—Hospital Médico de Hawaii—
Un constante pitido hace eco en su cabeza como un martillo golpeando su cráneo. Con pesadez, abre sus ojos lentamente. Parpadea al ver todo blanco y por un momento, cree que ha cruzado las puertas del cielo.
"¿Morí?" Se pregunta.
Cortos recuerdos de él en un lugar de mala muerte siendo torturado, golpeado y violado llegan a su mente como un flashback doloroso. Cada golpe hundiéndose en sus costillas, cada descarga quemándole el cerebro, cada toque de esas sucias y asquerosas manos.
Ya estaba cansado. Cansado de luchar, cansado de seguir sufriendo una y otra vez cuando nadie pensaba en rescatarlo. Estaba tan cansado mental y físicamente, que no le sorprendería que estuviera muerto. Para su suerte... o desgracia, está vivo.
Una lágrima silenciosa se derrama por su mejilla con un sollozo ahogado por un tubo que le cruza todo el esófago. Intenta levantar su mano para quitarlo pero una corriente de dolor le traspasa el cuerpo con solo ese intento.
Pequeñas punzadas de molestia llegan a su cerebro cada vez que respira. Se distrae observando la habitación. Nada más que blanco y algo de marrón por la silla vacía a su lado.
"Me rescataron". Piensa casi como si fuese algo imposible de creer.
Recuerda que el calor de su cuerpo lo dejaba, que su alma se le escapaba. Recuerda que ya no podía siquiera abrir los ojos, que respirar se había convertido en la acción más difícil de su vida... También el vago recuerdo del rostro de Steve llega a sus memorias.
Frunce el ceño al pensar en eso. Se pregunta si solo fue una alucinación por las descargas eléctricas o porque de verdad estaba cerca de la luz. No podía haber sido él quien lo salvó, tampoco su equipo. Todos ya lo habían dado por muerto. ¿En qué estaba pensando? Intentaba ser positivo pensando que su equipo lo encontraría, y no fue así. Entonces, ¿quién?
—Oh, detective —dice una enfermera sorprendida que acaba de entrar—. Me alegra que ya haya despertado. —Revisa las máquinas a su lado y después se vuelve hacia él otra vez—. Le quitaré la máquina. —Avisa y poco a poco le quita el tubo de la boca para después tomar una gran bocanada de aire—. Veo que puede respirar bien —dice ella anotando en su libreta—. Le avisaré a su equipo que ha despertado.
Quiere decirle que no, que no los deje pasar, que no quiere ver a nadie que no sea su hija, pero para su desgracia no tiene las fuerzas para hacerlo, además de que la enfermera parece correcaminos y desaparece antes de que pueda abrir la boca. Minutos después entra Chin, Kono y... Steve.
Hasta parece un sueño para el rubio. Ver a su equipo sonriendo por verlo. Aunque la cara de Steve principalmente le llama la atención. Parece demacrada, cansada. Ojeras tan oscuras que parece que se han tragado sus ojos, como si no hubiera dormido en varios días y está más delgado. Pero, a pesar de todo eso, lo está observando con felicidad.
—Hola, Danny —saluda Kono, después Chin y luego Lou. El moreno se mantiene en silencio.
No tiene palabras para ellos, ni siquiera puede verlos a la cara.
—¿Cómo te sientes, hermano? —Pregunta el isleño.
—Me siento de maravilla... en este hotel de cinco estrellas —dice con sarcasmo y la voz rasposa.
—Estuviste dormido dos días —agrega Lou ignorando tal hecho. Sabe que el rubio es así, además de todo lo que le ha pasado, no se sorprende por su respuesta.
—¿Dónde está Grace?
—En la escuela —habla por primera vez el comandante—. Le dije que te habías ido a una misión fuera de la isla y que habías regresado, pero que aún tenías asuntos que atender.
—Q-quiero... Quiero que me dejen solo. —Le parte el alma decirlo pero no puede hacer a un lado el hecho de que nunca la encontraron y de que perdieron la fe en que estuviera vivo.
—Está bien —dice Kono y sale junto a su primo. Sin embargo, el castaño no se va.
—¿Acaso no escuchaste? —Le dice sin mirarlo a los ojos. Talvez no le duele que los demás no lo hayan buscado, le duele que el moreno no lo haya buscado. Él siempre estuvo con el otro, pero este no pudo hacer lo mismo.
—No me voy a ir —replica el otro poniéndose frente a su camilla—. No hasta que me digas qué te ocurre.
Normalmente, el detective era un garañón, pero esta vez sabe que es diferente y no entiende por qué.
—No tengo... por qué darte explicaciones —dice el rubio girando su rostro hacia otro lado.
—No te entiendo, ya estás en casa, ¿por qué actúas así?
—¿¡Y todavía tienes cara para preguntar eso!? —Grita encarándolo sin importar que le cueste respirar—. Jamás me rescataron. —Su voz comienza a temblar—. Jamás me encontraron, se dieron por vencidos. —Sus ojos se llenan de lágrimas y ya no le interesa que lo vean llorar—. ¡Yo confíe en ustedes...! Me equivoqué.
—Danny, ¿de qué...?
—Sal de aquí —dice de último volviendo su mirada a la ventana.
—Danny...
El silencio del rubio es suficiente para que sus palabras mueran y que no tenga otra opción que salir de esa habitación. Afuera lo esperan los demás que al ver la cara del moreno, saben que nada bueno ocurrió ahí dentro.
—¿Qué pasó? —Lou es el primero en recibirlo.
—Está enojado con nosotros —dice incrédulo.
—Pero, ¿por qué? —Pregunta la más joven al lado de Lou—. Nosotros lo rescatamos.
—Eso, él cree que no lo rescatamos.
—Eso no tiene sentido —agrega Chin a un lado de Kono.
—Lo sé, talvez después alguno pueda hablar con él.
—¿Y por qué no tú? —Pregunta el de Chicago.
—Porque la manera en la que me vio, Lou... Parece que me echaba toda la culpa a mí.
—Bien, entonces vete a casa. Le diremos a algunos oficiales que se queden de guardia —dice Chin dejando caer su mano sobre el hombro de Steve para darle apoyo—. Vendré a ver como sigue luego, y trataré de hablar con él.
—Gracias, amigo, pero solo descansaré un rato y luego vendré a relevarlos.
—No —exclama Lou—. Nos hiciste y te hiciste la vida imposible hasta encontrarlo, mereces dormir todo el día.
—Cualquier cosa, ellos nos dirán —agrega Kono.
—Ok. —Suspira derrotado y sin agregar más, se va a casa.
No es que quiera, pero la verdad es que no ha dormido en mucho tiempo. Después de todo Danny ya está a salvo.
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¡Hola amig@s!
No estaba muerta, andaba de parranda🎶🎶Jajaja, ya, hablando en serio, disculpen por tardar en actualizar pero aveces uno ni el celular quiere agarrar. No tenía nada para escribir, pero espero que este capítulo les guste :'3
Cuéntenme, qué han estado haciendo en esta cuarentena? Han aprendido algo nuevo?
Nos leemos luego, ¡ciao!
KattaLuna🌙
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Trust in me - Fanfic McDanno
Fanfiction-No lo repetiré otra vez, ¿¡dónde está!? -Vuelve a gritar con todas sus fuerzas, pero al otro lado de la línea el sujeto guarda silencio por unos segundos que le parecen eternos. -Jamás lo sabrá. -Y por consiguiente, se corta la llamada. _________...