🌊 #sanegiyusaneweek2020 🍃
Prompts:
Día 1: Familia / Hogar / Visita de tumbas
Día 2: Piggyback / Niños / Corona de flores
Día 3: Flor de cerezo / Bento / Hanami
Día 4: Celos / Fotografía / Casa embrujada
Día 5: Cielo al atardecer / Vida pasada / Cr...
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Sonrisa tétrica y hambrienta Día 6: Promesa / Boda / Sonrisas (+) Resumen: Universo alterno.
Giyū siente que se le van a quemar los ojos por el tiempo que lleva mirando la pantalla de la computadora, nadie le había dicho que obtener la licenciatura como educador físico lo llevaría a tomar clases aparte de las practicas, sino también como razonamiento lógico matemático, geopolítica y legislación, primeros auxilios y antropometría... Ha estado estudiando para cada uno de los exámenes correspondientes durante tres días y está listo para dejar caer su cabeza sobre el escritorio o buscar maneras de como suicidarse. Se pasa por enésima vez una mano por la cara cuando el calor se extiende, sus huesos crujen apenas se estira y mierda, le duele la espalda a horrores.
—Hey.
Se estremece ante el suave susurro que roza su oído, y aun así, hace como sí no hubiese pasado nada, inclinando la cabeza de arriba abajo —Hola... pensé que ya estabas en la cama.
Shinazugawa bufa, lamiendo la oreja del azabache, diciendo nuevamente en voz baja —No puedo dormir. —Oh no... cuando Sanemi se comportaba de esa manera solo podía significar una cosa.
—Ya veo... terminare en un rato, sería bueno que vuelvas a la cama... pronto estaré allí, ¿Sí?
Cuando el chasquido del teclado comienza de nuevo, la queja no demora en brotar de los labios del albino, su compañero de piso, su novio, por ya tres años y también pronto graduado en licenciatura matemática. Giyū solo espera a que le escuche, de las muy pocas veces en la que lo hace.
Sin embargo, no es así. Sanemi puede ver desde su sitio tras la espalda del bruno lo que hace y no puede aceptarlo. Lo necesita, ahora. Por lo que antes de moverse, una sonrisa tétrica y hambrienta se dibuja en su rostro.
En silencio, se pone sobre sus rodillas, arrastrándose sobre el tapete grueso hasta el agujero libre bajo el escritorio donde Giyū tiene las piernas abiertas; una vez se acomoda entre ellas, levanta sus manos y las lleva a los muslos vestidos por la pantaloneta corta deportiva, deteniéndose justo en el borde del mismo. Lo siente tensarse y respirar bruscamente, preguntándole qué cree que está haciendo. El violáceo solo lo ignora y en su lugar frota su rostro contra la entrepierna del otro.
El gemido ahogado de Tomioka le hace sonreír nuevamente contra la tela.
Ajusta el agarre en los laterales de la prenda, jalando suavemente hacía abajo hasta que el pene del chico se asoma casi duro bajo el bóxer de color rojo — ¿Sabes cuánto te necesito ahora? ¿Cuánto necesito de esto? —Enfatizo su punto, alcanzando a empujar su mano bajo la ropa interior y sacar su polla con un gemido bajo. Sanemi siente como la boca se le vuelve agua y se relame los labios mientras observa la gota traicionera que se desliza desde la uretra por su cabeza.
