Metida en problemas.

858 78 74
                                    

Metida en problemas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Metida en problemas.
Serios problemas.

He estado esperando este momento desde que los vi, esa química, esas miradas, ese amor.

Ya llegaba el momento, ¡Se van a besar! Se van a besar, se van a besar...

¡No! ¡Maldita sea, no se besaron!

─Mierda.─Maldije en voz baja.

Ver series siendo una chica terriblemente ansiosa era algo horrible,  definitivamente no sabía como describir este momento en el que los guionistas me habían estafado.

Me pasaba muy seguido, quería destruirlo todo en el momento en el que alguien interrumpía y no podían besarse, incluso me ponía más frustrada que los personajes.

¡Y ni siquiera era yo la que iba a ser besada!.

O bueno, debo admitir que en mis sueños fantaseaba con esos chicos, pero ese no es el punto en este momento.

Aquí lo que importa es la traición de Netflix y como juegan con mis sentimientos.

Un sonido en las escaleras.

El aire se me va de nuevo cuando oigo como si alguien estuviera bajando, como si estuvieran viniendo por mí.

Maldita sea, no pienso volver a verme películas de terror en mi vida.

Sin embargo, no pasan ni diez segundos cuando los pasos se oyen lejanos, cada vez se escuchan menos, y de lo único que estaba segura es de que había alguien más que yo en esta casa.

Molesta y indignada por ser tan paranoica, me pongo de pie para demostrarme a mi misma de que no había absolutamente nadie más en la segunda planta.

Mis pasos son seguros y mi columna está firme, mis cejas fruncidos y mis labios un poco encorvados, y me dirijo a mi habitación, pues si hubiera alguien en el segundo piso, ya trataría de secuestrarme en el momento en el que me viera por ahí.

Y toda mi valentía se va por el caño cuando sigo oyendo sonidos.

Yo no tenía ninguna mascota, mamá era alérgica a ellas y Paul las detestaba, era solo yo en este momento y unos sonidos extraños y tenebrosos.

─Eres bastante testaruda, ¿No?.

Una voz.

Una voz de chico.

Trago duro y siento que me ahogo, pero aún así trato de demostrarme fuerte.

En mi ventana, sentado en ella, estaba un desconocido, pelo negro y de rizos, piel notoriamente blanca y semblante desafiante y burlón al mismo tiempo.

Por lo menos no era un monstruo como creía.

─¿Qué haces aquí?.─Pregunto molesta, pero en mi mente solo se proyecta la escena de hace unas horas, los gritos, tan desgarradores y tenebrosos, y la gran coincidencia de los rulos en ambas siluetas.

Un Secreto Oscuro; FillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora