✨Chingatumadre ✨ Luzuplay💫

Un favor

Ahí se encontraba Auron, rondando en la habitación, ideando un plan para no acabar preso en la cárcel. Es muy joven y sexi para eso, pero era casi imposible encontrar una solución a su problema. Era a Alexby a quien se estaba enfrentando, sabía que era muy astuto como para no ir con el sospechoso más fácil de roer. Así que con una gran confusión en su cara, se sentó a analizar lo que podía y debía hacer.

-Muy bien Frederick, esto es de vida o muerte. Pon un huevo si crees que debería llamarlo o cacarea si crees que no.
Dijo con sus manos cruzadas, centrándose en su pequeño amigo, que no estaba muy interesado.
Su mirada estaba fijamente entre cerrada mientras que el pollo seguía haciendo prácticamente nada.

Era así hasta que cacareó, y puso un huevo casi al mismo tiempo.

-¿Qué rayos fue eso? Olvídalo, ya sé quién me debe un favor.
Dijo mientras tomaba el teléfono y marcaba a un amigo.

Llamó dos o tres veces, hasta que el otro se dignó a contestarle.

-hola, ¿qué pasa Auron?
Contestó el castaño, al otro lado de la línea.

-Fargaan, ¿recuerdas el otro día cuándo te hize un favor?

El otro se quedó pensativo unos segundos, intentando recordar.

-la verdad no, no me has hecho ningún favor últimamente.

-¿Cómo no? Aquella vez cuidé de tu... Princesita.
Replicó molesto, cambiando el tono al mencionar a la niña. Tenía que sonar amable para que Fargan accediera.

-Eso fue soborno, fue a cambio de que no te delatara a triple 7, ¿Acaso lo olvidaste?
Respondió sarcástico, no dejaría que le vieran la cara tan fácil.

Eso no le dejó muchas opciones al amarillento, quería pedirle a Fargan que distrajera a Alexby con algún otro delito para darle tiempo de ocultar lo que había hecho con el oso, pero el castaño se negó. Ahora no tenía idea de qué hacer.

-uhh, no quería recurrir a esto pero ¿Qué quieres a cambio?

Sus opciones se agotaban, y no tenía un "cobaski" para darle más.

-sesenta y cuatro diamantes.
Dijo en seco, lo que casi le causa un infarto al menor. Ya recuperando, accedió muy dolorosamente.

Y con una sonrisa de victoria respondió:
-¿a quién quieres que distraiga?

-A Alexby.

-Trato hecho.
Y colgó a la llamada.

La cabeza de Auron estaba por explotar, no podía creer que le iba a dar un stack de diamante a Fargan solo para reparar las pendejadas de Rubius. No, eso no se quedaría así, Rubius tuvo la culpa, Rubius lo paga.

Se desparramó en su sillón, ya estaba a salvo, pero debía asegurarse a qué así estubiera.

-Vaya Frederick, esto de ser malo es agotador.

Mientras tanto, en la oficina de policía se encontraba sentado el pequeño oficial, revisando su investigación. Analizaba cada acto, cada conversación y movimiento que había tenido en casa de Rubius, pero algo no parecía tener sentido. El estrés se apoderó de él, todos esos papeles de investigación fueron aventados al piso seguido de un grito de parte del oficial.

-Maldita sea, ¡que pesados sois todos!
Refunfuñaba consigo mismo, tenía que encontrar la pieza faltante de su rompecabezas. Al parecer, no sería tan fácil como imaginaba.

Mientras se sumía en su desespero, se escuchó un golpeteo a la puerta. Estaban llamándolo, dió permiso de entrar, y se asomó su alcalde favorito.

-¡Alexby! ¿Cómo has estado?
Decía mientras sofocaba al menor en un fuerte y cálido abrazo dejándolo morado por falta de aire.
En un intento de salir del apapacho, lo empujaba hacia atrás, el mayor al notar esto, lo soltó con una leve carcajada.

-Madre mía, casi muero.
Decía entrecortado, intentando recuperar el aire. El otro seguía riendo un poco avergonzado.

-Alexby, ¿Qué es todo este mugrero? Creí que los oficiales investigadores eran más organizados.
Hacía referencia a su desastre hecho unos minutos atrás, además de lo desastroso que estaba su pared llena de papeles, hilos, etiquetas y esas cosas.

-Esa es mi manera de organizarme, ¿tienes algún problema con eso?
Dijo casi fulminando con su mirada.
Lolito negó con su cabeza, luego de su bolsillo sacó un sobre blanco. Y tenía la intensión de dárselo al otro, que se había agachado a recojer los papeles.

-Te mandaron esto, creo que querrás echarle un ojo.
Asentó el sobre en el escritorio, esperando a que el menor terminase.

-¿Qué es esto, señor Finn?
Miraba el remitente de la carta, no tenía idea de quién se trataba, miró al otro que, tampoco, tenía la más mínima idea. Después abrió cuidadosamente esa carta, empezó a leer el contenido de esta, y como acto seguido, se sorprendió por ello.

-¿Qué dice, qué dice?
Cuestionaba entusiasmado Lolito, esa carta era poco usual, ya que se la habían dejado a lolito en el buzón en lugar de Alexby, quién era el destinatario final.

-Carta escrita por el señor Finn... Estimado señor oficial, me apena recurrir a este medio para solicitar un poco de su ayuda, verá usted, he venido desde otra aldea para visitar a mi sobrino, ya que él me ha brindado amablemente su techo. Y te preguntarás por qué, es que hace poco unos bandidos asaltaron y saquearon mi hogar, me amenazaron de muerte y no tuve otra opción que salir de ahí, con mucha pena me vine a refujiar en su pueblo, así que le pido, si no es molestia, que pueda ir a investigar los culpables de este delito... sin más que decir, Sr Finn.

Terminó de leer, rascó su nuca, y pensó que sería algo complicado hacer eso, además de que no tenía idea de quién era ni en qué parte del pueblo se encontraba.

—¿tienes idea de quién podría tratarse?
Cuestionó con una mueca en su rostro.

—Ni idea, solo lo encontré en mi buzón, tal vez fue una equivocación.
Decía mientras subía sus hombros, solía recibir correos de casi cualquier persona, como alcalde que supervisa todo, es normal que la gente se llegase a confundir.

El oficial guardó el sobre en un cajón, dijo que más tarde se encargaría de eso, ya que no tenía idea de dónde empezar y creía que sería más fácil con ayuda de su compañero. Ahora se debía enfocar en sacar a la luz el delito que investigaba, no importa cómo, mandaría a esos dos a prisión.

—Pepper.