Había pasado un par de horas desde que Auron y Rubius volvieron de su cacería. Las sospechas de aquél oficial con el que se habían topado resultaron totalmente ciertas, el extraño comportamiento de los dos hizo que Alexby se adentre en una investigación.
Empezó con Rubius, en cubierto, fué a su cabaña para una visita amistosa.
Llegó caminando, por suerte el oso estaba ahí afuera sentado pescando. Ambos se saludaron, el menor se acercó a él para hablar un rato pero el albino lo invitó a comer dentro, su mujer Nieves estaba preparando el almuerzo.
Ambos entraron a la cabaña, ya sentados en el sofá, el oficial siguió con su misión.
—Oye Rubius, el otro día que te encontré con Auron cerca del portal...
Acaparó toda la atención del oso, notó que sus manos empezaron a tiritar.
—ah sí, ese día... Hubo mucho calor
Dijo el albino, rascándose la cabeza.—¿porqué no me saludaste? Es que tío, te ví con Auron y solo él se acercó a charlar conmigo, como...- miró directamente al contrario- como si me estuvieran ocultando algo.
El mayor, nervioso intentó encontrar una excusa lo suficientemente creíble para despistar a Alexby, pero esa no era su mejor habilidad.
—Es que tú ya sabes, el... -miró por toda la habitación, intentando buscar algo que le ilumine la cabeza, hasta que dió con un Creeper que rondaba fuera de la casa- el puto Creeper, si, el puto Creeper iba a destruir las cosechas de los aldeanos y yo fuí a salvarlos.
Suspiró, ya se había encontrado una excusa, medio pendeja, pero era una excusa. El otro se quedó pensativo unos segundos, mirando al suelo, luego cuestionó.
—claro... entonces ¿Qué estaba haciendo el guardia que se encarga de los bichos esos?
Rubius volvió a empezar a sudar, no pensó en el guardia, el enano tal vez ya se habría dado cuenta, además estaba pensando en que Auron lo mataría si Alexby entera.
El menor se dió cuenta del nerviosismo del oso, así que siguió interrogándolo para ver si soltaba la sopa.
—Además, los Creepers no aparecen a plena luz del día... y...
Le apuntó con el dedo índice, indicando que Rubius estaba frito.—¿y...?
Y como si los mismos dioses de Karmaland hubiesen escuchado las plegarias de Rubius, su salvadora peliroja se asomó de repente.
—¡el estofado está listo!- anunció con una sonrisa, jugando con el cucharón que traía en sus manos- vengan a comer ahora tontitos.
Rubius rascaba su cabeza, tenía tantas ganas de agradecerle a Nieves que lo había salvado.
—Buenas Nieves, verás... estamos en un asunto importante, ¿no Rubius?
Ahora era el oficial el que rascaba su nuca, algo avergonzado.A la pelirroja no le pareció.
—Buenas Alexby, eres nuestro invitado y no quiero sonar grosera... Pero HE DICHO que vengan a comer AHORA- Exclamó casi rompiendo el cucharón que traía consigo, después esbozó una sonrisa y se retiró. Dejando atónito al menor.
—que mal genio tiene tu mujer, ¿eh?-
Comentó algo intimidado- Creí que Nieves era más calmada.Los dos rieron a carcajadas, al parecer Rubius no era el único al que le daba miedo la mismísima Nieves.
Todos comían en la mesa tranquilamente, hablaban de cosas cotidianas, sobre las novias que había perdido Alexby, las veces que había sido destruída la puerta de Vegetta, incluso de como Lolito seguía a todas partes al pobre Mangel. Pero toda esa distracción, inquietaba al pelinegro, que estaba tan cerca de sacarle toda la verdad a su amigo. Tan cerca, pero tan lejos. Aún así, tenía un plan B que empezaría a ejecutar en ese instante.
—¡y querían echarme la culpa! - el oso se hacía el indignado.
Todos empezaron a reír, mientras Rubius contaba la anécdota en dónde Willy había intentado culparlo de su desastre.
—si, es muy molesto que quieran cubrir sus crímenes, ¿No crees Rubius?- bebía el último sorbo de su sopa acabándola en ese instante. Observó como el sospechoso casi se atraganta cuando mencionó eso, para luego recibir un "claro que sí" de parte de éste. El paso uno estaba hecho.
—querida Nieves, me gustaría saber que hiciste ayer en la mañana.
Posó sus manos en la mesa, esperando una respuesta de la mujer.—A ver... Primero hice el desayuno para luego desayunar obviamente- dijo casi entre risas- después me puse a arreglar el chiquero que hizo osito en la habitación, había varios palos tirados, cuerdas, y el tonto dejó tirado un líquido verde que... cuando lo olí, me dió muchísimo sueño y me dormí - concluyó pensativa, luego miró a su marido con extrañeza.
—¿un líquido verde?- cuestionó el oficial, quién también miraba fijamente al oso.
Rubius estaba en problemas, de la nada tomó su tazón y fue a la cocina, diciendo que ya había terminado. Después, apoyó sus dos manos en la meseta, y se puso a pensar "¿acaso Alexby no me dejará en paz? Incluso usó a mi Nieves para sacarle información, Auron y yo estamos fritos". Se mojó un poco la cara en el lavabo y se dirigió de nuevo al comedor, pero para su sorpresa no había nadie ahí, solo sus tazones vacíos.
—me lleva la que me trajo.
Se acercó sigilosamente a su habitación, y ahí estaban ambos, Nieves le mostraba todo, mientras que Alexby miraba con detenimiento.
Corrió directamente afuera de la casa, se escondió detrás de un arbusto, sacó su teléfono y llamó a Auron.
—Eeehh, Chavaal Estamos muertos Aurooon.
-¿Qué pasa, qué pasaa?
—Es Alexby, vino a mi casa e intentó sacarme la sopa acerca de la cacería ilegal
-¿Pero qué dices? ¿Qué hiciste? ¿Le dijiste algo?
—Nononono No, pude evadir sus preguntas, pero el muy cabrón usó a mi Nieves
-¿A tu mujer?
—SI WEY, a mi mujeeer, a mi Nieveees, ella le dijo de las cosas que tenía, del líquido del sedante y las cosas para hacer las redes.
-Pero cómo se te ocurre mostrárselo a tu mujer, jodeer. Quédate ahí, enseguida lo arreglamos.
—vale, pero apresúrate!
Colgó la llamada, y tiritando del miedo empezó a comerse las uñas. Tenía miedo de ir a prisión, a nadie le gustaría ir a prisión. Suspiró, se levantó del lugar donde estaba sentado y se adentró a la casa.
*Créditos por la imagen a JerryNJ1 en Twitter :3
—Pepper.
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✨Chingatumadre ✨ Luzuplay💫
Acak"Luzu quiere a Auron Auron quiere a Luzu Se pasan el chicle y se dan muchos besitos." Cantaba el del gorrito de oso para fastidiar a Auron. Éste le quiso romper la cara a puñetazos.