Capítulo 18

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Klaus Heine

Por más que corrí no logre llegar a tiempo, solo vi como el avión se elevaba por los aires; ha pasado ya más de un año desde ese día pero sigue doliendo bastante, Leyna solo me mira sin decir nada, la casa se ha vuelto extremadamente silenciosa estos días dado a que Peyton se fue de viaje con sus abuelos maternos, Candace los acompaño diciendo que irían a un evento importante

– Deja de jugar con el tenedor y termina tu cena

– No tengo apetito

– De nuevo pensando en Rose

– Ni quien piense en ella – una risa estridente me hace levantar la cabeza – ¿Dije algo gracioso?

– No puedes ocultar que la extrañas

– No lo hago – levanto la voz – ella se fue y no volverá, no quiero que vuelvas con el tema

– Solo entiéndela – Leyna continua – este lugar es malo para ella, no habría podido avanzar sabiendo lo que sucedió en esta ciudad

– Leyna...

– ¿Acaso nosotros no nos mudamos de Maine cuando paso lo de Flor?

– No es lo mismo

– Tienes razón, lo de Rose es peor y lo sabes – mi hermana está más que sería – como sabes que fuiste un tremendo idiota por no estar aquí ese día, ella quiso despedirse de ti, su rostro de desilusión fue tremenda cuando le dije que habías salido temprano

Sin resistir más sus palabras abandono el comedor, escucho claramente su "Huye cobarde", me encierro en mi habitación y no puedo hacer nada más que leer su carta; "Sigue tu vida ayudando a las personas como me ayudaste a mí" eso hice cuando me inscribí en un programa de ayuda, defendía a las reclusas que no podían pagar un abogado pero que tampoco les asignaban un abogado de oficio; "Se más condescendiente y cariñoso con Peyton, tu hija te ama mucho" la relación con mi hija había cambiado bastante, ahora si parecíamos padre e hija, cada que el tiempo me daba iba por ella a la escuela, salíamos a comer, al parque, al cine, todo gracias a Rose

"Enamórate de alguien que pueda corresponder tus sentimientos, eres un gran hombre nunca lo olvides"; todo lo que había escrito en la carta lo había hecho exceptuando este punto, más de un año había pasado pero aun no podía sacarla de mi mente, día tras día me torturaba el hecho de no haber luchado por ella, pero me torturaba más el poder lastimar a Candace y la familia de mi difunta esposa

Por Peyton me enteraba de algunas cosas que habían ocurrido en la vida de Rose, como el hecho de que las terapias habían funcionado pues sus pesadillas habían reducido bastante al punto de casi desaparecer, que ahora ya no ocupaba el respirador para dormir, Leyna también me comento que había vuelto a la universidad para cursar su último año de carrera por lo que pronto estaría graduándose

– ¿Desayunas? – Leyna me pregunto a la mañana – ¿Café?

– Tengo audiencia así que no puedo, nos vemos por la tarde

– Peyton llega hoy

– Lo sé, estaré aquí para cuando llegue

Sin decirle más abandono la casa, al llegar al juzgado encuentro a Dennis mi defendida; le doy una sonrisa pues estoy más que seguro que la sacare de prisión y recuperaremos la custodia de sus hijos; tras largos alegatos de mi contrincante me levanto más que seguro, cuando comienzo a desglosar todas las pruebas más de una vez la familia del adversario se levanta a gritarme cosas, pero son mandados a callar por el juez

Obsesión Peligrosa. [COMPLETA ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora