XVI. Christmas Eve

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Mientras bajo las escaleras pacientemente hacia la recepción, me digo lo feliz que estoy. ¡Pasaré la navidad con Célia! Hasta hace dos días casi la perdía, o eso creía yo, y sin embargo ella está conmigo ahora. Quiero que ella sea mi hija sin importarme nada, por eso, a principios de año pienso realizar todos los trámites necesarios para adoptarla y darle mi apellido. Estoy decidido, y nada ni nadie podrá hacerme cambiar de opinión.

Abro el capó de mi auto y saco los regalos que dejé la vez pasada, cuando encontré a Dulce, estuve pensando mucho en esa chica y realmente me agrada, aunque parece como si hubiera algo malo en su vida que trata de ocultar con una sonrisa y sí, yo soy el más indicado para hablar de eso. Sin embargo ella es muy callada con respecto a mí, no estoy diciendo que ella deba ser extremadamente habladora conmigo, pero, digo, siento el deseo de conocerla. Sólo porque vamos, está involucrada con Célia, y quiero estarlo con todo lo que involucre a ella. Estoy hablando demasiado con mi cabeza. 

Entonces tomo los regalos y agradezco que la chica algo malhumorada me dio una bolsa negra, tal vez ella era algo inteligente a decir verdad. Inteligente, pero con un mal trabajo. 

Esta vez tomo de nuevo las escaleras para llegar a mi piso porque debo intentar envolver estos regalos antes de que Dulce llegue; sí, ella y Célia están comiendo un helado y salieron a pasear un poco, y sé que no debería, pero eso me inquieta un poco. Pero quiero creer en la confianza que tengo en Dulce, ella ha demostrado que está feliz porque Célia esté conmigo y no debo preocuparme realmente. 

Voy a mi habitación y dejo los regalos en la cama mientras voy por la cinta para envolver en la mesa de noche, quito el gorro de mi cabeza y mi reflejo en el espejo capta mi atención, tengo el cabello muy largo, realmente largo. 

A ver, ¿por dónde debo empezar? Me imagino las preguntas que haría Célia en estos momentos y sonrío, es difícil que no piense en esa niña día con día. Me siento emocionado por esta noche buena y también estoy pensando en como reaccionarán mi madre y Gemma, es otra sorpresa que tengo, estoy también algo nervioso porque la conozcan y también de cómo reaccionarán. Saben lo que ocurrió hace años atrás y tal vez pueden alterarse por ello. 

Gemma podría entenderme, ella ya es madre y sabe lo que es tener un hijo, sabe la magnitud de responsabilidad que cae en tus hombros una vez que los tienes, y yo sí estoy dispuesto a tomarla. Inmediatamente cuando tenga los papeles de adopción la inscribiré en la escuela y le daré la infancia, la adolescencia y la vida que se merece. Le inculcaré ser una buena niña y valorar las más pequeñas cosas, y luego estaré feliz al verla superarse, pero también estaré triste porque algún día partirá a la universidad y la veré poco.

Cristo, estoy pensando muchas cosas y debo comprender que Célia es apenas una niña y vivirá poco a poco y lo mejor es que yo seré parte de todo eso, y eso es lo que me reconforta. 

Demonios, creo que no sabré envolver este regalo, tal vez debí pedírselo a Dulce desde un principio y no estaría teniendo este problema tan primario, creo que es más un trabajo de mujeres, ellas son mejores en todo. 

Mi teléfono celular suena en mi bolsillo y dejo los regalos intactos mientras contesto. 

"¿Hola?" hablo y mis suena algo apagada, no entiendo realmente por qué. 

"Eh, Harry, vamos para allá" es la voz de Dulce, suena incluso mucho más suave por aquí. 

"Oh, está bien. ¿Puedes envolver los regalos tú? No soy demasiado bueno en esto, realmente" le digo avergonzado y miro hacia la ventana de mi habitación, aún es temprano y la nieve cae desde el cielo. Siempre me ha gustado la navidad, y mucho más ahora, que tengo una persona especial para pasarla. 

Celia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora