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Risas, alcohol, una gran fiesta en casa de Vegetta pues por fin el ojimorado había accedido. Aunque claro, no podían faltar las minas o TNT, al final los nueve guerreros celebraban otra misión exitosa y se divertían muy a su forma.
Algunos ya no pensaban con claridad por tanto alcohol en su sangre, un ejemplo muy claro son el híbrido de oso y el juez. Ambos chicos llevaban bastante tiempo coquetéandose, algún que otro beso y chiste de doble sentido, pero eran rápido separados por un Vegetta y Luzu completamente celosos a pesar de no ser nada. Evidentemente era cuestión de tiempo para que los dos chicos terminaran escapando de la isla flotante donde quedaban los otros 7 guerreros totalmente ebrios.
Corrieron, tambaleándose y riendo, mirando atrás y tomados de las manos como "seguridad" para evitar caerse, parecían dos niños pequeños huyendo después de hacer una travesura y con el miedo de ser pillados en cualquier momento.
Se acercaron hasta la casa más cercana, la de Rubius. Con dificultad encontraron el ascensor entre toda la oscuridad y subieron. No estaban si quiera conscientes de lo que decían, pero cualquier estupidez les causaba risa, o cualquier pequeño piropo hacía que Rubén se pusiera todo rojo.
──── ¿Y cuánto tiempo te tardaste construyendo esto? ──── Preguntó Auron mientras caminaba junto a Rubius hasta la habitación del último mencionado.
──── En realidad no lo sé, no lo recuerdo ──── respondió el menor, sentándose en la orilla de su cama, el mayor se sentó a su lado y quedaron en silencio por un par de minutos, no tenían bien claro el propósito de haber ido a casa del híbrido. Pero, una simple idea cambió todo eso, una pequeña sonrisa pícara se dibujó en el rostro de Rubén quien se levantó solo para poder sentarse en el regazo del mayor. ──── ¿Venías a esto, no? ──── preguntó el rubio, sin esperar respuesta se acercó bruscamente al rostro ajeno para besar al mayor, quien al sentir la presión sobre sus labios puso sus manos sobre las caderas del ojiverde, apretando las mismas.
El beso no expresaba otra cosa más que necesidad y desesperación, las manos de Raúl comenzaban a recorrer el cuerpo del rubio, deteniéndose en uno de los pezones del menor y comenzando a jugar con el mismo, haciendo a Rubén gemir gustoso por el contacto del contrario con aquella zona.
La ropa no era más que un estorbo que pronto quitaron, quedando sólo en bóxers que comenzaban a apretar las erecciones de ambos, el mayor recostó al híbrido y se puso encima, por su lado el híbrido había enrollado sus piernas alrededor de las caderas del azabache y moviendo las suyas, provocando simples roces que desesperaban al juez. Auron bajó sus besos hasta el cuello del menor, Rubén echó la cabeza hacia atrás dando accesibilidad a los besos y mordidas del mayor.
Tres dedos entraron a la boca del rubio sin aviso, el menor entendió aquello y los humedeció lo mejor posible, unos minutos después el mayor se alejó un poco del menor para poder quitarle la última prenda. Sonrió, con sus mejillas ligeramente rojizas, apreciando el atractivo cuerpo ajeno.
──── Eres muy lindo, Rubén ──── murmuró sincero, acariciando con una mano la mejilla del híbrido y acercándose al rostro del mismo para poder besarlo con lentitud, tomándose su tiempo para poder explorar la cavidad bucal ajena, con su otra mano comenzó a introducir el primer dedo en la estrecha entrada del rubio quien ahogó un gemido entre el beso y se movió ante el inesperado intruso.
Fue cuestión de pocos minutos, cuando Raúl sintió que el menor estaba lo suficientemente dilatado sacó los dedos remplazándolos por su miembro, entró con lentitud en el menor quien sólo jadeaba, gemía y se quejaba, aferrándose a la espalda del mayor y arañando un poco la misma para poder desahogar su dolor. Algunas finas lágrimas escaparon de sus ojos, un enorme sonrojo cubría sus mejillas y apretaba los párpados sin poder callar los sonidos obscenos que salían de su boca sin control.
Auron no tardó en moverse con lentitud, no quería hacer esperar la mejor parte, jadeaba por lo caliente y apretado que era el interior del menor, pero joder que se sentía realmente bien. Rubén buscó los labios del azabache con los suyos, uniéndolos en otro beso más al encontrarlos, pudiendo ahogar algunos gemidos, tardaron en separarse del beso. Conforme el tiempo avanzaba, las embestidas de Raúl eran más rápidas y los gemidos de Rubén eran más altos. El mayor tomó las caderas del híbrido y lo levantó de la cama, aún en su interior, lo puso de cara contra la pared más cercana, logrando alcanzar más profundidad y encontrando el punto dulce de su amante, el de hebras teñidas arqueó la espalda y comenzó a masturbarse intentando seguir el ritmo de las embestidas que daba el mayor contra su próstata, sintiéndose cerca del clímax.
──── ¡Ah~! ¡Raúl~! ──── gimió el menor, finalmente ambos llegaron al tan ansiado orgasmo con un gemido sonoro, Raúl terminando en el interior del rubio y Rubén manchando parte de la pared y suelo, intentaban regular su respiración y cuando lograron hacerlo se besaron, de forma dulce y bastante amorosa. Raúl salió del interior ajeno y ambos volvieron a la cama para acostarse, totalmente agotados. Se arroparon y no tardaron en quedarse dormidos, entre caricias cariñosas, abrazándose y con una gran tranquilidad. Ya tendrían el día siguiente para explicarse lo que había ocurrido.
──── Hay diferentes formas de demostrar amor.────
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Perdón si quedó culero, aún aprendo a escribir NSFW 😔🔫
