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─ Narradora ─
Salió de su casa y caminó con rapidez hasta un local, donde compró una muy linda rosa. Después caminó fuera del pueblo, con más tranquilidad ésta vez, no solía ser puntual pero se lo había prometido a él. Al llegar hasta una colina se sentó, observando el hermoso atardecer que pasaba en ese momento.
──── Hoy no llegué tarde, ¿Has visto? ──── dijo sonriendo orgulloso de sí mismo, miró a su lado y suspiró ──── No lo haré de nuevo.──── aseguró.
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Estaba alterado, en medio de toda la destrucción, los gritos, la alarma y de pronto el estruendo de los enormes pedazos de roca y metal estamparse finalmente con el suelo, provocando un movimiento brusco en la Tierra.
Después de largos y casi eternos minutos, todo era un silencio profundo, un silencio que daba miedo y más aún después de la destrucción. Sin embargo, ese silencio les indicó que podrían salir, cosa que hicieron con todo el cuidado posible. Finalmente, 8 guerreros se reunieron.
Pero el híbrido de oso, al notar la falta de ese chico en especial, comenzó a buscarlo, mirando hacia todos lados con desesperación y miedo.
──── ¿Dónde está Mangel? ──── Preguntó preocupado, todos voltearon a verlo sin responder. Hasta que el llanto incontrolable de Lolito fue lo único que le dio respuesta, no había nada bien.──── ¿¡ Dónde está Miguel, Manuel?! ──── Gritó, sintiendo sus ojos humedecerse y suaves lágrimas comenzar a caer por sus mejillas. El pelirrojo se aventó al psicólogo, abrazando al mismo con fuerza mientras negaba varias veces.
──── Miguel no logró llegar al búnker, Rubén ──── respondió Luzu. Por varios minutos podían oírse sólo los imparables sollozos de Lolito, nadie quería decir nada.
──── Tu culpa ──── murmuró Rubius, con la voz rota, sintiendo más lágrimas caer de sus ojos sin control.
──── Rubén, no - ──── Vegetta fue interrumpido por el híbrido de oso, quien había tomado al pelirrojo por el cuello de la camiseta con brusquedad.
──── ¡Tu puta culpa! ¡No cuidaste bien de él! ¡Confié en que lo harías! ¡Confié en tus jodidas palabras! Y ahora...──── Gritó enojado, entre sollozos. Le dio un fuerte golpe en la mejilla y lo empujó, dejando que el menor cayera al suelo sin cuidado. Después corrió lejos del lugar, tratando de no caerse pues su vista estaba comenzando a nublarse por todas las lágrimas que se acumulaban en sus ojos.
Su respiración se había agitado con rapidez, entre sollozos y jadeos llegó hasta la casa media destruida de Luzu y comenzó a buscar con desesperación alguna señal que le pudiera decir dónde se encontraba el azabache. No podía ser cierto, él tenía que estar ahí. No era justo.
Pero tras una larga y fracasada búsqueda sólo había encontrado la banda medio enterrada que el menor solía llevar siempre en la cabeza. Se dejó caer de rodillas, tomando aquel objeto y abrazándolo con fuerza, como si fuera aquel azabache, llorando sin control.
Susurró "Perdón" varias veces, comenzaba a culparse, comenzaba a sentirse demasiado mal por lo que había ocurrido. Si hubiera sabido lo que pasaba, no lo hubiera dudado ni dos veces y hubiera ido en busca de el menor, lo hubiera ayudado aunque no les hubiera dado tiempo.
El funeral fue unos días después, el híbrido se sentía tan mal pero aún así estuvo en el lugar, lastimosamente no habían encontrado el cadáver y pensaron que tal vez su cuerpo se había desecho por el meteorito. Pero, nunca hubo respuesta.
Rubén hizo las pases con Lolito, y acordaron en que el menor se quedaría con aquella banda tan característica de Miguel.
Después del evento tan triste, Rubén se quedó solamente para poder decir todo lo que nunca antes había podido. Le prometió no volver a llegar tarde, pues si no lo hubiera hecho tal vez el azabache estaría bien.
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Pasó su mano por la lápida y sonrió con melancolía. Dejó la rosa frente a la figura de piedra donde podía leerse "Miguel Ángel Rogel Ruíz"
Algunas finas lágrimas lograron escapar de sus ojos, pero las limpió rápido. Soltó una pequeña risa y negó con suavidad, levantándose del suelo.
──── Estoy orgulloso de ti ──── murmuró sincero, dando la vuelta para caminar en dirección contraria a la lápida.
──── ¿Y qué hacer cuando te falta el amor de una persona realmente especial?────
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