05

10.2K 1.2K 126
                                    




El Omega acarició con sumo cuidado aquellos deditos de su pequeña hija, recorriendo esto con sus manos temblorosas,sintiendo como esa angustia en su pecho se iba alejando muy lentamente.

Su cachorro estaba bien.

Pasó su mano por su propia mejilla, la cual estaba rojiza por todo el llanto que había tenido, pasando levemente sus manos por sus ojos rojizos e hinchados.

— Se encuentra mucho mejor - le anima Jean, quien estaba checando un par de cosas que no comprendía el Omega, sonrió en silencio mirando a su pequeña.

Hizo un sonido suave acercando su rostro a su bebé  , intentando marcar mejor su aroma ahí al ver ese pequeño puchero que se comenzaba a formar en sus pequeños labios.

— Está bien - dice el alfa al final, acercando por impulso hacia el Omega, depositando un beso en su cabello, este se quedó congelado por esa accion ,no comprendiendo bien por qué sus mejillas se habían calentado y puesto rojizas

Llevó sus manos a sus mejillas de nuevo, mirando de reojo al alfa, quien mostró un poco de timidez y sonrió levemente.

—Iré a ver unos asuntos, volveré en unos minutos, no te preocupes por nada ¿Si? - sus dedos acarician su mejilla levemente y asiente lentamente el Omega, aun mirándolo con sus cejas un poco curvadas.

— Está bien ... -dice acariciando a su cachorra. Tragó saliva y ella le mira cosa que haga que sonrisa,mostrando sus rosaditas encías, no pudo evitar sentir alivio al verla bien.

Estaba bien.

Podía relajarse. Su bebé estaba bien.

— ¿Te sientes mejor mi amor?- susurra con ese rastro de ternura, acariciando sus deditos lentamente causando solo una sonrisita fe parte de la bebé y que riera.

El alfa cambió totalmente su expresión apenas cerró la puerta detrás de su espalda, mostrando una expresión endurecida, comenzando a sentir su sangre hervir en enojo y molestia, su aroma haciéndose más intenso, mostrando su molestia.

Sus ojos tomaron un ligero tono rojizo, estaba molesto.

Caminó a pasos pesados, mirando a la chica, justo esa chica.

Apretó la mandíbula, debía de calmarse o haría un escándalo, por lo que solo con voz fría y plana ordenó que fueran a un lugar en específico, tomó un poco de aire.

Su mirada fue directo hacia esas personas.

—Su comportamiento es completamente inadecuado, debe de ser una...

— P-pero... - susurra la chica interrumpiendo sus palabras, le miró con enojo.

— ¡Te dije que guardarás silencio! -dice en un tono furioso, la chica solo se encoge, arrepintiendose.

Un alfa, un alfa de sangre pura estaba furioso con su persona, un alfa más fuerte que todas las castas, un alfa joven que podría desgarrar su garganta si deseaba.

Varios bajaron la mirada.

La voz del alfa siquiera había llegado a tener ese mando de alfa, solo era la suya, pero su simple presencia era más que suficiente para lograr intimidar a cualquiera.

— ¿Quien les dió la orden de tratar a un civil de esa manera? - dice caminado lentamente mirando a cada uno, en especial a Stefanie, esa chica quien permanecía temblando, pero mostrando una expresión distinta, tal vez estaba enojada pero aún  estaba por mostrar su rostro de asco hacia ese Omega. —¿Recuerdan que soy el jefe y puse reglas? Saben perfectamente que si rompen alguna estarán en la calle, lo saben. ¿No?

La chica bufó en silencio.

—Dije Lo saben ¿no?  -el alfa bajó su voz, mostrando ese alfa de mando ahí mismo.

Los víó tragar saliva nerviosos y respondieron en unísono automáticamente, dando un paso hacia atrás.

— ¿Por qué tanto interés en un Omega como ese? - habla la misma que le había negado  a ese Omega con su bebé pasar, Jean contuvo la respiración, debería calmarse.

Pero era su Omega destinado.

Era inevitable que respondiera por ese Omega y por el  cachorro que tenía, necesitaban su protección, necesitaban un lugar seguro.

Y no le importaba despedir a alguien que ya había hecho lo mismo varias veces, solo por ese Omega que estaba en aquella habitación con su cachorro.

Su mandíbula se apretó, no le respondió, no aún.

Al menos no aún, pero al ver que la chica había alzado su barbilla de forma arrogante y desafiante habló.

—Recoge tu carta de renuncia, estás despedida, nunca vuelvas a pisar los instalaciones  de este y otras instalaciones de mis hospitales - gruñó,notando su piel palidecer y observa a varios bajar la mirada aún más.

Tomó un poco de aire de nuevo.

Piensa en su aroma piensa en su aroma.

—¿Alguien quiere hablar? - dice apretando sus manos unos momentos y les dió una mirada firme mirando como varios niegan.

Suspiró, bajando lla mirada mientras acomodaba aquella bata, y solo murmura de forma más baja y suave :— Vuelvan al trabajo.


El Omega permanecía mirando a su bebé jugando con sus manos aún, y solo sonrió con calma.

Ajeno a todo lo que sucedía afuera.

Ajeno y sin saber que el alfa que le había regalado la Luna lo defendía.

Reó bajo cuando Amy suelta un pequeño estornudo esta vez ya sabiendo que estaría bien le dió un besito en su mejilla, relajando más sus músculos.

— salud cosita preciosa, salud - susurra besando por última vez sus mejillas.

Escuchó la puerta, sintiendo ese aroma en la punta de su nariz se levantó alzando su mirada, de inmediato se acercó al hombre enredando sus brazos alrededor de su torso en un abrazo.

El alfa lucia aún serio, pero al ver esa sonrisa de par de del Omega automáticamente sus brazos rodearon su cuerpo igual, logrando sentir la cabeza del Omega en su pecho.

— Gracias Jean - susurra, comenzando a sentir sus ojos húmedos.

Estaba agradecido, no sabia como iba a pagar aquello, pero sabia que su bebé ya se encontraría bien.

—No es nada - susurra el alfa acariciando su pómulo —conmigo no les faltará nada.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Foxy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora