Derrumbarse

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Salí corriendo, mientras escuchaba que Enrique gritaba "¡ey qué es lo qué pasa!", no me importó, huí de ahí inmediatamente , me sentía frustrada, que mi alma se quebraba, se caía en pedazos, me sentía culpable, pues ella me había dicho que no le diéramos tanta importancia a su enfermedad, iba llorando, no sabía qué hacer, el camino se me hacía extremadamente eterno, finalmente llegué a su clínica, cansada, eso no importaba ahora.
-Hola...Diana Smith?- pregunté casi sin aire.

-Piso dos, habitación 12B-respondió una enfermera con mal gesto.

Subí corriendo de nuevo, mi papá se encontraba en un estado de shock, Ben llorando desconsolado y Bill confundido, pues no entendía lo que pasaba. Pregunté qué era lo que sucedía, mi papá miró hacia abajo, sobreentendí que mi mamá están en sus últimos momentos, luego me pidió que entrara a verla, así lo hice.

-Hola mami... ¿cómo estás?

-Tú sabes cómo estoy, incluso más que yo misma-respondió casi sin fuerzas.

-¿Cómo hiciste para llegar hasta aquí?-preguntó.

-Corriendo má- respondí

-Mi chica siempre tan deportista-lo dijo tosiendo.

-Mami, vas a estar bien-

-Descuida, ya estoy lista para esto-respondió mientras yo empezaba a llorar.

-No, no digas eso mami-

-Ey, ey, respira, sabes algo, a tu edad yo era totalmente lo contrario a ti, era rebelde, ignoraba a mis padres en todo, tenía muchísimos novios, todo lo opuesto. Por eso, te pido que por favor, en serio te pido de favor deja de ser tan perfecta, vive la vida, no hagas todo lo que dicen, rompe las reglas, en fin aprovecha cada maldito segundo de tu vida.

-Pero... esto es una despedida?-

-Exacto, mija, pero no te preocupes yo voy a estar bien-terminó de decir mientras daba su último aliento.

-¡No!,¡No, por favor, No!-empecé a gritar y llorar desesperada.

En seguida entraron mi papá y mis dos hermanos, mi papá me detuvo y me dijo que me tranquilizara, mis hermanos llorando. Luego, llegaron los doctores diciendo que ya no había nada más que hacer. Al paso de los días, yo me sentía vacía no fui a la prepa durante una semana, me sentía incapaz, lloraba todos los días, me sentía muy mal. Sin embargo, estaba en mi habitación y volví a sentir que alguien me espiaba, me paré de inmediato, volteé hacia la ventana, no vi a nadie, lo único que pude ver era una nota que decía "Espérame aquí mañana y si no lo haces te irá muy mal"; aunque, al principio me dio miedo y yo sabía que era alguien desconocido, tenía curiosidad de saber al fin quién era aquella persona que me espiaba casi todos los días.

Al día siguiente, decidí volver a la prepa, Enrique corrió hacia mí y me abrazo, muy feliz, me encontré a mis amigas y así también lo hicieron. Pero, yo sentía que ya había cambiado no era la misma, pues mi madre me había dicho que dejara de ser tan rígida y tomara mis propias decisiones.

Le conté a Enrique sobre lo que había pasado la noche anterior, sólo sé lo conté a él, era el único que me creía, mis amigas me decían que era una exagerada. Él se entusiasmó y me dijo que me quería ayudar, yo le pedí que por favor no fuera, sino algo malo le pasaría.

En ese momento, entró un chico el cual era nuevo, guapísimo, más alto que yo, piel morena, cabello chino, musculoso, se veía un poco tímido. Lo que no me imaginé fue que se acercaría a nosotros para preguntarnos dónde estaba su salón, le ayudamos y me preguntó mi nombre se lo dije y él me dijo que él se llamaba Richard, pude notar que Enrique se enojó un poco conmigo, le pregunté por qué y respondió que no era nada, sólo le había parecido un poco presumido él nuevo chico.

Legué a casa y estaba más que lista para saber quién era el que me espiaba, subí de inmediato a mi cuarto, esperé, esperé y esperé, me quedé dormida al final, luego de un rato desperté y encontré una nota que estaba en una hoja arrugada, con una tinta rojiza y una caligrafía muy fea, donde decía: "Te arrepentirás de ignorarme". Yo me preocupé, quería gritar, llorar, no sabía qué hacer, me comencé a sentir muy mal, traté de tranquilizarme, llamé a Enrique y le pedí que viniera rápido, que necesitaba de su ayuda para una tarea, aunque no era así, sólo que se lo dije para que no se preocupara.

Cuando llegó le mostré la nota y me dijo que no me preocupara que él me iba a cuidar, que le gustaría ayudarme a investigar quién era, luego de varias horas se fue. Al principio tenía miedo, pasaron varias horas y yo seguía despierta. En ese instante, me vino a la cabeza una idea, todo esto me había motivado a hacerme más ruda, diferente, a cambiar. Pensando en eso me quedé dormida.

Al día siguiente me desperté, decidí usar ese día un estilo más grunge, me puse unos jeans rotos, unas botas de cuero, una camisa a cuadros atada a la cintura, la playera de una banda de rock y una chamarra de cuero con estoperoles, mucho maquillaje y el cabello rizado, bajé y ni mi papá me reconoció.

-Ey hija, estás bien-preguntó preocupado.

-Sí, estoy perfecta-

-Olvidas tú desayuno-

-Ajá, como sea-respondí indiferente.

Llegué a la escuela todos me miraban, mis amigas ya casi no me hablaban, así que no me importó mucho lo que me dijeron.

-Jade, ¿Qué te paso?, ¿Con quién te peleaste?-preguntó Rihanna un poco arrogante.

-A mí me agrada-dijo Antonia defendiéndome.

-Es algo atrevido, pero me gusta su onda- respondió Estephanie un tanto despreocupada.

-Sí, me da igual- les dije.

Todas se quedaron sin palabras, mientras Rihanna hizo los ojos para atrás, por lo que decidió ya no hablarme e irse con sus amigas las porristas, aunque yo fingí que no me importaba, rápidamente también se fueron Antonia y Estephanie, con sus respectivos amigos; en cuanto se fueron, me sentí muy mal y quería llorar. En ese momento, llegó Enrique, pasó a un lado de mí y no me reconoció, se detuvo.

-Jade, ¿eres tú?-cuestionó un poco confundido.

-Sí-

-Wow! Ese look te queda fantástico, pareces una chica Tumblr, jajajaja, ey no te apures por esas tontas, si no les agradas, es su problema, ven vamos con mis amigos-

Llegamos con sus amigos, todos eran muy buena onda, finalmente, me sentía dentro de un grupo, yo era la única chica de su grupo, eso no era problema o al menos, para mí.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora