Capítulo 1 "Inicio".

12.5K 510 155
                                    

Es un alivio que en todos los años que han pasado desde que derrotaron a Naraku, no ha vuelto a aparecer un enemigo que sea capaz de derrotar a Sesshomaru, Inuyasha, Kagome, Miroku, Sango, entre otros amigos que conocieron.

Sin embargo, eso no significa que no haya otros que intentan atacarlos, pero como es lógico, nunca pueden hacerles gran daño.

En todos los años que pasaron, Rin estuvo más que contenta de que Sesshomaru en ningún momento dejó de ir a visitarla a la aldea, a veces en compañía de Jaken y Ah-Un, siempre llevándole algún presente que ella sin lugar a dudas atesora. Ni siquiera sus visitas disminuyeron cuando Jaken le contó que el peli-plata tomó el lugar de su padre Inu No Taisho, como el Lord del Oeste.

Dos años antes de que la castaña les dijera a todos cual a sido su decisión, Sesshomaru fue consciente del cariño distinto que empezó a sentir por ella, al principio fue difícil aceptarlo. Siempre ha sentido una tranquilidad, incluso felicidad por tener la compañía de ella, a pesar de que en ningún momento lo demostró. Esa inexplicable sensación al verla esperando por él en alguna parte de la aldea o alrededor de ella, de su dulce aroma, de la sonrisa que le muestra la castaña en cuanto lo ve a lo lejos, corriendo para disminuir cuanto antes la distancia entre ellos. Ella nunca dejó su forma de ser.

Luego de que aceptó todo lo que comenzó a sentir, no quiso que de algún modo ella lo supiera, no quería que la castaña se sintiera presionada u obligada en regresar a su lado, si lo que realmente quería era permanecer en la aldea con todas las personas que convivió en esos años, estar en compañía de sus mejores amigos Shippo y Kohaku, casarse con algún aldeano del que se haya enamorado.

A decir verdad, se esperaba más el que ella decidiera quedarse en la aldea, después de todo a convivido mucho más tiempo con ellos que con él, tal vez alguno la convenció de que no es bueno estar a su lado. Así que se sorprendió cuando llegó el día y la castaña dijo lo contrario a lo que se imagino. En cuanto dijo su decisión, la castaña no dudo ni un segundo en acercarse lo suficiente a Sesshomaru para abrazarlo, sin importar los gritos que dio Jaken al verla hacer eso, pero sin poder ocultar de alguna forma la felicidad en su voz. Cuando sintió que el peli-plata le devolvió levemente el abrazo, no dudo en hacerlo con más fuerza, contenta porque correspondió.

Desde ese día luego de despedirse de cada uno de sus amigos y agradecerles, fue llevada al palacio.

Los primeros días fueron un poco complicados para ella, de poder adaptarse a vivir en el palacio, sería una mentira decir que los soldados no se sorprendieron al verla llegar con Sesshomaru, Jaken y Ah-Un, ninguno espero que el lord llevara al palacio a una humana, sin importar que a veces cuando regresaba tenía ligeramente el aroma de una, ni siquiera lo esperaron los pocos que supieron por Jaken acerca de cómo conocieron a Rin y como ella quiso seguirlos.

Aunque claro, todos poco a poco se fueron acostumbrando a la presencia de la castaña, de verla correr, sonreírles, reír, cantar, entre otras cosas. No importa que fuera humana, empezaron a apreciarla y a entender la razón por la que Sesshomaru nunca la abandonó.

Teniéndola a su lado después de mucho tiempo y siendo consciente de lo que siente, no dudo en tratar de demostrarle a su forma, lo importante que es para él y acerca de sus sentimientos. Rin se puso sumamente feliz de saber que aquel poderoso youkai siente lo mismo que ella.

Incluso los soldados y Jaken se alegraron por ellos, aunque claro, eso nunca impidió el hecho de que no regañara de vez en cuando a la castaña.

Todavía recuerdan lo que dijo Irasue al enterarse que Sesshomaru la marcó.

>>-Irasue: Era más que evidente que esto sucedería, así que espero que no tarden en darme unos nietos.<<

¿Una vida tranquila?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora