a veces, las personas se separan, deciden tomar distintos caminos y no hay nada que hacer para remediarlo cuando la decisión es definitiva. 

"No lo sé, creo que lo hará." ella dice y ladea la cabeza.

Yo la miro con incredulidad y un atisbo de comprensión. "¿Y que ha pasado con Robin?. ¿Sigue pretendiendo a mi hermosa progenitoria?" doy un giro a la situación y ella se ríe genuinamente. Noto algo de brillo en su mirada al solo tocar el tema y ella parece muy entusiasmada.

"Qué cosas dices." trata de parecer desinteresada pero la sonrisa aún permanece en su rostro. 

La miro con eceptisismo "Mamá, te conozco." me acerco a ella "Sé que lo de papá fue difícil, y te entiendo, es el padre de tus hijos y fue tu esposo por 20 años. Pero creo, que deberías de pensar en una nueva oportunidad, aún eres joven y estás cargada de un aura de juventud a tu alrededor, mereces ser feliz de nuevo." 

"Gemma y yo ya estamos grandes e incluso, tenemos hijos. Y aún así, no te ves vieja." ella suelta una risa y palmea mi pecho ligeramente, yo sonrío y envuelvo mis brazos a su alrededor, su calor envolviéndome poco a poco en un murmullo. 

"Tal vez puedo decirle que se pase por aquí en la noche." ella sugiere y le doy una sonrisa que asiente. 

"Me parece una idea perfecta." me inclino y beso su mejilla, demostrándole cuánto la quiero. "Voy a dormir un rato.. sí Célia se despierta, ¿podrías...?"

"Sí, tranquilo hijo. Cuidaré de mi nieta." sus palabras me llegan y una sensación de felicidad incontable se expande dentro de mí. 

Me gusta que ella acepte a Célia, y me gusta todavía más que verdaderamente la sienta como su nieta.