Chingatumadre.

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Unas horas más tarde, en la misma casa del emplumado, discutían algo alterados.

—¡¿Cómo que me pusiste una posión en mi soda?!

El oficial hacía rabietas histéricas contra el emplumado de Fargan que se escondía detrás de una meseta, porque recién se enteró de las cosas que había estado haciendo hace apenas unas horas...

Correteando detrás de él para poder comerlo.

A besos o lo que fuere, pero esas vergonzosas acciones no dejarían dormir en paz al oficial, ya que habían sido registradas en la cámara que Auron traía consigo, cosa que más tarde haría que se arrepienta.

—Lo siento mi vida, ¡aAAAaa!

El tirón de orejas de Alex, lo traía bien a raya.

—Alexby, le vas a arrancar la oreja— advirtió juguetón Auron. — ¿luego quién me ayudará a conseguir posiones para luzu?

—si me entero que le pusiste algo a mi bebida, no te la acabas Auron.

Reprochaba el castaño luego de mal mirar a su novio, está claro que no aceptaría que exista alguna probabilidad de que le haya vertido una de esas pócimas de colores para estar con él.

— ¿y si fue así qué?— burlaba con la lengua fuera. Acción que fue respondida con otra mueca igual a la suya.

Se traían locos con esa actitud infantil.

Esa dichosa actitud que lo llevó a encariñarse con él, con todas las travesuras que han vivido -cuidando niñas con personalidad nada que ver con su apariencia-, con su mentalidad tan descalabrada e infantil que tenía al bailar a las tres de la mañana una canción junto a su mascota, la atención que tenía al recordarse cuáles eran sus palomitas favoritas y que con eso llegar a armar un escándalo en el cine, sus rabietas con fargan y rubius y las decisiones que han tomado para llegar al punto de ser una pareja algo disfuncional.

El castaño creía que no había nada más tierno que ver a su pareja haciendo de las suyas con sus amigos. Acercándose a él muy sigilosamente, mientras el de tez amarilla reía a carcajadas como Fargan y Alexby se corretearon entre sí, rondeó su cintura con sus brazos. Dándole un abrazo por detrás.

La reacción de Auron no fue nada fuera de lo normal, se quedó estático sintiendo cómo su corazón latía a mil por hora.

Maldita sea Luzu, sólo él le había hecho sentir eso.

Auron, ¿Sabes que te amo?— cuestionó en susurro en el oído del menor.

Esa gota colmó el vaso.

Auron había estado aguantando las miradas sumamente tentadoras que el castaño le había estado dando últimamente. Eso, junto a su corazón acelerado, hicieron que éste se dé vuelta dentro del abrazo, tomara con fuerza los cachetes del más alto y -de puntillas- depositara ahí un beso.

Su primer beso.

—Sí no me dices, no me doy cuenta.

Un par de parpadeos se vieron en los sorprendidos ojos del más alto, seguido de una gran sonrisa. Llenó  de besos los cachetes del menor, llenándose de esa sustancia amarilla que había acertado al suponer que era miel.

Creer que una tonta posión había creado todos esos sentimientos era ridículo.

Sí es así déjalo ahí— cantaba Fargan.
Hechizado, encantado por

¿Qué más da? soy feliz

No, no rompas este embrujo mi amoOoor

Déjame por siempre junto a tiiIiiiiIi

—Desafinando a lo último, es como terminó ese pedazo de canción.

¡Bravo! —aplaudía Auron. —Me rompiste el tímpano, llévenme al médico por favor.

—no hay de qué amigo :)

—ni creas que vas a escaparte Fargan, ¡termina lo que iniciaste! — Alexby de nuevo sentía los efectos de la posión, que accidentalmente había caído sobre él durante el ajetreo que hizo al querer golpear al emplumado.

—Ay mamá, ¿otra vez?

—Creo que mejor los dejamos solos— tomó de la mano a su pareja, alejándose de la casa de Fargan e ignorando los pedidos de auxilio que éste les hacía.

Al llegar al búnker, lugar que era el más cercano, luego de que abriera la puerta de retina el tez de miel hizo una pose de victoria, ¿había algo que celebrar?

—¡ahuevo, hoy fol...— descartó de inmediato esa frase, ante un "Ehenmm" de parte del castaño.

—Vámos, antes de que cambie de opinión.

Y como en la caricaturas, Auron despegó del piso llendo detrás del castaño como si pudiese levitar. Oh, había llegado la hora.

El recorrido de la entrada hasta la habitación se había llenado de besos, caricias y una que otra risa. Auron se encontraba apoyado en la pared recibiendo todo el cariño que su pareja pudiese dar en un beso, deándole con su respiración tan acelerada que no sabía cuánto tiempo había esperado por este momento, pero disfrutaría cada segundo.

En un intento de abrir la puerta para acceder a la recámara sin tener que dejar de recibir los dulces besos de su novio, es que sujetó la manija y abrió la puerta. Separándose un momento de Luzu le dijo:

—Quiero que me des, hasta para llevar.

Una sonrisa se formó en sus labios, su corazón acelerado estaba a tope mientras miraba fijamente al otro. Las mejillas del castaño se tornaron cual carmesí, expresando un poco de timidez ante esa declaración, su cuerpo estaba que ardía.

—Sí hablas de comida yo también quiero.

Habló el de cabellos albinos recostado en la cama, comiendo gomitas.

—¡¿Qué mierda haces aquí?!— gritaron ambos al unísono.

—Pues mi casa está toda quemada— comenzó a explicar. — y decidí quedarme en casa de Auron mientras lograba reconstruirla.

Esto tenía que ser una broma, ¿no? Ambos habían estado esperando este momento durante quien sabe cuánto tiempo.

El enano fulminó a rubius sacando una espada de diamante de su inventario, esto no se quedaría así, en definitiva tendría lo que quería.

—ah no Rubius, chingatumadre.

Fin.

✨Chingatumadre ✨ Luzuplay💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora