Inefable

Confusión

Estaba en mi entrenamiento y de vuelta, me sentí acosada, volteé hacia todos lados y no había nada ni nadie. Al finalizar, fui a cambiarme, compré unas galletas en la cafetería, encontré a Richard.
-Estás ocupada?-
-No, acabo de terminar mi entrenamiento-
-Oye...este...Me gustaría saber si acaso ¿Te gustaría salir conmigo?-preguntó un poco avergonzado.
-Sí, claro-
-Te parece bien el viernes en la noche-
-Ok-

Después de la cena salí al jardín a relajarme. En ese momento, escuché un ruido en mi cuarto, ¿acaso ya descubriría quién es quien me espía? Subí corriendo, abrí la puerta lentamente, miré hacia adentro de mi habitación y sólo era Enrique, que estaba comiendo pizza.
-¡Enrique!-
-¿Qué?-
-Pensé que era...bueno no importa ¿Qué haces aquí?-
-Solo vine de visita o acaso ya no puedo visitarte?-preguntó sarcásticamente.

Al día siguiente, era la cita, durante la cita me sentí observada de nuevo, fingí no sentirlo, sino Richard me preguntaría qué era lo que me pasaba, en fin, me gustó mucho salir con él, continuamos saliendo y luego nos hicimos novios.

Pasó un mes y ya no había recibido mensajes del "observador", así le pusimos Enrique y yo, o al menos eso creía. Abrí mi casillero, había un ramo de rosas, de inmediato, creí que había sido Richard.
-Gracias por las rosas-le dije y lo besé en una mejilla
-Pero yo no te dí nada, tal vez es un admirador secreto -respondió un poco molesto.
Después encontré a Enrique.
-Ey, Gracias de las rosas Enri-
-¿Rosas?-preguntó confundido.
-Sí, las que dejaste en mi casillero-
-Ok, me halaga que creas que fui yo, pero no fui yo, jajajaja-
-Entonces, ¿quién fue?-
-Ey espera, aquí hay una nota seguro dirá quien te las mandó-
Enrique, tomó la nota lentamente y empezó a leer: "Te lo advertí, te arrepentirás de lo que me hiciste".
Yo me asusté horriblemente y arrojé las rosas a un bote de basura.

Luego de ese día, ya no me sentía segura en ningún lado, ni en mi propia casa, en la prepa, en las canchas, en serio, en ningún lado.

Pasaban los días, yo seguía saliendo con Enrique y sus amigos del equipo de soccer, aunque fingía que no me pasaba nada, por dentro sentía que en cualquier momento podría sufrir algún daño, incluso morir, pues no sabía qué era lo que me querían hacer, Enrique sabía que yo no me sentía bien.
-Ey , vamos a la playa, hace mucho que no vamos-
-Sí, vamos-respondí entusiasmada.

Llegamos a la playa, nos metimos al mar, luego compramos un helado, jugamos un poco de voleibol, finalmente estábamos, platicando sentados en la arena.
-Entonces, ¿quien crees que sea "el observador"?-preguntó Enrique.
-No lo sé, ni me lo imagino, sólo habla de que lo ignoré en el pasado, no recuerdo a nadie-
-No te preocupes, ya sabes que yo te cuido, jajajaja, y ¿Cómo vas con tu ruptura con Richard?-
-¡Es un tonto!, terminó conmigo porque me enviaron rosas, pues creyó que habías sido tú, yo le dije que él ya sabía que nosotros sólo éramos amigos, me dijo que entonces le explicara quién me las había enviado, obvio no le conté, por eso me cortó-
-¿Creyó que yo te las había enviado? Jajajaja-esa risa fue algo sospechosa, como si estuviera nervioso.

Fue un momento de silencio incómodo, en eso Enrique me besó, yo le respondí, aunque luego pensé  ¿qué estoy haciendo?, no me importó, yo desde hace tiempo ya sentía que nosotros éramos más que solo amigos, luego me llevo a mi casa, durante todo el camino no hablamos nada, sólo nos despedimos y ya.