Capítulo 8: Estrategias

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|| Jung Hoseok ||

—Ya tengo su ubicación —hablé por mi celular mientras salía del edificio de Namjoon.

—¿Qué debemos hacer jefe? —preguntó Haebin del otro lado de la línea.

—Solo vigílalos y mira que traman —ordené—. Y tampoco permitas que se acerquen a los laboratorios.

—Como ordene jefe —contestó Haebin y luego colgó la llamada.

Subí a mi auto y manejé hasta los laboratorios, al llegar varias personas comenzaron con sus reverencias, yo solo hacía un simple movimiento de cabeza y seguía caminando. Al llegar a la oficina de Suhyeon toque la puerta y entre.

 Vaya vaya —sonrió conqueta Suhyeon mientras apoyaba sus codos sobre el escritorio—. ¿A qué debo el honor de tu visita?

—Cállate —la miré serio y tomé asiento en el sofá que estaba a un lado—. Sabes muy bien porque estoy aquí.

 Oh —se puso nerviosa y comenzó a morder su labio—. Sobre eso... créeme que no fue intencional.

—¡Joder Suhyeon! —exclamé molesto y me puse de pie—. ¡Teníamos que tenerla cerca, pero no a la vuelta de la esquina buscando entrar a los laboratorios!

—¿No crees que eso es mejor? —preguntó mientras también se ponía de pie y caminaba hacia mi. Al estar a pocos centímetros, tomó entre sus manos mí corbata y ágilmente aflojó el nudo de esta—. Además... te recuerdo que tú mismo dijiste que querías a la pequeña Park cerca porque no querías que él te ganara ¿o no?

Yo gruñí y ella soltó una pequeña carcajada.

—A veces eres un poco idiota —besó mi cuello—. Que bueno que así me gustas.

Atrapó mis labios en un beso, y quitó mi saco, luego comenzó a desabotonar mi camisa de manera desesperada. Yo busqué el cierre de su vestido y rápidamente lo bajé.

|| Lee Mingyeong ||

Junto a Eunhye íbamos recorriendo las calles de Seúl. El día estaba fresco y con la cantidad de sol perfecta para poder pasar un día agradable.

Los demás también se habían separado para poder ir a recorrer la ciudad. Minhee y Eunjoo habían ido a un centro comercial, y Jinsuk había ido a una biblioteca.

Eunhye y yo nos sentíamos como niñas pequeñas en una dulcería, todo nos parecía asombroso, y es que nunca teníamos el tiempo suficiente para poder salir a pasear solas, y mucho menos acompañadas.

Pasamos cerca de una tienda de ropa, y nos quedamos admirando las prendas que estaban detrás de la vitrina. Pero hubo algo que llamó mi atención, por el reflejo de la ventana se podía que alguien también nos miraba del otro lado de la calle.

—Alguien nos sigue —hablé tranquilamente mientras acomodaba mi cabello.

—Pensé que no lo habías visto —contestó Eunhye—. ¿Qué haremos? —preguntó en susurro mientras señalaba un vestido de la vitrina.

Tardé un par de segundos en analizar la situación. Miré hacia ambos lados y tomé la mano de Eunhye y nos adentramos a la tienda, inmediatamente una chica corrió a atendernos.

ENEMIGO • KIM NAMJOONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora