Corazón Solitario.

Capítulo 30. Un Alto Precio.

Bulma empujó agotado el aire de sus pulmones y se limpió con nerviosismo el sudor de la frente. Pero el agotamiento no pudo estropear su alegría al ver la nueva habitación. Todo había resultado exactamente como lo había imaginado. Y finalmente terminó. Cuando Vegeta se fue dos días y ya no quería consentir sus tristes pensamientos, tuvo una idea muy útil que también la distraería.

El hecho de que los Guerreros Z necesitaran su cápsula espacial les había hecho el problema obvio. Vegeta necesitaba otro campo de entrenamiento para el futuro. Siempre podría suceder que la nave espacial fuera necesaria y eso siempre significaría que Vegeta tendría que prescindir de su entrenamiento. En tal caso, ella no tenía el tiempo ni el deseo de escuchar sus insultos y quejas. Era un ser realmente atractivo, la había divertido y molestado al mismo tiempo. Además, la gran cosa blanca no era exactamente la decoración de jardín más hermosa. Sus padres habían regresado dos días después de la partida de Vegeta, y la Sra. Briefs estaba más que encantada de poder disfrutar de su jardín nuevamente en todo su esplendor. Sus padres pensaron que la idea era fantástica de todos modos, y no había duda de que Vegeta eventualmente podría vivir en un lugar diferente al de la Corporación Cápsula. Ambos se acostumbraron al difícil huésped de la casa y lo tomaron en serio de una manera increíble. Y su padre incluso la había ayudado amablemente a instalar el controlador de gravedad. Lo había construido todo ella sola y también lo había mejorado significativamente, de lo que estaba muy orgullosa. La fuerza gravitacional ahora podría incrementarse muchas veces y Vegeta podría probarlo sin problema alcanzando todos sus límites. Además, no había duda de que Vegeta seguiría aumentando sus poderes. El hecho de que él fuera un Súper Saiyajin estaba lejos de ser suficiente para él. Y era particularmente importante para ellos que el nuevo controlador fuera mucho menos propenso a errores. De esta manera, ya no tenía que perder su valioso tiempo en las molestas reparaciones.

Entonces Bulma decidió convertir los viejos cuartos de almacenamiento. Eran innecesarios de todos modos. ¿Por qué no se le ocurrió la idea de poner todas las cosas inventadas pero nunca patentadas en cápsulas? Sin embargo, esto había tomado mucho tiempo, ya que usó diferentes colores de cápsula para clasificar los inventos. Además, tenían que clasificarse cronológicamente y guardarlos en una caja grande.

El viejo trastero había sido una gran sala circular. Las paredes estaban encaladas y los azulejos brillantes brillaban a la fuerte luz de las luces de neón. El piso ahora estaba cubierto con linóleo resistente y las paredes estaban pintadas más oscuras para que el desorden de Vegeta no fuera inmediatamente visible y tuviera que ser repintado cada cuatro semanas. Además, la puerta de madera tradicional había sido reemplazada por una puerta corredera automática hecha de acero pesado, que podría soportar la alta fuerza gravitacional sin problemas. Afortunadamente, no había ventanas en la habitación. Habría tomado mucho trabajo y suciedad tenerlos todos amurallados.

Bulma parecía satisfecha con el futuro lugar de entrenamiento de Vegeta y estaba muy contenta por ello. Los pequeños robots de ejercicio esperaban en el fondo de la sala y ya esperaban su próxima tarea. Bulma también había colocado un pequeño y robusto gabinete de acero en la habitación para que Vegeta pudiera almacenar su agua allí en el futuro. Las botellas siempre estallaban bajo la gran carga, para molestia del orgulloso príncipe. Entonces este problema ya estaba resuelto. Y eso no fue todo. Había una pequeña sala de limpieza al lado del antiguo almacén, que ella había convertido en un baño ultramoderno. Entonces ella y Vegeta ya no corrían el riesgo de que sus duchas chocaran. Ahora tenía su propio reino aquí y Bulma estaba segura de que estaría más que de acuerdo.

Había pulido las dos habitaciones nuevas para Vegeta durante todo el día y sentía que era suficiente por ahora. Porque en primer lugar, ella no sabía cuándo Vegeta regresaría finalmente, y además, después de su primer día aquí, probablemente se vería como un campo de batalla. Ella no pudo evitar sonreír ante esa idea. En cualquier caso, el príncipe acomodado no había inventado la limpieza y el orden. Revisó la nueva sala de entrenamiento por última vez y luego apagó las luces. Cuando Bulma entró en su habitación, sacó el localizador de aura de su bolsillo y lo miró con cuidado. Desde la partida de Vegeta, había tenido tiempo suficiente para aumentar inmensamente el alcance de detección del dispositivo. Suavemente pasó el dedo por el punto azul. Estaba bien y todavía estaba en El Nuevo Namekusei. La alarma ahora solo se activaba cuando el aura se debilitaba o se acercaba particularmente rápido. Pero parecía que él no se iba a ir tan pronto como ella lo deseara. Con cuidado, colocó el pequeño dispositivo en la mesita de noche y luego fue al baño para finalmente tomar su merecida ducha.