Corazón Solitario.

Capítulo 40. El fruto de una Unión.

Con incredulidad, Vegeta miró a Bulma profundamente conmocionado y apretó los puños. Esta astuta rubia había efectuado su venganza realmente bien. En el futuro, esto al menos le enseñaría a no subestimar a los terrícolas. Pero, ¿Cómo podría Bulma realmente creer que haría algo así? Especialmente porque quería escapar de esta terrible mujer y estaba a punto de pulverizarla. "No puedes hablar en serio", dijo ahora presionando entre sus labios. "¿Qué quieres decir con de dónde vino esa cosa?" ¿Me crees capaz de engañarte?.!Pues te recuerdo que eres la única terrícola con la que me eh relacionado, odio a los demás habitantes de este planeta lo sabes muy bien!, Quería saber con enojo. El ataque fue probablemente la mejor defensa en este caso.

Bulma lo miró cuidadosamente y de repente pareció indecisa. El primer shock había terminado y la ira había desaparecido. Parecía que recién ahora comenzaba a darse cuenta de lo ridículo de esta situación. Sus rasgos se suavizaron instantáneamente y dejó caer su brazo. "Lo siento, Vegeta", tartamudeó tímidamente. "En este momento me altere y ni siquiera sé por qué", susurró con tristeza. Justo ayer había estado discutiendo por teléfono con su madre sobre qué pastel comprar cuando regresara. Una cosa completamente banal. Pero la discusión se había intensificado y Bulma había terminado la conversación completamente angustiada. Tal vez estar en esta ciudad tan ruidosa la afecto. O no podía admitir cuánto echaba de menos la capital occidental. Hoy le habían presentado un contrato de trabajo que inicialmente la habría vinculado a la empresa durante cinco años. Hasta entonces, Tokio era solo una excursión. Le había costado mucho pensar en pasar los próximos años aquí. Tendría que tomar una decisión pasado mañana. Y ahora era demasiado para ella. Quizás el desafío era demasiado grande.

Vegeta ahora había cruzado los brazos sobre su pecho y la miraba con una mezcla de escepticismo y preocupación. "¿Qué quieres decir? ¿Te estás volviendo loca ahora? "Dijo con incredulidad. La cabeza de Bulma se disparó bruscamente en su dirección, y sus ojos enviaron instantáneamente pequeños destellos. "No. No me estoy volviendo loca ", respondió con dureza. "Pero no me he sentido bien en los últimos días. Y luego encuentro una tanga roja en nuestra cama que no es mía, así que difícilmente puedo mantener la calma, mejor olvidemos esto y volvamos a la cama para continuar lo que dejamos ... ", agregó y un leve sonrojo se cubrió en sus mejillas.

Inmediatamente una expresión traviesa se apoderó de la cara de Vegeta. "No me hubiera importado", respondió con una sonrisa irónica. Bulma lo miró con incredulidad y estaba a punto de responder bruscamente cuando de repente notó un sabor dulce en su boca. Todo en su estómago se contrajo y parecía que su circulación estaba a punto de colapsar. Apresuradamente se tapó la boca con la mano y corrió tan rápido como sus piernas pudieron llevarla al baño cercano.

Vegeta hizo una mueca de disgusto cuando los sonidos de la puerta de al lado llegaron a su oído. ¿Qué estaba pasando ahora? Se acercó cautelosamente al baño y golpeó la puerta. "Bulma? ¿Qué demonios estás haciendo? "Preguntó bruscamente. "Estoy bien", se atragantó Bulma antes de tener que inclinarse sobre la taza del inodoro nuevamente. Cuando su estómago finalmente estuvo vacío, se apoyó contra la pared de mármol y solo quería dormir. Ella debería haber dejado fuera el pescado en el menú de hoy. Nunca lo había tolerado muy bien. Acababa de cerrar los ojos cuando Vegeta entró al baño. Una mirada de preocupación apareció en su rostro cuando vio lo mal y débil que estaba Bulma. Su piel era pálida y translúcida y pequeñas gotas de sudor brillaban en su frente. Sin pensárselo dos veces, la levantó sobre sus brazos y poco tiempo después la recostó en la espaciosa cama.

"Gracias Vegeta", Bulma murmuró cansada. "¿Qué te pasa?", Vegeta quería saber, y no podía mantener su preocupación completamente fuera de su voz. "Me temo que he comido algo en mal estado. Mi estómago se puso en huelga ", explicó exhausta. Vegeta la observó atentamente y un calor agradable fluyó a través de su cuerpo. Le encantaba ese sentimiento cuando tenía que proteger a Bulma. Se la veía tan delicada y frágil. Y se aseguraría de que no le pasara nada. No sabía lo que Bulma había estado haciendo en el baño, pero había sonado extraño y ahora estaba repentinamente debilitada. "Estaré mejor mañana. Prometido, "dijo Bulma con una sonrisa después de notar la inseguridad de Vegeta. "Pero me temo que hoy solo podré acurrucarme en tus brazos", sonrió y ahora fue el turno de Vegeta de sonrojarse antes de gruñirle.

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