Inefable

Dulce y salado

El día de hoy desperté como todos los días,  con flojera, sin ganas de ir a clases, ese estado en que todo te da flojera de realizar, me fui a la prepa un poco desarreglada.

Llegué a la escuela un poco tarde, pero alcancé a entrar, durante la hora de receso noté que mis amigas estaban enojadas y un tanto raras conmigo, todos murmuraban sobre mi, aunque no sabía por qué.

En ese momento, dos policías entraron a la escuela buscando desesperadamente a alguien, me miraron a los ojos y dijeron mi nombre, rápidamente  me arrestaron, en esos momentos lo único que pasaba por mi cabeza era ¿qué fue lo que hice?, ¿qué  fue pasó?, ¿acaso cometí un crimen?

Antes de continuar, voy a presentarme, soy Jade una chica promedio, delgada, morena, con aires latinos, cabello negro, con mi estilo deportivo, me gusta hacer de todo un poco, práctico basquetbol, me va bien en la prepa, pero lo que más disfruto es bailar, sin embargo,  todos me decían que era muy perfeccionista, ya que mis  papás me exigían que debía de ser buena en todo y seguir las reglas tal cual. Actualmente, tengo 17 años, curso la preparatoria en Miami Beach, Florida, dentro de ella tengo tres mejores amigas y un mejor amigo, a los cuales los conozco desde que tenía como 6 años, la primera era Estephanie, una chica rubia, delgada la más bajita de las cuatro, muy inteligente, aunque un poco dramática, un estilo con tintes hippies. Luego,  estaba Rihanna con cabello cobrizo y muy largo, cuerpo voluptuoso, alta, muy glamorosa, irresistible para todo el que se le pusiera en frente. También, Antonia una chica de piel oscura, con cabello afro, un look muy colorido y llamativo, experta en fotografía, un poco misteriosa. Por último, Enrique, un chico atleta, un poco gamer, sociable, estaba poquitito más alto que yo, moreno, cabello lacio, castaño y un poco largo, el chico ideal para muchas, pero para mí sólo era mi mejor amigo.

El primer año de preparatoria no había cambiado nada seguíamos siendo igual de unidos como siempre, salíamos, nos gustaba ir a fiestas, en algunas clases íbamos juntos, lo normal que hacemos los adolescentes.

Ahora estábamos de vacaciones, así que fui a la casa de Enrique a jugar videojuegos y a comer pizza, mientras estábamos ahí nos preguntábamos ¿ cómo sería nuestro segundo año? Yo le decía que seguramente tendría una novia y que cuando la tuviera me iba a hacer a un lado, él dijo que no sería así, pues aún no había nadie que le gustara o siquiera le pareciera atractiva, yo le nombre a Rihanna, porque ella siempre lo había querido, él me dijo:-¡Claro que no!, es totalmente lo contrario a alguien que me gustaría.
-Entonces, ¿cómo es tú tipo?-pregunté.
-Tal vez, algo más sencilla, que hiciera deporte, obviamente, bonita, que se preocupara por su imagen, pero no en exceso, también que fuera inteligente, que le gustara pasar tiempo conmigo y jugara videojuegos conmigo-contestó sin dudar.
-Ok, me parece bien-respondí.

En ese momento, llegó Antonia, dijo que quería jugar con nosotros, la estábamos pasando muy bien. De pronto, me llamó mi papá preocupado, ya que mi mamá se había puesto mal y la llevaron a una clínica de inmediato, por ello me fui rápidamente sin decir nada, ellos se quedaron extrañados, nunca me habían visto así. Llegué a la clínica corriendo, pregunté por mi mamá y me dijeron que estaba en el cuarto 124, fui para allá y encontré a mi papá afuera llorando, pensé lo peor, le pregunté por mamá, me dijo que tuvo una discusión fuerte con mi hermano, por lo que le dio un fuerte dolor de cabeza y se desmayó, cuando él llegó la encontró inconsciente y con varios moretones en el cuerpo. También estaba mi hermanito Bill preocupado, no sabía lo que estaba pasando. Llegó el doctor nos dijo que mi mamá estaba estable, aunque la iban a dejar para hacerle un par de estudios, con el fin de asegurarse que todo se encontraba bien. Sentimos alivio de inmediato, mi papá se quedaría con ella, mientras yo me quedaba con mi hermanito en casa, así lo hice me fui en mi auto a casa con Bill , esperé a que se durmiera y me fui a mi cuarto, escuché que tocaron a mi puerta, era mi hermano mayor Ben, llegó cayéndose de borracho, lo dejé en la sala, estaba enojada con él. De nuevo, subí a mi cuarto y sonó mi celular, era Enrique me preguntó qué había pasado, nunca me había visto así, yo siempre me presentaba como una persona demasiado relajada, le conté sobre lo de mi madre y se quedó tranquilo, luego me quedé dormida.

Al día siguiente me desperté un poco tarde y fui a la clínica con Bill y Ben, pero cuando llegamos mi papá estaba llorando nuevamente , me preocupé de inmediato y supe que algo andaba mal, nos vio, abrazó a cada uno y dijo:
-Por favor sean fuertes por lo que les voy a decir ahora-dijo mientras lloraba .
Todos nos quedamos en silencio esperando a que lo dijera.
-Mamá tiene una grave enfermedad...-se quedó en un largo silencio .
-¿Qué es lo que tiene?-pregunté  desesperada.
- Es leucemia, les dije que cuando llegué y la encontré tenía moretones, debido a la pelea con Ben, sólo que no era así, no eran golpes, eran moretones por la leucemia- comenzó a llorar de nuevo al igual que nosotros.

Al paso de los días, todos seguíamos igual ausentes, hasta que yo busqué la forma de ser más optimista e ir a animar a mi mamá un poco. Ella me decía que no importaba que ella estuviera enferma que nosotros debíamos de seguir viviendo la vida como normalmente la vivimos que salga con mis amigos, que me divierta y que le dijera lo mismo a mis hermanos. Así lo hice.

Era el cumpleaños de Estephanie y le habían organizado una fiesta a la cual me habían invitado, creían que no iría, porque me había ausentado durante una semana completa. Llegué a la fiesta y rápido corrió Enrique a abrazarme y mis amigas estaban muy contentas de verme, me saludaron felizmente.

Durante la fiesta nos la pasamos bailando un buen rato, jugando y haciendo bromas, en ese momento sentí una mirada muy fuerte y penetrante, no sabía quién era o de dónde venía. Llegó un chico al cual no conocía, me saludó y se presentó como Alex, estuvimos conversando, pero aún sentía la mirada, seguía sin saber de quién se trataba.

Al día siguiente, le llame a Antonia y le conté, también hablamos sobre Alex, él era un chico un año mayor que yo castaño, delgado, un poco grunge, me contó que le gustaba mucho dibujar y pintar, me pareció interesante, pero sentía que escondía algo. Le colgué a Antonia y en cuanto le colgué, tenía otra llamada no sabía quien era, sentí miedo al contestar y escuché una voz desconocida, muy grave, me asusté y dije:
-Buenoo...-tartamudeé.
-Tú eres Jade?-preguntó.
-Si?...-
- Que bueno! Oye estoy a fuera de tu casa ábreme- me dijo Enrique.
- En serio? ¡Eres tú, tonto, me asustaste mucho!- dije molesta, aunque con alivio y bajé a abrirle.
-No puedo creer que pensarás que era el chico del que me contaste de la fiesta que te observaba-dijo mientras reía.
-¿Qué haces aquí de nuevo?- pregunté.
-Solo vine para salir a correr como siempre, pero si quieres me puedo ir-dijo sarcásticamente.
-A es cierto, lo había olvidado, perdón-

Salimos a caminar y de nuevo sentía esa mirada sobre mí, le dije a Enrique y no me creyó, de repente salió Alex y nos tomó por sorpresa, me preguntó si quería salir con él el próximo viernes, no sabía que responder y Enrique me hizo la seña que le dijera que sí , así que le respondí que sí.

Cuando Alex se fue, Enrique y yo seguimos conversando, me dijo que seguramente él era quien me miraba, que no me preocupara, yo traté de quedarme con esa idea, pero no podía.

Luego, Enrique me contó que había descubierto que le gustaba una chica del gimnasio, que se llamaba Dayana, me describió que era un año más pequeña que nosotros, bajita, un poco robusta, que estaba pensando en invitarla a salir y me pedía un consejo para saber si podíamos hacer una cita doble, acepté, sentía un poco de miedo por Alex.

Finalmente, llegué a casa e hice una videollamada a mis tres amigas para contarles lo que estaba pasando, Rihanna  me decía que seguramente era Alex el que me espiaba, Estephanie me comentó que me relajara y dejara que todo fluyera y que si quería ella investigaba sobre él, a ella le dije que sí y Antonia dijo que era muy extraño y cómo acepté salir con él, por lo que les conté que sería una cita doble y Enrique iría con una chica, se quedaron tranquilas, después platicamos sobre otras cosas.