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MinSeok observó la diminuta píldora, la que le tocaba ese día, y suspiró pesadamente, antes de tomarla, deseando que su vida fuera menos difícil; él estaba seguro que había algo mal en su cuerpo, porque su primer celo pasó en marzo, poco antes de su cumpleaños, así que, su segundo celo debió ser en septiembre, pero nunca llegó.

Ahora estaban en los últimos días de diciembre, y él, junto con JongDae, eran los únicos que estaban en casa, ya que desaprobaron matemáticas; esa vez, cuando estuvieron detrás de las gradas, fue la primera, pero no la última vez que se saltaron alguna clase, y eso los llevó a desaprobar la materia, entre otras.

ChanYeol, como el cerebrito que era, aprobó matemáticas con un enorme, y brillante diez, lo cual no les sorprendió, pero aún así, el que la pareja desaprobara las mismas materias, sí; MinSeok se sintió muy apenado cuando fue regañado por sus padres, ya que escondió sus notas hasta último momento, cambiando los planes de vacaciones.

Se supone que saldrían todos juntos, ya que YiFan, y Tao, estaban de vacaciones en la otra punta de Corea, hasta que ellos dieron las noticias; a pesar de que pasaron la navidad juntos, y que sus padres se negaron a dejarlos solos, de alguna manera, JongDae logró persuadirlos.

El día anterior habían terminado con los exámenes, y habían pasado de grado, pero eso no calmó del todo los nervios del omega; el doctor Woo le aseguró que, los omegas en general, pasaban por aquello la primera vez que llegaba su celo. Era normal que se atrasara, ya que su cuerpo estaba acostumbrándose a los cambios, y sus hormonas se alborotaban por casi cualquier cosa, así que, las píldoras anticonceptivas, eran una ayuda en ese aspecto; se supone que regulan las hormonas, además de prevenir un posible embarazo, a pesar de no ser completamente confiables, claro.

Rio bajito cuando, al llegar a la cocina, encontró a JongDae, recalentando la pizza que había sobrado la noche anterior, mientras hablaba por teléfono, muy seguramente con sus padres, al igual que todos los días desde que quedaron solos; si pasaba otro día comiendo pizza, iba a gritar. Todos los días, durante dos semanas, comieron únicamente pizza, y no lo mal entiendan, él amaba la pizza, en especial la de pepperoni, pero estaba cansado de comerla durante tanto tiempo.

Si seguían así, pronto dejarían de ser lobos, él cambiaría su nombre a Raphael, y sería una tortuga mutante.

—Estuve pensando en que, tal vez, deberíamos cambiar el menú, ¿qué dices, Mikey? –se burló, guiñándole un ojo, haciéndole reír ante la clara referencia.

—Bien, aunque amo la pizza, voy a darte un punto a favor; si seguimos por este camino, realmente voy a cambiar mi nombre a Michelangelo. –admitió, sacando la pizza del horno, tomándole mucho trabajo el comer, ya cansado de ser siempre lo mismo.

No es que ellos no supieran cocinar, porque lo hacían, más o menos; ellos sabían lo básico, en especial MinSeok, pero debido a que pasaron su tiempo estudiando para los exámenes, habían optado por algo rápido, y que no hiciera trabajar al tío KiBum, quien iba a verlos una, o dos veces a la semana, a pedido de sus padres, claramente.

»—DaHye me invitó a un festival, en la noche. –comentó, tímidamente, mientras comían, ganándose una rara mirada por parte del mayor; MinSeok alzó una ceja, no sorprendiéndose de la invitación, pero si algo, muy, celoso.

No era idiota; él sabía muy bien que, DaHye, aún tenía ese enamoramiento por JongDae, ¿qué otra razón había, para solo invitarlo a él, si no tenía planeado algo?, tal vez algún, "beso accidental", como cuando estaban en la primaria.

—Ah, ¿sí?, ¿por qué no me sorprende? –gruñó, empujando, su plato vacío, por la mesa; JongDae le miró, claramente divertido ante sus obvios celos, antes de levantar los platos usados.

Mi Omega VI: Mi tonto omega «ChenMin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora