18

28 7 0
                                    

Octubre 19, 2018.
Querido Tao:

El hecho de que lo que sucedió entre los dos fue como abrir la puerta de una habitación misteriosa sin alcanzar a descubrir su contenido, nos hace mantener siempre a la expectativa, con las ganas y la curiosidad intacta. No importa el tiempo que pase hasta que no descubramos lo que hay detrás de la estúpida puerta, no podremos ser libres el uno del otro.

Quizá esa sea la razón por la cual ahora nos volvemos a sentir cerca el uno del otro y constantemente hablamos sobre lo sucedido entre los dos (además, porque me ayuda a escribir mis historias románticas). El pasado siempre es una excusa para revivir lo que sentimos, que adicionalmente nos ha servido para razonar acerca todo lo que hicimos mal y darnos cuenta lo mucho que hemos cambiado o si aún seguimos conversando ciertas actitudes o posturas ante determinados temas.

Ha estado bien, compartir cosas de nuevo, creí que habíamos logrado establecer entre los dos un estilo de relación saludable en la que podíamos hablar acerca de los dos en pasado y presente y estar bien con ello. Sin embargo, el día que te encontré en la terraza del negocio de tus padres arreglando la moto, me di cuenta que no era así.

Me sentí tan inquieta y nerviosa al estar a tu alrededor que me di cuenta que lo que había hecho en realidad fue dejar descansar en un rincón de mi interior todas las cosas que siento por ti. Además, me lleve una sorpresa grata al darme cuenta que tu aun te pones nervioso y torpe a mi alrededor; al segundo que escuchaste mi voz se te empezaron a caer todas las herramientas con las que arreglabas tu motocicleta. Y por supuesto que hablamos de ello, aceptaste que te sigo poniendo nervioso con mi presencia, de hecho, ambos aceptamos la situación, pero no le dimos profundidad al asunto.

Entonces llegó la situación de hace tres días, teníamos dos semanas de estar hablando de que me había inscrito para trabajar durante final de mes en la logística de las elecciones de ese año, y ese día después de hacer una prueba teórica práctica me enteré que había entrado en el grupo de trabajo y estaba tan contenta de que mi situación económica iba a mejorar que hasta te propuse ir a cine en cuanto me pagaran, fue algo tan espontaneo que no pensé en nada más que en divertirnos, como lo habíamos acordado después de nuestra conversación de amor y amistad. El problema fue que lo tomaste de otra forma.

Apenas unas semanas antes me habías asegurado que podías manejar nuestra amistad sin problemas, pero mi invitación a cine te genero mucho conflicto.

Al principio no lo noté, puesto que lo propuse en medio de otras conversaciones como el cumpleaños de mi mamá y los estrenos de cine de esa temporada y además yo me encontraba atareada haciendo una tarea de francés que me tenía estresada y loca. Luego tú me dijiste que no sabías qué contestar a mi invitación y fue cuando supe que había sido una mala idea.

"A lo que voy es que hace unos meses cuando empezamos a hablar todo estaba claro para mí, pero luego de este tiempo, después de todo lo que nos hemos dicho y lo que ha pasado, pues me siento confundido. Ahora somos amigos, pero no sé si tú quieres que seamos solo amigos, y tampoco sé cómo actuar frente a ti. Solo sé que no quiero arruinarlo."

A pesar de ello me sorprendí a mí misma, pues tome una postura totalmente inesperada. Me tomé unos segundos para decidir qué actitud tomar y aunque se pensaría que después de tantas trabas lo justo sería alejarse, yo hice lo contrario... no lo sé, supongo que esta vez me decidí de verdad, quería intentarlo con todo lo que puedo.

"Te entiendo en cuanto a no saber cómo actuar cuando estamos cerca, porque me siento más o menos igual, mira lo que nos pasó hace días cuando te vi en casa de tus padres... con respecto a la invitación, será lo que ambos estemos dispuestos que sea, ya nos conocemos y creo que somos lo suficientemente maduros pata decidirlo sin problemas"

Con amor, Hayley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora