"Un cigarro es el tipo perfecto de un placer perfecto, según el poeta británico Oscar Wilde. Nunca leí "El retrato de Dorian Gray" (su única obra publicada) pero sí que conozco esa cita. Ella solía repetirla mucho".
Solté la barra metálica deslucida cuando nos detuvimos, y me apresuré para adueñarme del asiento del metro que acababa de quedar libre, entre una anciana canosa de piel muy arrugada, y un señor de unos cincuenta, que leía un periódico y olía demasiado fuerte a licor aunque tan solo eran las doce de la mañana. Me acomodé como pude en aquel espacio reducido en el que pasaría los próximos diez minutos hasta alcanzar mi destino, colocando mi mochila sobre mis piernas, dándole vueltas al cigarrillo sin encender entre mis dedos, y dirigiendo la vista al teléfono que sostenía en mi mano. Continué.
"¿Considero yo el tabaco un placer? Quizás. Me gusta fumar después de un buen polvo, no me jodan, ¿a quién no?"
Entre mis labios cubiertos de lápiz labial rojo anaranjado, se formó una pequeña sonrisa al leerlo. Probablemente mi primera sonrisa sincera de aquella mañana de mierda.
"Es como hacerte uno con el cigarro después de haberte liberado, te pierdes en ti mismo y todo a tu alrededor desaparece, tus preocupaciones, problemas y pensamientos. Se mezclan con el humo, que se los lleva y se desvanecen. Da igual la mujer o el hombre al que acabes de entregarte, por un lapso de tiempo el puto cigarro es siempre más cercano, él y tú estáis en paz".
Me detuve para mirar el cilindro entre mis dedos, con ganas crecientes de salir de esta abarrotada jaula subterránea para encenderlo. Me apetecía fumar porque estaba nerviosa. No recuerdo cuándo empecé a hacerlo con fines calmantes, y tampoco cuándo el tabaco se convirtió en un imprescindible para mí. "Una vez al año no hace daño", solía pensar al buscarlo en fiestas, luego recorté el dicho al mes, y ahora compraba dos benditos paquetes a la semana.
"Pero dejando el momento post-sexo a un lado, yo nunca conseguí verlo del todo como un placer, mucho menos uno perfecto. Más bien lo percibo como una dulce prohibición que te corroe el bolsillo, se rebela contra sanidad y le chupa el culo a las arcas del gobierno. Todos sabemos que mata, pero mueve mucho dinero, por eso nadie lo prohibe".
La multitud levantándose de sus asientos y la voz robótica femenina que anunciaba que la línea con inicio en Gwacheon acababa de alcanzar su destino en Ansan también me hizo a mí ponerme en pie. Me abrí paso como pude para bajar del metro, crucé callejones subterráneos siguiendo las indicaciones con forma de flecha y subiendo escaleras que me llevarían a la superficie, y saqué de la funda de mi teléfono un billete de 1000 wones para pasarlo por una máquina, que me abrió las puertas con una luz verde.
Por fin pude respirar aire fresco.
Mientras caminaba, saqué de la mochila un mechero, también la funda violeta grisáceo de mis auriculares inalámbricos de marca barata. Me los puse y llevé el cigarro entre mis labios rojos después de reproducir en aleatorio el mixtape "Agust D" en Spotify. "724148" fue la canción que sonó cuando le di la primera calada al cigarro, y seguí avanzando con el alter ego de mi rapero favorito hablándome al oído sobre sus inseguridades, fobia social y doble personalidad ante distintas personas y situaciones; sobre cómo avanzar a pesar de lo mucho que a veces cuesta expresar tus sentimientos para mantener a las personas a tu lado. Había aprendido cada línea, cada palabra de las diez obras maestras que eran las canciones de este álbum. Lo había escuchado hasta la saciedad, y no parecía querer cansarme.
Min Yoongi, Suga, Agust D. Yo lo llamaba arte.
Decidí posponer la lectura crítica sobre el tabaco que mi preciado autor anónimo posteó esta misma mañana en su blog personal, para fijar google maps en la pantalla. Ya la retomaría en otro momento, más tranquila a poder ser.
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WE GOT MARRIED | kth, pjm.
FanfictionEnamorarte de tu hermanastro no es algo fácil de sobrellevar, menos aún si él ya mantiene una feliz relación con tu mejor amiga. JoonAri es una joven amante de la lectura y con demasiado carácter a quien parece atraerle lo prohibido. ¿Cuántos golpes...