Corazón Solitario.

Capítulo 31. Pesadilla.

Era entrada la noche cuando Bulma despertó de un sueño inquieto y miro a su alrededor en pánico. Sus ojos se acostumbraron lentamente a la luz brillante y gradualmente reconoció el contorno de su habitación. Se sentó con cuidado y se frotó la frente. Un dolor salvaje palpitó en su cabeza. Que es lo que había pasado ¿Y por qué acababa de estar tirada en el suelo? Una mirada al localizador de aura a sus pies fue suficiente para recordar todos los detalles de la terrible situación. Vegeta ...

Lágrimas calientes salieron de sus ojos todavía hinchados. Temblando lenta e incontrolablemente, sus dedos se acercaron al pequeño dispositivo azul. Ella no sabía si podía soportar la verdad. Su corazón amenazaba con saltar de su pecho y su respiración era superficial y demasiado rápida. Cuando sintió el frío metal en sus manos, involuntariamente contuvo el aliento. ¿Qué pasa si Vegeta .....? Ella cerró los ojos y trató de calmarse. Solo había una forma de descubrir la verdad. Lentamente tomo ese pequeño aparato y miró ansiosamente la pequeña pantalla.

Estaba completamente negro. En ese momento su corazón se contrajo tan violentamente que no pudo respirar por un breve momento. Durante el primer segundo, Bulma no pudo responder. Se sentó congelada en el suelo como un pilar de sal y miró el aura en sus manos con incredulidad. Pero la sorpresa que la disparó por las venas unos momentos después como descargas eléctricas la hizo temblar y sollozar incontrolablemente. Con un grito horrorizado, se arrojó al suelo y se rindió a su infinito dolor. Golpeó el piso junto a ella con los puños y la habitación se llenó de sollozos sofocados. ¿Por qué la había dejado? Cuando apenas se acababan de encontrar ...

En un instante Bulma tomó pasos retumbantes. Poco tiempo después, el Sr. y la Sra. Briefs entraron a la habitación y se apresuraron a mirar a su hija, que estaba agachada en el suelo y enterró la cara en sus brazos. "¡Por el amor de Dios, Bulma! ¿Qué pasó? "Preguntó el Sr. Briefs y se agachó a su lado para ayudarla a levantarse. Todavía estaba temblando bajo sus sollozos y no podía hablar. Sin decir una palabra y con los ojos cerrados, simplemente le entregó a su padre el localizador de aura. Él entendería lo que había pasado ...

"Oh Bulma. ¡Puedo entender que estés muy preocupada por Vegeta! Pero si realmente quieres saber cómo está, tal vez deberías cambiar las baterías ", respondió el Sr. Briefs gentilmente. Bulma se congeló al instante ante sus palabras. ¿Cómo podía haberlo olvidado? En ese momento era como si le cayeran brackets de hierro al corazón y los pulmones. Abrió los ojos y recogió el localizador de aura nuevamente. "Gracias papá! ¡Eres la mejor! ", Sollozó alegremente. Con eso, ella salió de la habitación.

¿Dónde estaban esas malditas cosas? Estaba segura de que los había puesto en estas cajas en algún lugar. El orden nunca había sido su fuerza, y ahora este vicio está condenado a ella. Impacientemente sacó los cajones de un mueble uno tras otro. Nada No había pilas en los cajones. Bulma estaba cerca de un ataque de nervios. ¡No era posible que aquí no se encontraran baterías! Completamente molesta, volvió corriendo a la casa. Tendría que usar las baterías de algún otro electrodoméstico. Sin más preámbulos, abrió la tapa del control remoto y retiró las cuatro baterías pequeñas. Le temblaban tanto las manos cuando trató de colocar las baterías en el localizador de aura que tuvo que sentarse y respirar profundamente antes de que finalmente lo hiciera. No se atrevió a respirar cuando la pantalla negra se volvió azul y el sistema anunció que estaría funcionando en unos segundos. El pitido regular que resonó un poco más tarde en la sala sonó como música en los oídos de Bulma.

"Gracias ..." susurró y una lágrima se le escapó por el rabillo del ojo. Presionó el localizador contra su corazón y apenas podía creer su suerte. Vegeta estaba vivo. E incluso si su señal de ki era muy débil, ya no había peligro para él. Solo podía esperar que él regresara a la Tierra lo antes posible para recuperarse. ¿Pero cómo estaban los otros? Ella no estaba preocupada por Goku. Si Vegeta estaba a salvo, él también lo estaría. Piccolo también él era muy fuerte. Sin embargo, Krillin, Gohan, El Maestro Roshi, Oolong y Yajirobe no eran tan fuertes como los dos Saiyajin así que Bulma rezo para que no les hubiera pasado nada. Se dejó caer en el sofá y lágrimas de alivio corrieron por sus mejillas. Volvería a ver a Vegeta.