Mi Omega VI: Mi tonto omega «ChenMin»

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—¿Estás bien? –cuestionó ChanYeol, una vez encontró al mayor, en el balcón de la casa; habían estado en una fiesta, los tres hermanos juntos, lo cual había sido un enorme error, si le preguntaban a JongDae.

—Nunca estuve mejor. –mintió, siendo más que claro en el tono sarcástico que utilizó, mientras exhalaba, creando una enorme nube de humo, antes de dar una nueva calada a su cigarrillo.– Fue un error venir. –admitió luego, negando con la cabeza.

Los días habían ido pasando, así como las semanas, y con ello, los meses, llegando así al cumpleaños propio, e incluso, hasta el de ChanYeol; ahora, los tres hermanos de quince años, se encontraban en una fiesta pre-vacaciones, donde para horror de JongDae, vio a MinSeok con alguien más, y no era necesario explicar cómo se sentía al respecto.

Él había estado con otros omegas, pero nunca los besó cuando MinSeok estaba presente, procurando que, cuando estaba a la busca de alguien con quién pasar la noche, directamente no iba a los mismos lugares que el mayor, no queriendo que lo vea, ni queriendo verlo a él, pero esa no era una preocupación para el mayor, claramente; fue un estúpido que, creyó, sumergido en su gran estupidez, o fe ciega, que MinSeok se sentiría de la misma manera, y tendría la delicadeza de no hacer esas cosas frente a él.

—¿Quieres hablar de ello? –murmuró después de un rato, encendiendo un cigarrillo propio, dejando de lado la fiesta, y todo lo demás.– No tengo porqué meterme entre ustedes, pero, son compañeros destinados, ¿no es así?, ¿por qué no están emparejados?

—Porque él no quiere, porque no soy lo suficientemente bueno para él aún; soy un aprendiz de tatuador, por Dios, y quién sabe cuánto tiempo más estaré así. –gruñó, terminando su cerveza, antes de lanzar, muy lejos, la lata vacía, y agregar:– Hay algo en él que, no sé por qué, aún nos oculta; cada vez que mi lobo quiere marcarlo, él entra en pánico, y lo único que puedo hacer es, esperar algo que, tal vez, jamás llegue.

»—Prefiere ser un omega de luna que mi esposo, ¿qué dice eso de mí? –bufó, no pudiendo ocultar su disgusto, aquel enojo que lo mataba por dentro; apenas se atrevió a mirar hacia atrás, y allí, a lo lejos, estaba MinSeok, mirándolo a él, a pesar de que tenía a un alfa hablándole al oído.–, ¿qué dice eso de nosotros? –añadió, casi en un susurro, volviendo su atención hacia el frente.

»—Ni siquiera debería sentirme culpable, porque, es lo que él quería; si él puede hacer con su culo lo que quiera, yo también tengo derecho de hacerlo con mi pene, ¿cierto? –dijo, apresuradamente, dejando al menor boqueando como un pez, balbuceando cosas como, “Uh, sí, eso creo...”, a lo que él simplemente asintió.– Es una mierda, pero no debes preocuparte por ello; ¿quién es?

—¿Quién es quién? –balbuceó nervioso, mirando hacia todas partes, menos al mayor, quien arqueó una ceja.

—Actúas pésimo. –se burló, echándose a reír ante la mueca del menor, viéndose descubierto.– ¿Quién es, la omega, con quién andas jugando esta vez? –añadió.

—Su nombre es HyunAh, me la presentó HyoJong hace un tiempo... –dijo finalmente, mirándole de reojo, mientras el mayor bebía una nueva cerveza.–, y como que tiene once años. –confesó, ganándose la completa atención del mayor, quien abrió la boca, en shock.

—¿HyunAh?, ¿hablas de esa Kim HyunAh? –chilló una voz que, claramente, no era la de JongDae; MinSeok le miró con la boca abierta, y negó con la cabeza, cerrando la puerta del balcón, justo detrás de él.–, tienes que estar de broma.

—No, no lo estoy, ¿por qué? –cuestionó, frunciendo el ceño cuando el omega rió sin gracia, sin detener sus negaciones con la cabeza; JongDae aún le miraba en completo silencio, de hecho, apenas parecía respirar, ya que no movía un solo músculo.