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Todo había empezado de maravilla, había logrado conseguir una reservación en el restaurante más lujoso de la ciudad, había comprado un nuevo traje, cuando practicó lo que diría no se equivocó tantas veces, consiguió el regalo que le daría a tiempo y lo más importante, Gustabo había dicho que si.

Por fuera estaba neutro y en su rostro no había emoción alguna, pero por dentro estaba más que emocionado si todo salía como lo había planeado esa misma noche Gustabo sería su novio y podría tratarlo como desde hace meses que lo deseaba.

Se encerró en su oficina continuando con su trabajo sin preocupaciones, haciendo lo que comúnmente haría en un día normal de trabajo, pero ese día no era un día normal, ese día era su cita así que cualquiera que se atreviera a juzgarlo por quedarse fantaseando recibiría un buen golpe de su parte.

Hablo con ivanoff y volkov explicándoles la situación, y los dos hombres mostrándole su apoyo aceptaron sin rechistar ocupar el turno que le correspondía para poder irse temprano, cuando la hora de irse llegó se acercó a los dos hombres y con las palabras más sinceras les dió las gracias y un abrazo a cada uno, luego se retiró sin decir nada más.

Por un segundo creyó escuchar un sollozo de parte de volkov pero simplemente lo ignoro, se dirigió lo más rápido que pudo al garaje central para tomar su auto e irse a su casa a prepararse para la noche.

Repaso el plan que tenía otra vez mientras se duchaba, quería que esa noche fuera perfecta y nadie lo evitaría.

O eso pensaba 

Dieron las 8 de la noche y conway de dirigía en su auto hacia la el departamento compartido de Gustabo, siempre le parecerá un misterio como 6 personas podían vivir en un mismo departamento.

Se estacionó fuera del edificio, acomodo su cabello y se aseguró de tener un buen aliento. Tomo el ascensor que lo llevaría al piso que buscaba, la música que sonaba empezaba a hirritarlo y eso no era bueno, cerró los ojos pensando en cosas que le gustaran, una sonrisa boba se mostró en su rostro cuando Gustabo apareció en su mente.

El ascensor abrió sus puertas cuando llegó a su destino, empezó a caminar hacia el fondo del pasillo que daba al departamento que buscaba, antes de tocar la puerta acomodo su corbata y su traje, reviso que tuviera todo lo que necesitaba antes de tocar la puerta.

Apretó el timbre esperando que su cita le abriera, paso al menos un minuto y la puerta fue abierta, su mirada tranquila y feliz se convirtió en una seria con una pizca de molestia.

-Hey pero si es superindigente- 

-superintendente segismundo, súper intendente- se esforzó en guardar la compostura, no quería molestarse antes de tiempo.

-Si como sea, Gustabo casi está listo, pasa y esperalo adentro- se movió un poco dejando la entrada despejada.

-No gracias, lo espero aquí- 

-Oh vamos, muy pronto seremos familia solo pasa- lo jalo un poco haciendo que entrara en el departamento.

Conway solo sacudió su brazo mirando con molestia al más joven, pasó su mirada por todo lo que su vista alcanzaba ver, quedando un poco sorprendido de que todo estuviera ordenados y oliera bien.

Acomodo el ramo de flores que llevaba un poco para tenerlo más presentable, segismundo corrió hacia el sillón lanzándose sobre este para tomar su celular y jugarlo un poco.

Observó más al menor notando que estaba vestido bastante formal, quedó un poco confundido por este hecho pero solo lo dejo pasar después de todo el usaba su traje a veces en casa también.

Pero eso era porque qué él era así y segismundo casi nunca usaba traje.

Cuando iba a preguntar por qué de su vestimenta Gustabo salió de un pasillo que él suponía que daba a las habitaciones. Solo se quedó admirando lo bien que le quedaba el traje, era uno común solo que la corbata era roja, sí que le gustaba el rojo.

-Te ves muy bien, buena elección de traje- 

-Gracias, lo conseguí en una mejor tienda, tenía que dar una buena impresión- 

Conway soltó una pequeña risa, dió unos pasos hacia él y le ofreció el ramo.

-Son para ti- 

-wow, son hermosas como tú guapo- le guiño el ojo de modo coqueto- gracias, iré a dejarlas en un florero- 

-claro- lo miró hasta que se perdió de su vista la que podía asegurar que era la cocina.

-uig, me dan asco- 

-cierra la boca capullo- 

Gustabo regreso con un florero en las manos, lo colocó en el centro de la mesa que había frente al sillón.

-Que bueno que se lleven mejor, seguro pasaremos una noche genial los tres-

¿Que?, ¿Había escuchado bien?

-Gustabo ¿como que tres?- 

-...mierda, ¿no te lo dije verdad?-

-¿Decirme qué?- 

Gustabo empezó a moverse nervioso en su lugar mientras segismundo se reía bajito tapándose con la manga de su traje, hábito que se le había pegado de su amigo.

-Bueno, pues es muy gracioso sabes, resulta que todos estarían ocupados hoy en cosas no muy cristianas, como comprenderás y no podía dejar a segismundo solo, en serio perdóname te juro que te lo compensare- en algún punto el mayor de los tres empezó a hablar más rápido debido a los nervios.

-Pero Gustabo ¡el no es un niño!- 

-ya lo sé pero es mi niño no solo puedo dejarlo solo toda la noche-

-Tiene 22 años joder y el cabron ha hecho más cosas ilegales que todos ustedes juntos- 

A la mierda la paz, no quería pasar todo su cita junto a la capullo ese, se supone que sería íntimo y romántico, al final se convertiría en una salida de guardería.

-Vamos Jack, ni notarás que está con nosotros, estará muy callado ¿Verdad segis?- 

-Así es súperindecente- alzo su pulgar en forma de aprobación.

Conway se quitó las gafas de sol tomándose entre los dedos el puente de su nariz, suspiró con fuerza intentando calmarse, no le quedaba de otra más que aceptar.

-Bien, pero más te vale comportarte mariconetti- 

-Te lo prometo- 

Joder esto no podía empeorar más, ¿O si?

Carolcons

09/05/2020

La peor cita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora