Mi Omega VI: Mi tonto omega «ChenMin»

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MinSeok respiró profundamente, intentando calmar sus nervios, conforme más se acercaban a la casa del líder, y entrelazó sus dedos con los de JongDae, quien le aseguró que todo estaría bien, pero él no estaba seguro; SungMin había hablado con DongHae, el omega de HyukJae, un amigo de su marido, y ellos tampoco podían tener a los cachorros en su casa, debido al poco espacio que tenían, y por más que quisieran cuidar a los cachorros, no había espacio suficiente, a lo que KyuHyun, tras dos días, fue a la casa del líder, en busca de un nuevo hogar para los menores.

En menos de una semana, la pareja líder estaba pasando por el peor momento de todos, debido al padre de uno de ellos; la manada no lo sabía, hasta que todo había pasado, y presentaron su inmensa tristeza, enviando flores a la casa del líder, y manteniéndose alejados, para no molestarles. YiXing, el omega de la manada, había estado embarazado, e incluso, él, y su marido, apenas habían descubierto su estado cuando fue secuestrado, y torturado, hasta que perdió al que sería su segundo hijo.

JongDae le aseguró que, donde iban a vivir ahora, estarían ChanYeol, y ZiTao, un omega mayor que ya había conocido, pero de igual manera él estaba nervioso; estaba en una ciudad, cuando antes vivía en el bosque, completamente solo, cuando antes tenía a sus padres, en otro territorio donde no tenía una manada, cuando antes si la tenía. Estaba aterrado; temeroso a no ser aceptado por los demás, por ser abandonado, y dejado a su suerte, completamente solo, o ser culpado por las acciones de su "tía", Yoona, quien le dio luz verde al hombre malo para hacerle daño a la pareja del líder Kim, uno de los hombres que le salvó de aquella mujer horrible.

MinSeok había escuchado la conversación de SungMin con DongHae, cuando ambos omegas se reunieron en la casa del primero, el mayor, y se lamentaron por la pareja del líder; el pequeño se sentía culpable por ello, debido a que se enteró que su tía había sido una traidora, y a pesar de que él no la recordaba mucho, compartían algo de sangre.

Él estaba seguro de que el líder lo iba a abandonar, en especial cuando JongDae le contó cómo murieron sus padres; él ya sabía que aquel hombre malo los había matado, pero no sabía que, nuevamente, por culpa de su tía, ese hombre supo dónde estaba la pareja del líder, asesinando a los padres de JongDae, cuando este estaba escondido en un armario.

Cuando el auto finalmente se detuvo, observó la enorme, y preciosa casa, la única que estaba sobre aquella colina, teniendo al bosque detrás; estaba alejada de la ciudad, solo a unos quince minutos en auto, y ya les esperaba JunMyeon, parado en su patio delantero, sonriéndoles con dulzura al verlos bajar del auto, intercambiando un par de palabras con KyuHyun, al momento de que un hermoso omega salió de la casa.

Era alto, no mucho, pero si lo suficiente como para parecerle gigante al pequeño cachorro de cuatro años; ambos cachorros bajaron del auto, pero fue JongDae el primero en correr en su dirección, dejando al mayor sorprendido, y un poco avergonzado.

Había caminado con algo de dificultad, ya que aún le dolía un poco el cuerpo, y los golpes no habían sanado por completo, dejándole algo débil, aun así, se arrodilló con cuidado, sintiéndose culpable por la mirada preocupada de JongDae; MinSeok le observó detenidamente, aún oculto detrás del joven alfa.

—¡XingXing! –gritó JongDae, mientras corría en su dirección, abrazándole con fuerza, inmensamente feliz de verle vivo, a pesar de estar herido aún.– Yo voy a protegerte ahora. –prometió, y el mayor, sin previo aviso, rompió en llanto, preocupando al menor.– No llores, por favor... No llores. –pidió con dulzura, haciéndole llorar aún más, en lo que era nuevamente abrazado por los cortos bracitos del alfa, hasta que calmó su llanto.

Solo cuando el pequeño alfa se fue corriendo en busca de su mejor amigo, él pudo tener un momento a solas con el cachorro; MinSeok era un pequeño omega, de un precioso color castaño, y ojos azules, asustado por las nuevas personas a su cargo.