Capítulo 3

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El frío me golpea mientras espero por aquel hombre. Extraño tanto el verano, no traigo chaqueta así que me abrazó y trato de frotar mis brazos.

Quiero llegar a casa rápido pero por más que quiera no puedo olvidar que desconozco a aquel hombre así que no dudó en ir caminando hasta la parada del autobús.

Cuestione por mucho tiempo mi vida. Durante los últimos dos años he vivido sumida en la tristeza, arropada por el dolor. Si desaparezco de este mundo pocos me recordarán.

Recojo algo del suelo, soy yo destrozada en mil pedazos y me reconstruyó una y otra vez pero nunca estoy completa siempre pierdo una parte importante de mi, una parte que jamás voy a recuperar. No comprendo como aún puedo mantenerme de pie, vi desprenderse una parte de mi cuando tuve que despedir del abuelo, cuando los puñados de tierra cayeron sobre su ataúd, cuando muchas cosas en mi vida se complicaron.

Me siento muerta en vida, tan vacía, deseando con toda el alma poder lanzarme de un acantilado y ser arrastrada por las olas del mar y que nunca puedan encontrar mi cuerpo, así mi último recuerdo sería en un lugar hermoso.

Empiezo a correr y pronto mi respiración se vuelve agitada pero aún así corro lo más rápido que puedo.

Me detuve en seco al estar frente al cementerio, camine lentamente entre las tumbas hasta estar frente a la de el abuelo, hermosas rosas blancas adornan su lápida, me incline hacia adelante para leer lo que en ella estaba escrito.

Christian Thomson

"Solo se muere si es olvidado"

Sin poder evitarlo lágrimas empezaron a brotar de mis ojos, sollozos de mi parte haciéndose cada vez más fuertes, la lluvia empieza a caer y mis lágrimas se camuflan pero el dolor no. Me recuesto sobre la tumba y sin darme cuenta empiezo a acariciar la tierra tiernamente.

—Te extraño tanto abuelo.— el dolor me carcome, siento como mi alma y mis ojos se quiebran con cada lágrima y de esto se trata; un camino agridulce con buenas y malas experiencias. Solo que las malas no parecen tener fin.

Mi abuelo murió hace un año, cáncer terminal, tenía 79 años. En todo su proceso estuve con el. Nunca lo deje, pero el si me dejó a mi. Fue un desgaste emocional todo lo que lo vi sufrir. Aún recuerdo sus palabras antes de morir incluso recuerdo el momento exacto.

14 de octubre de 2017 el reloj de pared que estaba colgado en la habitación del hospital marcaba las 8:30 de la noche.
El abuelo estaba en la camilla y se podía ver claramente lo agotado que estaba, sus párpados decaídos y entrecerrados, pero sin importar lo mal que estaba no dudó ni un segundo en decir sus últimas palabras.

—Oh mi pequeña Emily— dice casi en un susurro— eres mi pequeña y tierna Emily, nunca le digas a nadie que eres mi favorita. — no pude evitar soltar una risa triste.

—Te quiero mucho abuelo— dije con lágrimas en los ojos.

—Cuando naciste, esperaba ser el abuelo perfecto, esperaba que me quisieras, esperaba enseñarte muchas cosas entre ellas la honestidad para que así seas honesta conmigo, espere a estar para ti hasta el punto en que estuve siempre a tu lado y al de tus padres para que ellos no cometan los mismos errores que yo cometí con tu padre... Le hice frente a todo por mi pequeña. -Dije: "esta bien, solo quieres ser un buen abuelo"- ahora disfrutaremos al máximo cada momento juntos -entonces creciste y luego yo me enferme, nunca te alejaste de mi lado, te quedaste conmigo en todo este doloroso proceso y sin importar que me diste tu amor incondicional, eres tan especial para mí pequeña, te amo y te amaré siempre.

—Te amo mucho más abuelo— dije abrazándolo mientras dejaba caer mis lágrimas y el solo pasaba su mano tiernamente por mi espalda y dejar un beso en mi frente.

—Siempre estaremos juntos mi pequeña.

Con el recuerdo solo pude sentir como todo dentro de mi se revolvía ante las emociones que esto causaba.

Recuerdo desde el primer abrazo hasta cada "te quiero", los momentos felices que pasamos y los malos también y como el me mostró que podía salir adelante ante cualquier situación. Pero llego el día en que todo lo bueno se acabó, solo tratábamos de superar el difícil momento mientras comíamos gelatinas o pudín de chocolate de hospital.
Me duele saber el hecho de que compraríamos todos los mejores momentos y risas y hoy ya ni siquiera lo puedo ver. Lo quise tanto y con el tiempo parece ser como si nunca hubiese existido.
Ya no había dolor, no había más dolor porque ya todo había salido, solo sentía tristeza y el peso de mi corazón estrujarse en mi pecho. Me abrazó a mi misma mientras me aferró más a la tumba, la lluvia se hace más intensa y los fuertes relámpagos son la única luz que ilumina el lugar. Intento ponerme de pie pero es imposible, mi cuerpo está muy cansado para eso y no le molestó por ello. —No puedo y no quiero poder, tengo mis límites y el limitarme ahora mismo es un acto de valentía.
El dijo "siempre estaremos juntos" nunca dijo que sería en esta vida.

Mis labios tiemblan del frío y todo ante mis ojos se oscurece mientras que mi alma entra en el trance donde sale de mi cuerpo.

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