Capítulo 32

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Luego de la fiesta de cumpleaños de ayer, siento la cabeza un poco sensible, que el mínimo ruido la va hacer estallar, tenia razón mi padre beber tantos cocteles no era buena idea...

Voy a la cocina a buscar un cafe muy cargado para aliviar un poco el malestar, al entrar pense que estaría Elena pero quizas debe estar acostada aun... o quizas esta con Edward.

- Lady Lisa ¿que le puedo servir hoy?.- Dice Rita una de las sirvientas de aproximadamente 17 años.

- Un café, solo eso.

- La fiesta de ayer fue magnífica de verdad muchas gracias por su invitación, me sentia como una reina.- Dice ella riendo mientras molia los granos.

- No hay problema, quería que se divirtieran al igual que yo, me alegra saberlo.

- Me gustaría poder tener la suerte de usted, salir de acá y poder casarme algun día...- Ser un sirviente era bastante duro, no conocer otra realidad fuera del castillo, no poder casarte, ni tener hijos, solo dedicarte a limpiar el resto de tu vida... Ahora entiendo muchas cosas y como mamá no dudo en sacarme de ahí.

Aun que la mayoria de los sirvientes adultos que tenía el castillo, llegaban por voluntad propia al no tener hogar y familia, para ellos el castillo era  unico refugio que podían encontrar, sin embargo, asi como llegaban por voluntad propia muchos también llegaban contra su voluntad, algunos eran vendidos al castillo desde muy joven o desde que eran bebes. Rita por ejemplo fue vendida por su familia desde que tenia tan solo 5 años, no conoce más que el castillo y probablemente nunca conozca más que ello...

Sin saber que decir solo le sonrió y bebo el café que me ha servido. Pienso que quizas mi destino hubiera sido como el de Rita.

En eso entra la reina (¡rayos esto se pone feo!)

- Buenos días.- Saluda al entrar.

- Buenos días.- Decimos al mismo tiempo con Rita.

- ¿En que le puedo servir su majestad?- Dice Rita igual de alegre que conmigo.

- Un té de rosas con un toque de miel.- Pide ella muy decidida.

Totalmente incomoda, no se si salir o quedarme ahi bebiendo el café, pero su pregunta me impide decidir a tiempo.

- ¿Has visto a Adam?.- Dice ella entre suspiro.

- No, quizas este con Lady Elena. - Digo algo sorprendida por su pregunta.

- No, Elena aun duerme vengo de su cuarto. - Su respuesta no me extraña, Elena jamás se levantaba antes de las 11 de la mañana.- Creí que estaria contigo, últimamente pasan mucho juntos.

En eso siento la mirada de Rita sobre mi y me siento aun más incomoda, pero intento mantenerme serena...

- No lo he visto hoy, pero si lo veo le dire que lo busca...- Creo que lo dije muy fría, pero el nerviosismo me impide ser más natural.

- En realidad quiero que tu y Elena vayan de compras a la ciudad mañana, la próxima semana hay un evento muy importante en el teatro quiero que vayan a buscar un vestido para mi y uno para ustedes...- Dice ella con un tono muy calmado, casi siento como si ya no me odiara... o quizas solo es mi impresión.

- Ok, ¿quiere alguna preferencia en vestido?,¿Color?,¿Diseño? O ¿Tela?.- Digo dejandome llevar por su simpatía.

- No te hagas problema con ello, la modista sabe muy bien mis gustos.- Dice ella una vez que Rita le entrega la taza de té.- Pero si vez a Adam debes pedirle que te de la autorización para usar unos de los carruajes reales, yo no tengo el poder para eso.

Una Sirvienta RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora