CAPÍTULO 23

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Sentía entre mis sueños el desprendimiento del calor de mi cuerpo, sentía como el frio me invadía, el rostro de aquel cuerpo caliente se separaba. Sentía seguir aquel cuerpo de nuevo, sentía como aquel calor se desprendía dándome paz y seguridad. Abrí con pesadez mis ojos que aún tenía sueño. Vi la imagen visible de Jimin... estaba a mi lado un poco sentado sonriéndome.

Jimin: Buenos días. –dijo con una sonrisa radiante.

Los nervios me entraron.

Yo: Buenos días. –dije separándome un poco.

Jimin: ¿No querías que me levante? –dijo sonriendo.

Provoco que mis mejillas se sonrojaran me sentía nerviosa.

Jimin: Yo tampoco quiero levantarme, realmente estoy cansado, hoy ninguno de los dos ira a trabajar –dijo.

Lo miré y sonreí, no por no ir a trabajar, más bien sentía que solo hacía eso para quedarse más tiempo conmigo.

Yo: ¿No te parece que es malo que no vayamos a trabar? –pregunte.

Jimin: Por favor Lia soy dueño de la empresa. –dijo sonriéndome.

Asentí con la cabeza.

Jimin: ¿Qué quieres hacer? –me pregunto.

Un bostezo involuntario salió a flote. Él dio una pequeña risa, y acaricio mi cabeza aquel toque era delicado y demasiado adictivo.

Jimin: Creo que dormir. –dijo

Asentí con la cabeza, me atrajo hacia él, no tenía problema alguno, más bien quería estar lo más cerca de él que pudiera. Volvimos a acostarnos en la cama, y volvimos a rendirnos ante el sueño uno junto al otro.

Me estire, sentía que nunca hubiera podido descansar de mejor forma, ver la habitación de Jimin corroboraba que todo lo que había pasado era real y no un sueño. Mire a mi lado y Jimin ya no se encontraba en la cama, me levante y camine hasta.

Jimin: No, entiéndelo ya no te quiero volver a ver.

Me pare ante la puerta mientras él hablaba con alguien, pero realmente no sabía si salir o quedarme a ahí escuchando. Escuche la risa irónica de Jimin.

Jimin: Puedes decirles que estoy sin cuidado de ello, en realidad diles que no tengo miedo de lo que digan ella ya está conmigo, así que no tengo miedo por su vida, yo la protegeré. –dijo él- Por favor Lorena quiero que entiendas, no me importa. –dijo sin más. –Deja de buscarme realmente eres una molestia, ella ya está aquí... en su hogar, donde debía estar desde hace mucho tiempo, ya diles que es tiempo que nos dejen en paz. Al igual que tú y no sigas llamándome.

Camine rápidamente hasta la puerta del baño, y en ese momento se abrió la puerta de la habitación. Hice como si estuviera saliendo del baño.

Jimin: Preciosa despertaste. –me dijo sonriéndome.

Yo: Si, tú igual. –dije sin más.

Jimin: ¿Quieres desayunar? –dijo él.

Yo: Si. –respondí incomoda.

Jimin: Vamos Greta preparo algo deliciosa está feliz de que te encuentres aquí. –dijo él.

Bajamos juntos hasta la cocina, olía delicioso, tenía un aroma demasiado dulce la planta baja de la casa.

Greta: Buenos días Lia. –dijo Greta.

Yo: Buenos días Greta. –respondí con la misma amabilidad.

Nos sentamos con Jimin en los taburetes de la barra. Sentía su mirada sobre mí en cada momento, me di cuenta que debía estar hecha un desastre por despertar recién. Greta nos dio a cada uno un plato de huevos revueltos, en otro wafles con fruta picada y miel de maple encima. Con jugo de naranja y café recién hecho.

Acércate,  quiero contarte un secreto (Jimin y Tu) AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora