Lo que haces en la preparatoria, lo que te pasa y lo que aprendes es lo que se queda para siempre, lo que te define. Todos pensamos que la preparatoria será lo mejor de nuestra vida y sí, a veces lo es, descubres personas súper geniales y otras que no vale la pena conocer, te enamoras de muchas personas (esto no aplica en mi caso), sales a fiestas, bebes, fumas, bailas y todo con un ojo en la escuela.
Por lo menos eso es lo que yo imaginaba que pasaría, tenía un concepto muy grande de “preparatoria” y no fue igual, para nada. Quizá sea que no tengo tanta suerte o que en mi otra vida fui muy mala y egoísta, una asesina serial que murió sola en una cárcel de alta seguridad o una vieja solitaria y amargada. No lo sé, pero en esta vida, te juro Dios, Hades o quien sea que controle esto, que no seré tan mala.
Sí, intenté suicidarme pero era una niña tonta que no valoraba nada, depresiva y muy decepcionada de su madre. Y ahora soy una chica tonta que no se valora y está obsesionada con un chico idiota que sólo la usa para darle celos a su enamorada, que patética soy.
–Sam, me iré con Gil ¿te importa? –pregunta mi amiga Serena sacándome de mis pensamientos. Ella no se despegó de mí en todo el día porque creía que me pondría a llorar en cualquier momento.
–No importa, estoy bien –contesté y revise mi teléfono.
Nada de Amador.
Es obvio que se enteró de eso. Toda la escuela lo supo.
Mi amiga me mira con cara preocupada pero le sonrío y se tranquiliza. Se va y me deja sola con mi mente agobiante.
Adiós a la linda reputación que tenía. Ahora todos me verán con lastima o miedo, nada se sabe.
Mi WhatsApp está lleno de mensajes así:
“¿Estás bien?” “Cualquier cosa puedes hablar conmigo” “Todo estará bien” “Lo siento, por lo de tu mamá” “Si alguna vez me burlé de ti me disculpo”
Ya no más “Buenos días” “Te invito a mi fiesta” “Hola guapa”
Mi teléfono vibra y vibra con más mensajes de lastima. Genial. Estupendo. Fantástico. Increíble.
Clases de sinónimos con Samanta.
– ¿Por qué tienes esa cara de loca? –pregunta Marcos detrás de mí.
Se posa frente a mí y sonríe.
–Al parecer ya me volví loca –respondo con una mueca.
–Bueno señorita desquiciada, vengo por usted para ir a comer algo –dice con tono teatral.
–Acepto su propuesta, mi querido acosador –le sigo el juego.
Extiende su brazo y caminamos hacia la salida de la escuela.
–No deberías estar aquí, podrían hacerte algo –reclamo.
–Escuché que una damisela ocupaba un acompañante y me ofrecí voluntario, soy muy valiente.
Su comportamiento y su compañía me hacen sentir mejor. Casi olvido todo lo que pasó este día. Y digo casi porque Amador se interpone en nuestro camino, me toma del brazo y me arrastra hacia un aula vacía.
–¿Qué pasa ahora? –pregunto serenamente.
–Quería saber cómo estabas pero supongo que estas muy bien ¿no? –dice irónicamente.
–Estoy bien.
– Por última vez te pregunto, ¿qué mierda estás haciendo? –Dice cabreado –Lo que sea que estás haciendo, déjame decirte que juegas con fuego.
¿Celoso? ¿Amador?
– No lo entiendo, en serio que no comprendo nada –le digo irritada – tú me dijiste "esto sólo es un plan" y lo acepté, soporté los celos y las miradas de odio de tus fans, contuve las ganas de decirte cuanto me molestaba fingir y tú vienes, después de aclarar que lo nuestro no es real y te dan celos de mi mejor amigo.
Él se queda claramente sin palabras.
–No me jodas. Me reclamas a MÍ qué he estado enamorada de ti desde hace tiempo– el pone una cara de sorpresa que me enoja más–, cuando tú tienes una persona especial, vienes y me demuestras celos a mí, que sólo soy tu plan.
Él intenta hablar, pero decide quedarse callado y yo huyo de nuevo.
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Antagonista.
RomanceEstoy cansada de siempre quedar como la mala, todos la ven a ella. ¿Cómo es qué no notan que mi mundo se derrumba?