(Terminado.)✔️ El multimillonario Aarón Wertheimer, arrogante, mujeriego, frío y sin identidad, pero jodidamente irresistible.
Madison Wilson, famosa por emprender grandes negocios, astuta, fuerte y dispuesta a conocer más allá de lo básico.
Dos ent...
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CUATRO DÍAS DESPUÉS...
Cruzo la piernas por debajo de la mesa y sonrió mientras mastico el chicloso dulce.
- Tienes que dejar el dulce, Madison - dice mama y yo ruedo los ojos.
- Ya no tengo 5 años, madre - digo pasándome la servilleta por los labios y dejando aún lado del plato.
Ella sonríe nostálgica mientras niega.
- Ojalá los tuvieras - dice papá riendo.
Frunzo el ceño divertida mientras lo veo de reojo.
- Supongo que eso debería de ofenderme - digo mientras niego.
Papá se encoge de hombros.
- No aparentas la edad que tienes - dice mamá negando - Compórtense!!!
- No estamos en el trabajo, Amor - dice papá mirando de reojo a mamá - cálmate.
Esta suspira y mira hacia los lados antes de volver si atención al plato delante de ella.
Papá se queda mirándola unos segundos antes de seguir comiendo.
Yo simplemente no entendía nada...¿estaban peleados? Como sea.
Ya habían pasado cuatro días desde que volvimos y estábamos a nada de finalizar la semana.
Cuatro días en los que me la había pasado con Amber, Emily y Elliot.
Si no estábamos en mi casa nos encontrábamos en cualquier restaurante.
Había hablado con Cameron y James y me reconfortó saber que estaban dispuesto a todo por acabar con esto, fuera de ello, también se encontraban bien, al igual que Scar.
Como lo había prometido mi madre en aquella llamada, ya para el martes ellos se encontraban aquí.
O sea ayer.
No puedo explicar la sensación que tuve cuando los vi cruzar aquellas puertas.
Necesitaba tener la sensación de que todo estaría bien y aquel sentimiento solo lo trasmitían mis padres.
Con respecto a Aarón...no hemos hablado mucho que digamos.
Después de la llamada que tuve con mis padres en la cabaña, los chicos y yo simplemente nos quedamos embelesados mirando la tv.
Luego de aproximadamente dos horas los demás ya habían vuelto y con bastante comida.
Lo qué pasó después sin duda se quedará como una de las experiencias más incómodas de mi vida.
Nadie hablaba, simplemente comíamos en silencio con una molestosa televisión de fondo.
Lo que sería el fin de semana Perfecto se convirtió en una auténtica película de terror en cuestión de segundos.