Bandolera

Capítulo 4

Había pasado un mes desde que Teresa y María vieron a Curro, la joven le dijo a María que se dirigiría a Ronda para seguir con su viaje, cuando esta quiso pagarle los días que estuvo con ella  se negó en rotundo, así que se fue despidiéndose de ella. A la salida del pueblo se encontró a una anciana pidiendo un poco de limosna y le dio un poco de dinero, esta se sorprendió ya que normalmente la gente pasaba de largo pero recordó que era la chica que vivía con doña María la madre de Curro Jiménez, la miro con una sonrisa y la vio irse por el camino polvoriento, lo que pareció extraño fue el halcón que iba con ella.

Con el paso de los días, Teresa diviso la ciudad de Ronda pero antes de llegar a su destino, su compañero de viaje se cruzo por delante de ella en señal de que estuviera alerta y escucho que cabalgaban detrás de ella muy apresurados detrás de ella así que se aparto para que pudiera pasar el transeúnte que iba tan de prisa, se llevo una gran sorpresa al ver que era Curro el que la seguía y su halcón fue a saludarlo, para luego volver con su dueña.

Teresa: Hola Curro, ¿eras tú el que me estaba siguiendo?

Curro: Hola Teresa, si era yo pero no te estaba siguiendo, cambiando de tema ¿Qué haces por aquí?

Teresa: Bueno pues digamos que me dirijo a Ronda para vender bordados y luego seguir con mi camino, y ¿Qué te ha pasado a ti? (Viendo que la camisa tenia rastro de sangre)

Curro: Es una larga historia, pero me temo que te voy a tener que pedirte un favor

Teresa: Claro de que se trata

Curro: Primero necesito que te pongas algo para cubrir tu rostro y bueno sujeta al halcón

Teresa: Vale (Se lo cubre con los pañuelos) se llama Atila le puso el nombre tu madre

Curro: Vaya si que os cundió el día, vamos

Lo siguió hasta la cima de una colina y vio a unos oficiales franceses con tres hombres atados como si fueran animales, arrastrándolos colina arriba.

Teresa: Supongo que son tus hombres

Curro: Supones bien, veras necesito tu ayuda para poder liberarlos ya que estoy muy lejos de donde tengo mi guarida y no puedo ir a por mis hombres

Los siguieron desde lejos, sin que los notasen, pero Teresa no podía dejar de ver al primero de la fila, parecía el más joven de todos.

Teresa: ¿Cómo quieres rescatarles?

Curro: Bueno no tendrás algún vestido

Teresa: Creo que sí, pero me atreveré a preguntar

Curro: Como te abras dado cuenta estoy en busca y captura o me equivoco "fantasma"

Teresa lo miro sorprendida, había sido sumamente sigilosa para que nadie se diera cuenta de que era ella, pero para alguien que tiene ojos y oídos en todas partes no se sorprendió mucho.

Teresa: ¿Qué tengo que hacer?

Curro: Lo único que tienes que hacer es entrar con una lima escondida entre la ropa y decir que eres la prima del estudiante, decirle al oficial que te has enterado de que lo habían atrapado y que quieres despedirte de él

Teresa: Esta bien, después de esto tendré que olvidarme de vender los bordados en Ronda y seguir a otro pueblo y me debes una

Curro: Tomare tu palabra

Antes de que llegaran al pueblo se dirigieron a la zona de donde estaba ubicada la prisión para ver cuanta cuerda necesitarían, después de eso Teresa puso en marcha el plan de Curro, le hizo una señal a Atila para que se quedara con él.

Teresa: Buenas tardes señor oficial

Oficial: Buenas tardes joven, ¿En qué puedo ayudarla?

Teresa: Pues veras soy una prima lejana del Estudiante, me preguntaba si podría verle por última vez, no nos hemos visto desde que éramos niños y quería despedirme de él.

Oficial: Espere aquí señorita que le pregunte al capitán (Teresa vio desaparecer un momento al guardia)

Capitán francés: Mire señorita le haré un favor a esa escoria, puedes ir a verle

Teresa: Gracias señor, es usted muy amable

El oficial que le atendió antes la guió a donde los tenían encerrados, ella iba un poco asustada de que la descubrieran.

Oficial: Estudiante tiene visita, les doy diez minutos

Antes de que alguno pudiera preguntar, Teresa entro a la celda un poco tímida para aparentar que era evidente que no se acordaba de él, espero a que se fuera el oficial y una vez lo hizo se aseguro de que no hubiera ningún guardia.

Teresa: Bien quien de los tres es el Estudiante

Estudiante: Soy yo, pero dime preciosa para que me buscabas

Teresa: No te pases de listo que vengo de parte de Curro además (Lo alejo de los otros dos hombres, se sentó en el banco y saco la lima de entre los pliegues de la falda) además me ha dicho que os de esto, por cierto le he dicho al oficial que soy tu prima lejana así que intenta actuar un poco.

Estudiante: Vaya si que ha sido listo, pero porque no lo ha traído el

Algarrobo: Entonces está vivo

Teresa: Cuando lo vi yo estaba más que vivo

Gitano (Sin dejar de mirarla): Tal vez esté buscando la manera de entrar sin que le arresten a él también

Teresa: Seguramente

Algarrobo: Pero bueno me pregunto porque habrá usado a una joven tan encantadora como tú para ayudarnos

Estudiante: No te pases Algarrobo

Antes de que pudiera tocar a Teresa, esta le hizo una llave dejándolo en el suelo ocasionando la risa de los otros dos, cuando llego el oficial para decir que el tiempo había terminado, Teresa intento persuadirle ya que tenía que actuar un poco, se abrazaron los dos despidiéndose y se marcho fingiendo que lloraba. Al salir a la calle Teresa se fue hacia el caballo lo agarro de las riendas y con cuidado llevo a la salida del pueblo, para subirse en el con cuidado de que nadie notara que tenia pantalones debajo y fue a buscar a Curro, cuando lo encontró no estaba solo sino con una familia.

Teresa: Curro, ya les he entregado la lima

Curro: Bien gracias Teresa, ahora solo tengo que entrar con la soga y las armas (Atila fue con ella)

Joven: Te has vuelto loco

Teresa: Estoy contigo

Curro: Son mis hombres, Teresa gracias por todo

Teresa: De nada, y suerte

Teresa se fue a cambiar detrás de unos arbustos, bueno a decir verdad se puso una camisa y se quito la falda, se despidió de ellos con la esperanza de que todo fuera bien y se fue a un pueblo para vender sus bordados que le recomendaron la pareja.