Capítulo 43

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El resto del viaje, así como las siguientes semanas, se pasaron rápido, semanas en las que James y yo nos volvimos más unidos, salimos en varias ocasiones, se había vuelto un buen amigo, y se llevaba muy bien con David, a veces íbamos a su casa a ver películas o simplemente a pasar el rato, la señora Maslow siempre era muy amable con nosotros, aunque a veces se comportaba un poco extraño, se la pasaba muy pensativa y en ocasiones se quedaba analizando a David y luego volteaba a mirar a James, era un poco raro, pero no le presté mucha atención.

Me encontraba acostada en el sofá viendo televisión junto a Kendal, hoy era uno de esos días en los que no sabíamos que hacer para distraernos y nuestro único entretenimiento era la preciada televisión.

-creo que esto se está volviendo aburrido –habló kendall después de terminarnos de ver la quinta película del dia

-y que quieres hacer? –me incorporé en el sofá- es sábado y no tenemos a donde ir –dije un tanto desanimada

-podemos ir al centro comercial, llevemos a David a los juegos y de paso jugamos nosotros en las maquinitas –eso sonaba tentador- y... te llevaré a comer

-me convenciste –sonreí- iré a cambiarme y a alistar a David, deberías hacer lo mismo –subí casi corriendo las escaleras, llegué a mi habitación y me apresuré a cambiarme de ropa, había tomado una ducha hace unas horas, por lo que no vi necesario volverlo a hacer; una vez lista, fui a la habitación de David, al llegar lo vi acostado en su cama viendo caricaturas en la televisión- cariño, vamos a salir, hay que cambiarte de ropa –dije en cuanto abrí la puerta

-¿a dónde vamos mami? –preguntó mientras se sentaba en la cama a esperar a que sacara su ropa

-al tío Kendall se le ocurrió llevarte a los juegos del centro comercial, esos que te gustan –me acerqué a él y lo ayudé a cambiar- y también nos llevará a comer

Luego de eso, termine de cambiar a David y, junto a Kendall, salimos con dirección al centro comercial, el día estaba un poco soleado, pero no hacía calor, se podría decir que el día estaba perfecto para salir a divertirse, y justo eso estábamos haciendo nosotros.

Al llegar al centro comercial, no perdimos el tiempo y casi corrimos hacia el área de juegos, la gente nos miraba raro porque Kendall y yo parecíamos niños inmaduros, pero, ¿adivinen qué? Eso no nos importó, hace tiempo ambos aprendimos a ignorar lo que las personas digan de nosotros, y simplemente no nos importa, solo queremos ser nosotros mismos sin importar nada ni nadie.

-muy bien, cariño, Kendall y yo estaremos por aquí cerca, si necesitas algo, no dudes en llamarme y vendré corriendo –le dije a David, el cual iba a montarse en uno de eso juegos para niños en donde puedes escalar, deslizarte por un tobogán y aterrizar en una piscina de pelotas

-¿te quieres calmar?, solo va a ir a jugar, no a la guerra –Kendall rodó los ojos, lo miré mal- además, el encargado va a mantener vigilados a todos los niños

-está bien –suspiré- ve con cuidado –David asintió y se fue corriendo a jugar con los otros niños

-¿crees que sea nuestra culpa el que ya no dejen entrar a los padres con los niños? –preguntó mientras nos dirigíamos a las maquinitas. Recordar eso hace que sonría; la última vez que vinimos aquí a traer a David, Kendall y yo nos metimos con él a los juegos, en ese tiempo dejaban a los padres entrar con sus hijos para cuidar de ellos, la cosa es, que Kendall y yo dejamos salir a nuestro niño interior y comenzamos una guerra en la piscina de pelotas. Fue un poco penoso porque tuvimos que disculparnos con el encargado al casi hacer que lo despidieran, pero fue muy divertido

Un Hijo Tuyo  (James Maslow Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora