CAPITULO 4: LA ANOMALÍA.

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Bitácora de Vuelo, Fecha Estelar 5325.2

"La USS Stellaris se dirige hacia la base estelar Omicron IV a investigar una supuesta anomalía física que según palabras de los propios afectados, es "inexplicable", nos dirigimos hacia dicho lugar para verificar la veracidad de los hechos explicados"

En el puente, el capitán Sam se encontraba en la silla central de mando observando que todo saliera bien, y como todo salía bien. El ingeniero Parfons y Xaph controlaban el timonel y el rumbo de la Stellaris, Atlas verificaba todas las tareas de energía de la nave. La teniente Vagatha proporcionaba información valiosa para la siguiente misión y Lia...bueno...ella como siempre, solo observaba sin interés.

—Capitán, nos acercamos a la base estelar, nuestra llegada será dentro de 5 horas.

—Bien...¿Hay algún informe al respecto teniente Vagatha?

—Si capitán, los ingenieros nos reportan que la situación se agrava conforme pasa más el tiempo.

—Entendido, señor Parfons, a velocidad 4, necesitamos estar en la base en menos de 10 minutos.

—Entendido Capitán, velocidad 4 en proceso ahora.

La nave activo los motores y un intenso haz de luz azul ilumino los motores de los costados, despego en un gran impulso dejando un haz de hidrógeno quemado, yendo hacia las estrellas.

(...)

En las cercanías del planeta Marte, exactamente en la base estelar Valkiria XIX, la nave K.W. Loki aterrizaba sobre la plataforma de aterrizaje, de esta, 24 hombres descendieron usando trajes hiperespaciales. Ingresaron por la compuerta que se abría automáticamente, los compresores se sellaron y el estabilizador de oxígeno aseguro la zona para un ambiente respirable y libre de radiación cósmica.

Sin dudas, la base Valkiria XIX era una gran hazaña en ingeniería por parte de los científicos del Consorcio, sin embargo esa era apenas una de las mil maravillas espaciales que poseían.

El general Titus Cromwell esperaba al Jefe y a sus hombres. El "Jefe" era el apodo asignado al mayor Heinrich Voytek, un hombre de estatura media y tez morena, tenía una cicatriz en la ceja izquierda y una herida de bala cicatrizada en el hombro derecho, signos de que era alguien experimentado en combate. Sin embargo, aquellas experiencias en combate le habían traído efectos secundarios severos a la psique de Voytek, ya que, de vez en cuando, debía tomar una medicación muy específica y severa cada cierto periodo de tiempo, y ahí, en la base Valkiria XIX es donde la conseguiría.

—¿Cómo va todo mayor? — preguntó el general Oliver Splatson.

—Ya sabes, es la misma mierda de siempre, los hippies de la LSU navegando a diferentes puntos del espacio mientras nosotros nos dedicamos a conquistarlo de verdad.

Voytek y sus 24 hombres cruzaron la puerta a la sección de comedor, allí descansarían y retomarían fuerzas, y tal vez tomarían algunas provisiones para las siguientes misiones. Voytek, un hombre de psique frágil, le apetecían unas chuletas de cerdo rostizadas con puré de papá y espagueti, al fin y al cabo, ese debía ser su día libre.

—¡¡Muy bien putitas, escúchenme bien!! — profirió Voytek muy emocionado—¡¡ Mañana iremos a matar Xenos al planeta Farwell en la constelación de capricornio, así que aliméntense bien y duerman como osos, porque mañana nos espera una gran batalla!!

—¡¡Si, sangre de Xenos será manchada sobre nuestros cuerpos, y luego nosotros nos reiremos de sus hijos muertos!! — exclamo el soldado Chapel, el segundo hombre favorito del Mayor Voytek.

STELLARIS®Where stories live. Discover now