Capítulo 1

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Tuve un día súper agotado ya necesito llegar a mi casa para descansar. Es sábado, pienso, joder debo ir a la Iglesia hoy. Dios ayúdame no quiero ir, estoy súper cansada, esta reunión me está dejando agotada, quiero saber cuándo este maestro terminara, lleva 1 hora hablando, lo que tenemos pasar para recibir un diploma, si en 2 meses me graduó de auxiliar en contabilidad.

Llegando a mi casa después la larga reunión y me encontré a mi hermano alistándose para ir al culto, pues no voy a ir estoy súper cansada, pensé, mejor me quedo aquí en casa, en ese momento me interrumpe la voz de mi hermano.

- Alístate que tú vas. Le cuestione que por qué tenía que ir.

- Debes ir, tú no te vas a quedar en la casa, en nada, así que alístate que nos vamos. Me respondió.

Él es un hermano molesto de estos que te celan a un extremo que no sabes ni que hacer, me fije en la ropa que llevaba puesta y mi ropa estaba bien no pensé en cambiarla me quede con ella y sólo me puse un chaqueta para el frío, así estaba mejor. En pocos minutos ya él estaba listo, como siempre yo llamándolo para que salga rápido a lo que el siempre ignora, nos fuimos. Tuvimos una larga práctica en el camino.

- ¿La Iglesia es lejos? pregunté.

- No ya solos nos faltan 3 esquina para llegar. Respondió.

Llegamos después de un largo camino, no quería entrar me sentí a rara no sé qué me pasaba, saludé a unas personas que estaba fuera y espere a que el acomodara el motor y me decidí a entrar detrás de el sin saber con lo que me encontraría, hay estaba el, tan sonriente, tan bello, tan dulce, me senté delante de él, no sabía que hacer o como disimular para verle, lo miraba entre ojos y siempre sonreía, llego el coro de las ofrendas no me quería para y justamente en ese momento me habló.

- ¿Quieres llevar alguna ofrenda? Pregunto el con una dulce voz.

- Si claro. Respondí con los nervios de puntas.

Momentos después no me pude contener y salí, fui al colmado compre una agua bebí y volví a entrar y el no paraba de mirarme era tan hermoso.

Miro atrás y veo que él se para y sale con su amigo Mark, él es una súper persona, sus padres iban a la misma iglesia que yo hasta que su padre hizo su propia iglesia, estaba ansiosa por qué se terminará el culto, al final se terminó el culto, salir y ahí estaba el; hablando se veía tan lindo, cruzábamos miradas pero nadie se atrevía a hablarse, llego la hora de irnos está loca por llegar a casa, pero lo vi andaba con una chica pensé que ella era su novia sentí muchos celos sin saber quién era ella o mejor dicho sin él y yo ser nada, como le explicamos al corazón que no se enamore así, llegue a casa y lo primero que hice fue buscarlo en Facebook para escribirle, tarde mucho buscándolo no sabía cómo se llamaba se me hizo muy difícil, luego me acordé que el andaba con Mark, el si lo conozco, lo busque en sus amigos y lo encontré, entre a nuestro chat y una gran sorpresa me encontré él me había hablado dos meses antes.

- ¿Qué hago? Me pregunté.

No sabía qué hacer, me sentía avergonzada por no hacerle respondido tarde 10 minutos preguntándome si le respondo o no le respondo pero le respondí, fue como los servicios del teléfono que cuando inserta el código te responde de una vez, eso mismo paso cuando aquel Hola se envió llegó otro acompañado de un buenas noches, me sentía tan avergonzad que no sabía que decir y lo único que me salió.

- Wau que raro está el nuevo Messenger, no lo había visto antes lo había desinstalado y lo instale ahora pero no me gusta. A lo que el respondió.

- Si quieres te regalo mi número.

Recuerdo que esa noche me reí mucho con él, pasamos esa noche entera hablando y conociendo más de cada uno. A pesar de que me sentía avergonzada. Saben lo que es acostarse a las 3 de la mañana hablando con una persona cuando sabes que al otro día es domingo y tienes que levantarte temprano pues eso a mí no me importó y supongo que a el tampoco.

Eran las 7:30 de la mañana cuando sentí que entraron a mi habitación, por los choques con las cosas y los ruidos deduje que era mi papá.

- Vamos despierta, es hora de levantarse. Escuche entre sueño.

- Otro ratito más, por favor. Le suplique y a lo que él nunca le importó.

Me levanté y me dirigí al baño, me quite la pijama y entre a la ducha, me di un largo baño, pensando en todo lo que había pasado en esa noche, es tan lindo, Dios mío que hago, no me quería enamorar, otra vez no, salí de una relación muy tóxica como dicen pero que podía hacer yo, estaba falta de amor y la pérdida de mi mejor amigo me hizo conocerlo, que clase de persona se enamora en un cementerio, pues yo, ni yo lo puedo creer, fue una de esas relaciones donde te llevas de todo lo que tu pareja te dice y de sus perdones por cosas que una persona normal perdonaría, luego me acordándome que sería una futura psicóloga, ¿qué psicólogo es normal en esta vida?, quien le perdona una infidelidad en los ojos a otra persona y no tanto eso con tu mejor amiga, ya no podemos creer en las personas que llevamos años conociendo y a la cual la llamamos mejores amigos, escuché tocar la puerta me sacaron de mis pensamiento y ya me imaginaba quien podía ser, mi hermano, él siempre me interrumpe en los mejores momentos.

- Date prisa, necesito entrar. Escuche decir detrás de la puerta.

Joder como vives con un hermano molesto y eso que sólo vivo con el los fines de semana.

TODO LO QUE FUIMOS Y EN TODO LO QUE NOS CONVIRTIERON.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora