—Ubicación desconocida—
Uno, dos, tres... Cuatro, cinco, seis... Los segundos, los minutos y las horas parecen una eternidad.
El tiempo que cuenta en su mente se hace cada vez más largo. En la completa oscuridad de su prisión es lo único que puede hacer además de mantenerse cuerdo recordando cada segundo quién es, en su pequeña, en su Ohana, porque aveces siente que lo olvida gracias a los electroshocks en su cabeza.
Pasa algo de saliva por su garganta seca dándole algo de alivio. Molestas llagas se han formado en su espalda, en sus muñecas y tobillos por no cambiar de posición así que intenta moverse un poco para sentirse más cómodo aunque sentir dolor sea un precio que tenga que pagar por su corta comodidad.
Los agudos piquetes de dolor atraviesan cada parte de su piel, pero a pesar de todo, es algo que puede resistir. Las pocas fuerzas que aún conserva se las da las esperanzas que tiene en su equipo. Sabe que lo están buscando, y sabe que no es una tarea fácil pues supone que su secuestrador debe ser profesional, por lo tanto, hallarlo será un gran reto.
Sin embargo, no pierde la fe en ellos, apesar de que este hombre le ha mostrado imágenes de las noticias donde lo han dado por muerto y que el 5-0 y la HPD se han dado por vencidos. Él sabe que todo eso es falso, sabe que lo están buscando. Este hombre solo quiere romperlo por dentro para así destrozarlo por completo, pero no lo logrará. No importa lo que haga, Danny cree en su equipo.
La puerta se abre mostrando al mismo hombre entrando y posicionándose a su lado. Sus nervios lo traicionan y empieza a temblar, pero lo disfraza con pequeños movimientos. Jamás negaría que tiene miedo, miedo de lo que pueda hacerle, sin embargo, debe mantenerse fuerte.
—Hola, detective Williams —lo saluda pasando suavemente una de sus manos en la pierna del mencionado.
Danny solo guarda silencio ignorando lo que está haciendo el otro aunque su cuerpo empiece a reaccionar. El hombre continúa subiendo lentamente hasta llegar al miembro del rubio y sin aviso alguno, lo aprieta por encima de la ropa con bastante fuerza arrancándole un fuerte grito.
—Oh, creí que le había comido la lengua el ratón —dice juguetón.
Desabotona sus pantalones y se los baja rápidamente junto a su ropa interior hasta la altura de sus tobillos. Toma su miembro y prosigue a masturbarlo con suavidad. Danny se muerde los labios para evitar gemir o jadear, mas no lo logra y suelta un leve gemido.
—No... por favor... Ah... —Ruega en un susurro.
—Me dejó con ganas de más, detective —confiesa su secuestrador moviendo su mano de arriba hacia abajo—. Eso no lo logra cualquiera.
El sonido de la cremallera ajena le causa un terrible pavor que no intenta ocultar, y empieza a moverse con miedo por lo que sabe que viene. Mira al hombre posicionarse encima de él soltando uno de sus tobillos para levantarle la pierna y tener mayor acceso a la entrada del rubio. El hombre abre sus piernas, y aunque intenta cerrarlas, el otro pone más fuerza sobre ellas.
—¡No lo hagas, por favor! —Suplica con desespero. La primera vez que lo hizo, recuerda cómo dolía cada embestida mientras el otro solo gruñía de placer. Recuerda sentirse la peor basura por haber respondido a su tacto, por no poder controlar su cuerpo y correrse en un grito de dolor.
—¿Dónde está el dinero que Matt me robó? —Vuelve a cuestionar.
—Ya te lo dije, no lo sé. —Y como siempre, recibe la misma respuesta. Respuesta que sigue siendo para nada agradable.
Como la vez anterior, de una sola estocada, entra en el interior de Danny para proseguir a moverse violentamente. De adentro hacia afuera con rapidez, cada golpe cada vez más fuerte que el anterior. Aveces saliendo y entrando de golpe otra vez para repetir el anterior proceso.
Sus desgarrantes gritos hacen eco por todo el cuarto, provocando en el otro nada más que placer. Lágrimas recorren sus mejillas mojando la fría mesa de metal. Jamás había sentido tanta humillación y dolor en su vida como lo que está viviendo. Su mente y su corazón le grita asco y repugnancia mientras su cuerpo simplemente reacciona al acto por más doloroso que es.
Unos minutos más y el hombre se corre manchando su trasero cayendo un poco de su semen sobre la mesa. Se queda ahí por unos segundos acariciando los glúteos contrarios moviéndose de adentro hacia afuera otra vez.
—Es adictivo, detective —susurra en su oído de manera lasciva.
Sale del trasero del rubio para tomar entre sus dedos un poco de su semen recién eyaculado y dirigirlo a la boca del detective. Este se resiste, pues es obvio que ni loco piensa en probar esa asquerosidad. El otro pasa sus dedos por los labios de Danny que trata de no abrirlos por ningún motivo.
—Más le vale que coopere —amenaza el otro tomando su rostro y subiendo su cuerpo hasta que su miembro está cerca de la boca del rubio. Toma su miembro y lo pasa por los labios contrarios—. Le preguntaré una vez más. ¿Dónde está el dinero que Matt me robó?
—N-no lo sé. —Logra decir apenas ya cansado. El otro solo ríe como si hubiera contado un chiste.
—Qué mal por usted.
De una sola, mete su miembro en la boca de Danny. Este siente su asqueroso miembro llenar su boca y lo único que siente son ganas de vomitar. Para su desgracia, no puede hacerlo pues el miembro contrario obstruye la salida.
El hombre entra y sale con violencia ahogando a Danny en el proceso. El sonido obsceno que provoca sus movimientos hacen que sus ganas de vomitar aumenten. Intenta sacar el miembro de su atacante para poder respirar, pero no lo logra y eso aumenta sus deseos de sacar lo poco o casi nada de lo que tiene en su estómago.
Sus ojos se tornan blancos al sentir cómo el aire le hace falta. Se está ahogando por mantener el vómito dentro de su sistema y por el miembro de su secuestrador. Segundos antes de que Danny se desmaye o muera, el hombre eyacula por segunda vez.
Saca su miembro para acariciarlo un poco dándole la oportunidad a Danny de poder sacar todo lo que estaba reteniendo con todo y semen. Gira su cabeza para no ahogarse de nuevo con los restos de su estómago que terminan regados a un lado de su cabeza en la mesa. Con desesperación, toma una buena bocanada de aire que agradece a cada dios que existe en este mundo.
—¡Agh! Eres un maldito cerdo —grita el otro con asco y odio al ver el vómito del rubio.
Se baja de él rápidamente, se cambia, le vuelve a amarrar el tobillo y sale de la habitación sin cerrar la puerta del todo. Danny solo se concentra en recuperar de nuevo el aliento. Sin embargo, esa tarea se ve interrumpida cuando siente un golpe de agua helada caer sobre todo su cuerpo que lo hace gritar del susto.
Parte del agua entra en sus fosas nasales provocándole una molestia en tal área. Instantáneamente, su cuerpo comienza a temblar y su aliento es visible a la luz de la lámpara como una pequeña nube de vapor que sale de su interior.
Un fuerte golpe en sus costillas le sigue a lo anterior, y otro y otro dejándolo sin aire de nuevo. Los golpes cada vez se vuelven más certeros y más fuertes. Un último golpe en la cara lo deja aturdido por unos segundos. Cuando vuelve en sí, el hombre ya se ha ido.
Agradece a quien sea que esté allá arriba porque se haya ido, no hubiera soportado otro golpe más. No sabe si podrá soportar más, pero debe hacerlo. Por toda su Ohana debe hacerlo, debe ser fuerte. Cada tortura solo será un mal recuerdo cuando su equipo lo encuentre. Cada tortura le pasará factura al mal nacido que lo ha hecho sufrir.
El cansancio y el dolor lo arrastran de golpe al mundo de los sueños con la esperanza aún en su corazón de que pronto lo encontrarán.
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¡Hola! ¡Sigo viva! 🎉🎉🎉
Perdón por taaanta tardanza, pero mi inspiración decidió fugarse, por lo tanto, no tenía nada bueno que escribir y quería darles algo bueno, algo que no fuera forzado y espero haberlo logrado. Lo siento :c
Esperemos que mi inspiración no vuelva a escapar, la voy a encadenar para que se quede conmigo :v
Gracias por seguirme apoyando apesar de tanta espera, en serio. Los amo <3
KattaLuna🌙
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Trust in me - Fanfic McDanno
Fanfic-No lo repetiré otra vez, ¿¡dónde está!? -Vuelve a gritar con todas sus fuerzas, pero al otro lado de la línea el sujeto guarda silencio por unos segundos que le parecen eternos. -Jamás lo sabrá. -Y por consiguiente, se corta la llamada. _________...