Honestamente, con esa mente siento que te querré por siempre, si hasta mi poesía es diferente cuando aclama tenerte, grita desahogos por no ser suficiente, mientras desea hundirse en los lagos de la muerte.
Ilusiones enterradas por mi propia inseguridad, esa capaz de distorsionar mi realidad, algo me dice que puedo valer más, pero mi mente no lo aceptará jamás.
Sé que la dulzura de tu voz es producto de tus derrotas, cuando te escucho siento que habla un alma rota, que ha dado todo sin recibir nada, pero que aún así intenta mantenerse en calma.
Virtuoso el que sea capaz de decirte lo que yo diría si pudiera verte, poder sonreírle a tu presencia mientras carece la distancia, tener de cerca tu esencia mientras resalta tu elegancia.