𝐏𝐫𝐨𝐥𝐨𝐠𝐨

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Cali, Colombia. [2018]

“... Me abandonas... ” murmuró. “... De nuevo” la angustia en sus palabras sobre llevaba con la marea.

El claro de luna alumbraba sobre sus rostros. “No pienses en eso ” el capo acarició su mejilla. “ Nunca existirá, distancia que nos quité estos sentimientos

Pero yo deseo. Amarte y tenerte a diario" el collar que ambos permanecían, choco entre dijes por el movimiento del mar.

Es insoportable está distancia ” la mujer de cabello oscuro, arrimó su cuerpo desnudo, al abrazarle.  “No quiero soportar una eternidad como la anterior para volver a reunirnos. Para tenerte

No será mucho tiempo...

“De eso no tienes seguridad” respondió. “ ¿Y cómo me encontrarás cuando salgas de allí? ¿Cómo sabrás dónde yo estaré? ” rechisto con histeria.

El hombre de cabello rubio, tomó su cintura. Apretando su ingle desnuda debajo de ella, suspiró. La joven cerró sus ojos, y le permitió bajar. Sus manos le apretaron con fuerza. “ Escúchame bien, cariño...

Dónde tu vayas, yo voy. Lo que tú veas, yo veré. Porque sé, que nunca tendré la seguridad que tengo... Cuando me regocijo en tu ardiente cariño" sus labios susurraron en su oído.

Así que ahora... Mi preciosa, necesito que te mantengas erguida tras mi ausencia. Siempre confío en que tú cuidarás mi nombre y espalda como yo cuido de tí

 Siempre confío en que tú cuidarás mi nombre y espalda como yo cuido de tí ”

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Las ilusiones nos hacen
perder el tiempo, además
de convertirnos
en seres infelices.
 

Kōbe, Japón [1990]

Érase una vez, en una cálida noche de verano, una joven comenzaba a despertar. Una ligera molestia en su brazo le despabilo por completo con precisión, en ella, había un suero conectado. Sus ojos rápidamente revolotearon buscando explicaciones, a su lado, un joven médico le realizaba varias revisiones.

— Hasta que al fin despiertas —  exclamó. El profesional viéndola de reojo continuo revisando el análisis con detenimiento. Un débil suspiro escapó de los labios de la paciente, se sentía abrumada; su intento de suicidio había fallado, otra vez.

— ¿Cuándo me puedo ir? — cuestionó con pesadez. Su garganta estaba reseca y ardía provocando que su voz sonara más grave de lo habitual, aun así no le importaba nada más que desaparecer de aquel sitio.

— Mañana en la mañana... Pero me gustaría darte una cita con el psiquiatra, si estás de acuerdo— ofreció amablemente.

— ¿Quién me trajo? — preguntó confundida mediante analizaba la situación, de que realmente se encontraba en un hospital. 

Su último recuerdo era borroso, era temprano por la mañana y había recibido una extraña llamada, luego, tomó la decisión. Cansada de su vida busco el largo cuchillo para picar verduras y tallo con fuerza sobre su brazo, un grito escapó de sus labios ante la herida. Divisó la enorme cantidad de sangre que derramaba y todo se volvió borroso después de ello.

— Tú vecino, dijo que oyó gritarte — respondió. Claro, su vecino André, hacía unos meses se había mudado a ese departamento y André era bastante atento con ella, habían logrado estrechar una amigable relación entre ellos.

— ¿Necesitas que llamemos a alguien? — cuestionó, ella simplemente negó con la cabeza. —¿Segura?. Necesitamos que un mayor firme para que te puedas retirar, joven.

— Tengo dieciocho soy mayor de edad — contestó con desdén. El doctor asintió y se retiró del lugar.

Al día siguiente la joven se encontraba de camino a su departamento, era el último fin de semana de vacaciones de verano antes de que comenzaran las clases de retorno. Aquel era su primer año universitario. A mitad de semestre había solicitado una beca de intercambio aunque solo faltaban un par de meses para terminar el semestre anual, prefería cambiar su rumbo, su universidad anterior era un sigilo de terroríficos recuerdos y una gran cadena a su pasado.

Hacía tan solo dos años habían muerto sus padres y su peor pesar, era, que eso no la deprimía realmente. Sus padres nunca fueron un gran ejemplo, negocios sucios, estafas y manos manchadas de sangre, de igual manera, el cariño nunca habia faltado. Su terrorífico asesinato habia salido en todas las noticias a nivel internacional; "Terrible asesinato a empresario y su familia", "Ataque de la mafia a famoso empresario", "Devastadora muerte de empresario y su familia". Sin embargo, de lo que nadie divulgaba, es que aquella muerte tenía nombre y apellido, una emboscada comandada por la peor de las amilamañas en la mafia, Danzou Shimura. 

Su padre, Kizashi Haruno, había sido durante años el líder del cartel polaco mas grande en el sur de Polonia. Que mal negocio y desesperado había implementado para mantener a la familia. Desde la devastadora partida de sus padres había quedado a cargo de su tía, la vida a su lado era un completo caos, malos tratos, diferentes agresiones y una inmensa mochila de culpa. "...Si no fuera por ti, tus padres no hubieran muerto..." no lo negaba, en ello tenia mucha razón. Sin embargo las agresiones de su tía eran simples raspones ante sus largas y grandes cicatrices ¿Acaso era normal anhelar morir a su edad?. 

Luego de un tiempo, la situación le rebalsaba, con mucha paciencia y persistencia se esmeró en sus calificaciones y pidió una beca al extranjero en un instituto terciario prestigioso de Japón, hablaba la lengua natal así que eso favoreció a la petición del intercambio.

Haruno Sakura desprendía en cada parte de su figura su descendencia europea. Su longevo y peculiar cabello, sus alargados ojos jades, un rostro acorazado con visible piel lisa y sensible. Sakura era una mujer muy atractiva y hermosa, su belleza irradiaba un carisma pacífico y lleno de tranquilidad, algo que esperarse de una joven de renombrada familia.

Su elección de intercambio había sido Japón, ya que allí era el único lugar donde un cálido abrazo le era esperado. Naruto Namikaze era el nombre de su primo no sanguíneo. Sus padres se habían conocido a muy corta edad, y entre ellos existía un fuerte lazo que los unia a ambos. La amistad entre su padre Kizashi y su tío Minato era irrompible.

Tras la presunta muerte de sus padres, Minato había ejecutado una orden de retención temporaria, ofreciéndose cómo titular de la misma. La susodicha, le fue absolutamente denegada a causa de no tener parentesco familiar sanguíneo, ni mucho menos un acuerdo previamente legal en caso de la muerte.

Sin embargo, aquello no detuvo la persistencia de la joven. El tiempo transcurre sin parar, ¿O a de realmente pasar? ¿O serán mis oídos los convencidos que aquel ruido regocijante para mi alma me indicara el final?. Un lunes por la mañana comenzaba su nueva vida. Aunque lo nuevo siempre fuese temerario y desconfiante, sus pensamientos no estaban ni cerca a lo que le esperaba por vivir...

𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐀 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora