Medio día, donde el sol está en su punto más árido. Dos sujetos se fueron de cacería al desierto, uno con sombrero de oso y el otro su piel asemejaba al color del sol.
Corrían silenciosamente con una red en la mano, estaban a punto de cazar una hormiga gigante. Para luego ponerla en una jaula de animales ilegalísimos.
La hormiga se encontraba durmiendo, el de cabellos rubios se encontraba frente a la criatura, mientras que el amarillentado se acercaba desde atrás. Ambos se prepararon para atacarlo.
—¡Ahora Rabis!. Gritó el de Jeans negros, y se abalanzaron a la hormiga gigante. Capturando el bicho en la red del más alto.
—¡Lo tengo!. El rubio teñido gritaba de emoción al mismo tiempo que hacía un baile con su amigo para celebrar el éxito de la cacería.
Ya habían capturado a la última criatura de su lista, ambos se dirigían a casa con una grata sonrisa en su boca.
Cuando atravesaron el portal para regresar a Karmaland, se encontraron al oficial con casco de Star Wars. Los dos casi les da un infarto, puesto que acaban de hacer ilegalidades.
Alexby se acercó a ellos saludando con su mano, pero notó un extraño comportamiento de parte del rubio.
—¡Hola compañeros!, Que bueno que les encuentro ¿Qué tal les va?. Cuestionó mirando directamente a los ojos de rabis, a ver si detectaba algo raro.
—Alexby, ¿qué tal chaval?. Auron quiso despistar al oficial, rodeándo los hombros de Alexby con sus brazos, alejándolo de Rubén. Quien era pésimo mentiroso.
Después de apartar la atención de Alexby, el rubio se escabullía entre las casas de Karmaland, llendo directo al búnker de Auron, subía las escaleras de tierra cuando vió a cierta distancia a uno de sus amigos.
Decidió ocultarse detrás de un árbol, para observar mejor lo que hacía Luzu.El del suéter oscuro estaba usmeando en el jardín del Sr. AuronPlay. Esquivaba las torretas con montones de tierra, y depositó algo en el buzón. Miró alrededor para ver si alguien lo había visto, y se fue rápidamente de ahí.
Rubius esperó a que se fuera, y como buen informativo que era, se acercó a ver lo que había puesto en dicho lugar. Usó la misma técnica de Luzu para evitar las torretas, y abrió el buzón.—"Para mi niño precioso"- leyó- ¿Qué es esto Luzu?
Leyó el contenido del libro, y su rostro demostraba un shock total, no podía creer lo que hace unos momentos había leído.
Después de escudriñar en el libro que había encontrado, escuchó unos pasos dirigirse a él. Rápidamente escondió el libro en su sudadera y volteó a ver de quién se trataba, era Auron.—Menudo lío que me he hecho con Alexby para que no sospeche nada.
Suspiró y miró al más alto, quién se había puesto a silbar de la nada. -¿Qué te pasa?—Ehh, encontré hierro aquí y pensé que podríamos usarlos para las rejas de los bichos. Intentó disimular lo que había sucedido hace unos momentos.
—¿En la puerta de mi casa?
Lo que dijo no tenía sentido, ya había revisado miles de veces ese lugar y en ningún lado se encontraba un bloque de hierro. Notó como el albino se puso a jugar con su cabello, cosa que hacía cuando estaba nervioso.—Si, digo no, digo el techo de tu casa es de hierro ¿no?
—No me vas a quitar el techo de mi casa por unas putas rejas.
Ese comentario no le pareció bien para Rubius, quién solo se disculpó por ser un imbécil. Auron le dijo que entrara para soltar a los bichos en un cuarto que había hecho solo para ellos. Ambos bajaron las empinadas escaleras, y entraron al cuarto que Auron había construido. Hacía mucho calor ahí adentro, estaba preparado para que la temperatura esté casi igual al del desierto y que los animales no sufrieran por eso.
Fueron soltando los animales en la habitación, esperaban a qué ninguno les atacase ya que cuando soltaban uno, el otro se encargaba de dispararle con el sedante.
Pero Rubius tenía pésima puntería.
—AAHH! ¡Me diste en el pie cabrón!
Sujetó su pie lastimado con fuerza, mientras que maldecia a Rubius y caía de boca al piso. Se había desmayado por el sedante.El otro solo rascó su nuca avergonzado, luego se agachó y lo tomó de los brazos, arrastrándolo afuera de la habitación. La cabeza de Auron rebotaba por todos lados, en los muebles y las escaleras. Rubius lo llevó a su cuarto y lo aventó encima de su cama, dejándolo ahí descansando.
Luego de un buen rato, el amarillentado despertó de malas. Le dolía la cabeza y tenía un hueco en el pie, gracias a rubius. Era la primera vez que hacía algo con él, por que casi nunca coincidían en horarios, y así era como se lo agradecía. Vaya gente sin cultura.
El albino notó que su amigo había despertado, guardó el pedazo de pastel que había robado en su sudadera, era raro, juraba que había metido algo ahí antes.
Auron solo veía como el merengue del pastel escurría por la boca del oso, no le dijo nada, solo se dispuso a insultarlo en su mente. Se paró para acercarse al mueble donde tomó su red, que estaba algo rota.
—¿Y los demás animales?
Miró con fastidio al rubio, quién había sacado el pedazo de pastel para comérselo.—Nohg gsé dondhe eftan.
Decía escupiendo trozos de pastel en la cara de Auron, no lo juzguen, no se podía resistir al delicioso sabor del pastel.El de ojos negros se dirigió a la habitación jalando al albino del gorrito de su sudadera, tomó la red y se la dió a Rubius para que él fuera el que lo libere, mientras que se ocupa del sedante.
Abrió la puerta de retina, se adentró junto al albino y notó que solo dos animales estaban dentro. La hormiga y Rubius.
El siguiente bicho, estaba siendo liberado por el oso, mientras que lo sedaba Auron. Cuando lanzó el sedante, notó algo marrón en el suelo, cerca de la hormiga gigante. Con cuidado, se acercó a aquello, pudo observar que se trataba de un libro.
Con sigilo, se agachó y tomó el escrito.—¿Pero qué?
Su rostro se volvió completamente rojo al leer el libro, anhelaba que Rubius no lo hubiese visto. Ya que no tenía idea de cómo llegó eso ahí. Lo guardo en su abrigo, se dirigió a Rubius, que estaba entretenido alimentando al bicho gigante.– Rubius, ¿acaso viste algo raro hoy?—No, ¿cómo crees? Me habría dado cuenta.
Miró con preocupación a su amigo, ¿Le habría pasado algo?, pudo observar que sus mejillas estaban rojas, creyó que era por el calor de la habitación y decidió salir con él de ahí.Pasaron varios minutos, ya habían tomado unos vasos de agua fría y se habían refrescado. Vieron que ya era tarde, el albino se despidió para ir a casa y continuar otro día.
Mientras se alejaba de la casa de Auron recordó aquél libro que había encontrado, se detuvo en seco, volteó la mirada a la casa de Auron.Mierda, por eso me preguntó si había visto algo, pensó. Volvió a dirigir la mirada al frente, y comenzó a avanzar.
Ya se las arreglará él, además ya todos saben que le gusta Luzu. Rió un momento, y siguió avanzando hasta llegar a su casa con su novia.
—Pepper.
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✨Chingatumadre ✨ Luzuplay💫
Diversos"Luzu quiere a Auron Auron quiere a Luzu Se pasan el chicle y se dan muchos besitos." Cantaba el del gorrito de oso para fastidiar a Auron. Éste le quiso romper la cara a puñetazos.