𝕊𝕦𝕞𝕞𝕖𝕣 𝕍𝕒𝕔𝕒𝕥𝕚𝕠𝕟𝕤~ 夏休み 𝕃𝕖𝕖 𝔽𝕖́𝕝𝕚𝕩 [𝕊𝕂ℤ]

夏休み (45)

No hubo una despedida como lo hubiese deseado. No hubo un abrazo ni mucho menos uno de esos besos que solo Félix sabía dar.

Ahora estaba en otro país, en otro lugar muy lejos de mí. Y no, no podía simplemente llegar y tomar mi celular para escribirle "te extraño, solo regresa a mí"
No cuando él fue el que terminó conmigo, poniendo una barrera llamada tiempo.

Así es, ahora el tiempo decide todo. Ahora el tiempo va a medir mis sentimientos y los de él, porque sino, significa que no es amor de verdad.

Singnificará que no es un amor sano, que fue cultivado tras peleas tontas e inmaduras, tras celos y decisiones prepotentes.

Simplemente lo que tenía que hacer era esperar un año entero. No días, ni meses, un año completo sin poder decirle a Félix: ¡ey, hoy cumplimos un mes más. Me alegra tanto que estés en mi vida aunque te lo diga todos los días"

Tal vez estaba siendo dramática e impaciente a pesar de que ya ha pasado un maldito mes tras su partida sumamente dolorosa. Pero no lo sentía así, no me sentía tonta porque sabía que el cariño que le tenía no sería algo ligero que podría olvidarlo con unos meses sin verlo o decirle cosas lindas por llamadas y chats.

Yo estaba por pasar a mi antepenúltimo año y la presión no se sentía tanto como la de mis compañeros de último año.

—¿Quieres ir a mi casa para jugar videojuegos?— pasó su brazo por mis hombros mientras caminábamos por los pasillos.

Estuve a nada de decirle: quita tu mano. Amo a mi querido y celoso novio Félix, aunque suene algo tóxico.

Pero que más da. Eso no lo puedo decir ya.

Asentí —claro— dije casi sin ánimos.

—¡Nakamoto!— gritaron y él se detuvo al igual que yo.

La miramos y entonces ella sonrió —olvidaste tu lapicera tonto— me miró —¿si irás a la tarde de videojuegos? No has salido desde entonces.

Asentí de la misma manera que antes —sí iré Nako— sonreí.

Ahora cada uno de mis amigos estaba a cada lado. Nako tenía su brazo enredado con el mío y Yuta solo nos seguía el paso a la par.

[...]

La tarde de videojuegos se extendió hasta una linda cena llena de pizza y refrescos en el sótano remodelado de Yuta.

Jugamos muchos videojuegos y cuando nos aburrimos optamos por juegos de mesas aunque terminamos más aburridos que antes.

Cuando volví a casa mi madre preparaba la cena mientras que Ruby solo estaba en el comedor llenó de libros. Pronto tendría un examen importante.

—¿Cenarás Maddie?— habló mi mamá cuando me vio pasar por el pasillo.

—Yuta compró pizza, gracias de todas formas— lo decía en voz alta ya que iba en dirección a las escaleras —dormiré, estoy agotada.

Y nadie me interrumpió después.
Ni Ruby quien después de estudiar y cenar, subía a mi habitación para platicarme sobre su día y yo un poco del mío.

Eso lo hacía justo una semana después de que el rubio se fue. Decía que me veía deprimida y temía que me quisiera suicidar por eso.

Vamos... no soy tan tonta, nunca haría algo así y menos por amor.

Me recosté en una mejor posición que antes. Miré mi celular y busqué videos de coreografías que siempre veía pero nunca practicaba por pereza nada más.