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Se suele decir que, los Arianos, tienen una energía envidiable que, a veces, los lleva a ser agresivos, inquietos, argumentativos, y tercos, siendo MinSeok un claro ejemplo de ello, aunque también se decía que eran buenos besadores, y que simbolizan el renacimiento, siendo por qué el omega no se rendiría; era un luchador por naturaleza, y se negaba a dejar ir al hombre que ama, al que el destino dictaminó como suyo.
Era el décimo octavo cumpleaños del omega, y desde hacía tres meses, JongDae había dejado la casa, justo después de navidad, y apenas si se habían visto, hasta esa noche; JongDae estaba incluso más apuesto, luciendo más tatuajes en su piel, aquellos que ocultaba bajo sus camisetas de cuello alto, cada vez que recibía la visita de sus suegros, pero aquellos que MinSeok estaba besando, uno, por uno.
—No deberíamos estar haciendo esto, está mal, y ya debería irme. –murmuró el alfa, sin realmente querer irse, sin apartar al mayor quien, tras haberle quitado su camiseta, y sentarse sobre él, le observaba atentamente, con una traviesa sonrisa pintada en el rostro.
—No, no deberíamos, pero lo deseamos, y además... Es mi cumpleaños. –comentó, formando un mohín con sus labios, antes de tomarle el rostro con ambas manos, y juntar sus labios una vez más, sabiendo que estaba jugando sucio, porque, aunque el menor lo intentase, no podía resistirse a su compañero; su aroma lo llamaba cada noche.
Había muchas cosas que estaban mal con lo que estaban haciendo, pero cuando lo que está bien, y mal, se mezclan entre sí, y llegan al punto de no poder diferenciarse, ¿que deberían hacer?; JongDae quería usar la razón, irse por el sentido común, en lugar de seguir lo que su corazón dictaba, porque de ser así, tomaría a MinSeok con tanta pasión que se consumiría, y dejaría de importarle las consecuencias que aquello traería.
Estaba entre lo bueno, y lo malo, entre la razón, y el corazón, diciéndose a sí mismo que estaba mal, muy mal, engañar a su novia, porque él se tomaba muy seriamente las relaciones, y por otra parte, besar la dulce boca, y acariciar el suave cuerpo del mayor se sentía tan bien; ¿cómo algo así de hermoso, podría ser malo?, y ¿por qué su lobo estaba tomando completo control sobre él?
MinSeok solo había necesitado separarse, solo un poco, y quitarse su camiseta, para que todo dejara de importar; el mayor sabía que, seducirlo para hacer el amor con él, no era la solución a todo, y que en realidad no era lo mejor que se le había ocurrido, porque, el sexo no lo era todo, y aunque ellos habían tenido algo más que eso, no podía evitar desearlo, no cuando su lobo necesitaba, desesperadamente, el aroma a menta sobre él.
Para cuando bajó su pantalón, y boxer, JongDae ya le había girado en la cama, quedando sobre él, repartiendo besos sobre su enorme tatuaje de luna, aquel sobre su cadera izquierda; no era la primera vez que el menor lo veía, claro, debido a que, fue él quien lo hizo, y la diosa sabe lo mucho que luchó para no tomar al omega en su trabajo.
MinSeok llevaba queriendo un tatuaje desde hacía mucho tiempo, y su trabajo le había hecho ganar lo suficiente como para hacerlo, aunque claro, no quería que cualquier tatuador se lo hiciera, él quería a JongDae como su primero, y lo fue; JongDae tenía un toque especial en su arte, era más suave, disfrutando del realismo a color, terminando por hacerle una medialuna de flores, y aunque era un tatuaje marcado como femenino, quedaba hermoso en su piel, y ubicación, teniendo tonalidades rosas, violetas, y azules.
¿Quién decía que la flores solo debían ser para las mujeres?, él amaba las flores, así como también debía haber mujeres que disfrutaban del estilo japonés, aquel que, decían, solo los hombres usaban, era una mierda; si él quería tatuarse una jodida mariposa rosa brillante en la frente, lo haría, y nadie podría decirle nada, porque aquello de separar cosas por género siempre fue una mierda.
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Mi Omega VI: Mi tonto omega «ChenMin»
Fanfiction🌸Historia Original. Sexto libro de la serie: Mi Omega. Uno nunca sabe lo que tiene, hasta que lo pierde, y eso, MinSeok, lo sabe muy bien. Adoptados por el líder Kim, de Seúl, y su compañero, MinSeok, y JongDae fueron criados como hermanos, más o m...