No quiero a un papá como tú más.
Las palabras continúan atormentándome en mi mente mientras la sorpresa comienza a descender por mi cuerpo. Me siento a punto de caer por una espiral de la cual no saldré jamás y siento como sí mi alma abandonara mi cuerpo. El dolor es fuerte, explícito e insoportable y el duro pensamiento lo es aún más. Estoy a punto de caer sobre mis rodillas en cualquier momento y es el sentimiento más agonizante que puedes llegar a sentir; la indiferencia de alguien a quien amas.
Miro a la mujer frente a mí con rabia porque ella es la culpable de todo, de esto que ocurre ahora. Si ella no hubiera aparecido... pero eso no me importa ahora. Me giro estático sobre mis pies y miro a mi niña, quien está mirándome con lágrimas en los ojos. No quiero que ella esté así, no quiero ser yo el causante de sus lágrimas.
"Y-yo.." las palabras se quedan atoradas entre el nudo que se ha formado en mi garganta, impidiéndome hablar. He sido un total descuidado, había olvidado que Célia estaba detrás de mí y la había asustado con mis gritos, y ahora ella está asustada de mí.
Mi bebé continúa con su llanto mientras mi madres se acerca a ella y la abraza.
"Todo está bien, pequeña. Todo está bien.." Ella la tranquiliza acariciando su espalda y ella esconde su pequeño rostro entre sus brazos.
"Vete de aquí, ¿ves lo que provocas? Deberías sentirte avergonzada." Escucho voces a mis espaldas y unos tacones resonar sobre el suelo, lo cual me tranquiliza. Sin la presencia de ella aquí, me siento más calmado.
"Hija, perdóname, yo no quise gritar así." Me acerco a ella pero no la toco, de alguna manera tengo miedo de su rechazo. Ella no me mira del todo y permanece en los brazos de mi madre. "Sabes que te amo más de lo que podrías imaginar, ¿no? Eres mi luz y mi princesa, ¿sí?" mi voz se corta y va perdiendo el hilo, apagándose y siendo presa del llanto que está a punto de escaparse de lo más profundo de mi interior.
"Lastimaste a esa señora, eres malo." Sus palabras me hieren y se clavan como cuchillas en mi pecho y siento el mundo sobre mis pies.
Escondo el rostro entre mis manos y respiro profundamente. "No fue mi intención, hay cosas de esa señora que me lastimaron cariño, pero yo no quise hacerle daño. Te lo prometo." Le digo, y entonces soy consciente de que estoy llorando, y que hay personas alrededor de nosotros.
"¿Papi...?" ella dice.
"¿Sí, mi amor?" Le respondo, entonces mi pequeña se acerca a mí y con su manita limpia las lágrimas de mi rostro.
"No quiero verte llorar." Una sonrisa se forma en mis labios, pero la dura sensación permanece en mi pecho.
"Perdóname por hacerte llorar, no me gusta que llores. Y menos por mí." Le digo, limpio las lágrimas de su rostro y la abrazo. Mis lágrimas vuelven a salir de nuevo. "Eres lo más importante para mí, eres lo único que realmente me importará ahora y siempre, quiero que lo sepas."
"Yo igual te quiero, papi." ella besa mi mejilla y abrazo su pequeño cuerpo. Siempre voy a protegerla, nunca dejaré que nada malo le pase. Ni que nadie la dañe. Jamás.
(...)
Veo a Katie de nuevo cuando salimos del lugar de la fiesta, su presencia continúa siendo un shock y molestosa ahora, realmente quiero comprender que hace aquí. ¿Por qué volvió después de tantos años? ¿Por qué volvió después de haber destruido mi vida?
Conocí a Katie en la escuela, desde pequeños habíamos sido muy unidos ya que su mamá y la mía eran muy amigas en ese entonces, lo cual daba ventaja de que nos veíamos seguido. Katie siempre fue una mujer hermosa y era chica buena, dulce y alegre. Lo cual me lleva a cuestionar-me cuales fueron sus razones. Yo estaba enamorado – o creía estarlo – de ella en la juventud, quizá fue su belleza lo que me atrajo principalmente. El hecho de que todos quisieran ser su novio la hacía alguien atractiva, pero yo mismo sabía que no era eso solo lo que amaba de ella, la conocía más que a nadie y era su mejor amigo; conocía su pureza de alma y sabía todo acerca de su vida. Ella me contaba sus problemas y las cosas que le ocurrían, aunque fueran aburridas, siempre la escuchaba. Pero entonces, yo era su mejor amigo y las esperanzas de tener algo con ella se debilitaban transcurrido el tiempo. Pero un día ella me besó, había peleado con su madre y había ido a mi casa para buscar consuelo en mis brazos y entonces lo hizo, me miró fijamente y unió sus labios con los míos.
Después de eso, mis esperanzas crecieron de nuevo y tuve el coraje de confesar mis sentimientos. Teníamos 18 años para ese entonces y fui verdaderamente feliz cuando supe que ella me correspondía. Todo fue bien, amaba estar con ella y la creía la mujer de mi vida con todas las convicciones, ella era mía y yo era suyo, los dos lo sabíamos. Y decidimos sellar nuestro amor con el mayor acto que podrían tener dos personas que se aman; hicimos el amor. Pero eso, en vez de unirnos, terminó separándonos. Al cabo de unos días ella no era la misma, se mantenía distante y fría conmigo y me pregunté si la había lastimado, ella me negó y dijo que no había sido eso. Pero sabía que algo andaba mal con ella.
Una mañana desperté y una carta estaba en mi mesa de noche, era de ella. En la cual me decía que no me amaba y que su madre y ella se mudarían lejos y que no la volvería a ver. Eso me destrozó y algo me decía que esa no había sido la razón de su partida.
Dos años después de que ella se marchó, su madre regresó a Holmes Chapel, pero no con ella, Katie no venía. Busqué a su madre y le pregunté las razones de porqué Katie se había marchado y sus palabras fueron:
"Ella estaba embarazada, Harry. Le arruinaste la vida."
Quise buscarla, si ella estaba embarazada yo tenía un deber y el hecho de tener un hijo ya me ilusionaba, pero la noticia más amarga fue cuando la llamé y ella arruinó todos mis deseos.
"Ya no hay más hijo, Harry. No fui capaz de tener un bebé, lo aborté."
Esas palabras me habían atormentado por años y lo cual me impidió continuar con mi vida los siguientes años, pero entonces encontré mi camino en esa niña perdida la cual estaba desprotegida. Ella me había devuelto la vida y no lo sabía, ella era la razón de mi felicidad ahora.
Otra vez, Celia era la única que me importaba.
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Celia.
FanfictionCómo una persona puede cambiarte la vida, y cuándo menos lo esperas, ya dependes de ella. hermosa portada by: redun-dxnce