Sirena

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No supo cómo llegó allí. Y no es que no recordara cómo había llegado a la casa de Yuan, si aquello lo tenía clarísimo. Lo que no entendía era cómo había llegado a ese curso de la situación, a esa posición, sentado en el suelo, apoyando su cabeza en espacio de los muslos de Yuan mientras el secador danzaba sobre él. Si sólo pudiera ser acariciado por esos dedos un poco más cerca, un poco más rudo, de manera en la que marcaran sobre él hondamente...

Si tan sólo lo presionaran concretamente sobre una cama con las muñecas alzadas y un beso en la comisura de los labios, mientras susurraba palabras de amor inteligibles... Todo tendría más sentido.

Tendría razones para estar así de sonrojado por un contacto tan tierno y tranquilo si este fuera de otra índole, sin embargo, era el secador de pelo sobre sus cabellos, y sólo el comentario de SiZhui revelando una verdad.

-No es que sea malo, y tampoco espero que cambie nuestra amistad, pero me gustas, A-Yi. Siempre ha sido así. -Indicó.

Silencio. El secador lanzando aire cálido era lo único sonando sobre sus cabellos cortos y desordenados, con unos nervios inexplicables, ¿cómo podría explicarlo JingYi, de manera en que quedara claro?

Se puso en paralelo su deseo junto a ese amor y estalló en ese éxtasis emocional que debía retener a toda costa. Era gracias a esa reunión tan improvisada que podía decir lo que sentía, o tal vez guardarlo en el fondo de la deprimente historia, porque ese balde de agua fría le entristecía tanto con la realidad palpable.

JingYi estaba casado, no era algo que pudiera ignorar...

-Ah. También me gustas, sin embargo. -Contestó en cambio con naturalidad, sintiendo que esas palabras resbalaban de sus labios con la simpleza monstruosa de una confesión no premeditada, a pesar de que las sopesó y saboreó con calma en su interior.

Le gustaba Lan Yuan, desde hace tanto tiempo que sus rodillas se hacían frágiles con su voz, y era capaz de caer al suelo con la certidumbre agradable de saberse sujeto por un par de brazos; siempre fue así, siempre hubo estabilidad, siempre fue el caos envuelto en ese nombre dicho con esa melodiosa voz de sirena que tenía SiZhui.

Voz de sirena porque siempre se vio atraído a él como si fuera un hechizo irrompible e inevitable, envuelto en su cuerpo y danzando sobre esas curvas que JingYi sentía tan frágiles...

-¿Por qué es un anillo de promesa lo que me estás dando? -Preguntó, la lluvia cayendo rauda al exterior, él sintiéndose temblar sin saber si era el éxtasis, o los dedos de Yuan que hacían y deshacían a voluntad. A una voluntad tenebrosa.

-Porque se dan durante el noviazgo. -Contestó con simpleza, enredando sus dedos entre el cabello de JingYi tratando de peinarlos, mientras que en ese momento el más bajo se recostó, con la nuca quedando sobre los muslos de SiZhui y mirándolo a los ojos.

Yuan estaba ligeramente sonrojado y arrugó la nariz, mientras se acercaba lentamente y posaba sus labios en su piel.

La frente de JingYi ardió en el sitio donde los labios de Yuan chocaron dulces. La respiración del más bajo se cortó cuando se impulsó hacia adelante en una reacción completamente normal.

-Avísemosle a MeiYu que dormiré aquí, ¿sí? -Susurró sin aire, con su corazón latiendo a mil y con una sensación de culpa indolora.

Culpa porque sabía qué podía pasar y qué deseaba. Indolora porque de todas maneras siempre se supo enamorado de Lan SiZhui aunque no lo reconociera. Siempre se vio violentado con ese amor tan raudo y profundo, tan voraz que le consumía las mejillas en un rojo caramelo, y le daba ganas de gritar mientras cubría su rostro.

[MDZS] I Wonder... (ZhuiYi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora