CAPÍTULO 29

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Decidí que al único lugar que podría ir era a casa, estar sola no era algo bueno, realmente no quería aquello, quería ir donde Jimin quería tal vez aclarar las cosas, pero lo más importante... necesitaba que alguien me abrazara, lo necesitaba. Había cosas que mi mente aun no las procesaba, es decir, que estaban ahí como palabras, pero no las comprendía o no quería hacerlo. Cuando llegue a casa ya no estaba el auto de emergencias, respire hondo... salí del auto y camine a la entrada de casa, las luces estaban prendidas. Abrí la puerta y pase, de pronto escuche correr a alguien, de pronto vi a Jimin, no quería mirarlo a los ojos, porque no quería que viera que lloraba.

Jimin: ¡Donde estabas! –dijo casi gritando.

No tome mucha atención y camine hacia el closet para colgar mi sacón.

Yo: Salí a dar un paseo. –dije.

Jimin: Es demasiado tarde. –me dijo.

Yo: ¿Ah sí? –dije sin importancia.

Jimin: ¿Qué te sucede?

Aquella voz con la cual me lo pregunto hizo que mi estomago se moviera un poco, tenía ganas de vomitar, no podía creer que Jimin fuera mi hermano, me dolía tanto el corazón, pero no físicamente, más bien era algo más fuerte.

Yo: No me pasa nada Jimin. –dije apenas audible.

Me dolía la garganta, tenía un nudo sentía que me atravesaba y no me dejaba hablar.

Jimin: Amor. –dijo tomado mi espalda.

Su tacto, no podía más ¿Cómo podía ser que fuéramos hermanos?, en realidad ni yo lo sabía. Sentí como me abrazo, di la vuelta ocultando mi rostro en su pecho, realmente nunca podría separarme de él, no sabía que pensar, en realidad no sabía cómo actuar por lo que estaba ocurriendo.

Jimin: ¿Qué paso amor?

Su voz era tan delicada, era como su un poco de viento acariciaba mi oído, era tan suave como si sintieras que te abrazaran con tanto amor que por más fuerte que fuera aquel abrazo nunca te dolería.

Jimin: Vamos a tomar un poco de agua.

No quise mirarlo a los ojos, me seguía abrazando, no podía evitar hundir mi rostro en él, era tan contradictorio este dilema. Se separó de mí y me dejo parada, escuche como empezó abrir una de las gavetas, ¿debería decírselo?

Jimin: Aquí tienes. –dijo poniendo el vaso en la barra.

Miré el vaso, y vi su mano estaba ahí al lado del vaso, tenía que mirarlo a los ojos, tenía que enfrentarlo, en realidad yo quería esto, yo decidí averiguar las cosas y ver todo tal y como era. Levante la vista y no pude quitar la mirada de sus ojos, eran tan azules sentía paz con solo verlos, eran grandes... al igual que sus pestañas, como no pude darme cuenta antes éramos tan iguales físicamente, no demasiado, pero si mirabas con atención podías distinguir algunos rasgos.

Jimin: ¿Qué sucede mi amor? –me dijo acariciándome la mejilla.

Aquel tacto... su piel estaba tibia, era tan suave su tacto, tal vez era por el amor que demostraba.

Yo: Somos hermanos. –dije casi audible.

Cerré los ojos al decirlo, no podía mirarlo me dolía tanto aquello, sentí como su mano paro la caricia.

Jimin: ¿Qué? –me dijo con la voz casi entrecortada.

Abrí los ojos, estaba un poco temblorosa.

Acércate,  quiero contarte un secreto (Jimin y Tu) AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora