𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐗

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- No es necesario que me lleves... - susurró por lo bajo mientras él conducía. Shisui bufó y apretó el volante de su auto Maserati MC20 - ¿Disculpa? No te oí - preguntó con desden.

En realidad si la había oído, fuerte y claro, su suave voz no pasó desapercibida por encima del ruido del motor, como tampoco su actuar desde que la saco del club. Hinata iba en completo silenció, la rapidez con la que manejaba la intimidaba - Shisui.. - llamó en voz baja.

La miró de reojo mientras aceleraba la velocidad, su dulce rostro de muñeca tenía una ligera expresión de pena - Iremos a mi hotel a hablar - contestó sin ninguna delicadeza.

- ¡¿Qué?! - chilló Hinata con sus mejillas sonrojadas.

- Ahí hablaremos - respondió con su voz sombría causándole un ligero escalofrío. ¿De qué quería hablar?.

Bastaron tan sólo un par de minutos para llegar a uno de los hoteles más lujosos en Kōbe. Hinata observó desde la ventanilla el enorme edificio de por lo menos 57 pisos, mientras se adentraban en la cochera.

- ¡Baja! - ordenó mientras le abría la puerta, Hinata se estremeció y delicadamente bajo del móvil aparcado. ¿Qué estaba haciendo?. Yendo al departamento de un desconocido por simple atracción, si su padre y su primo se llegarán a enterar la descuartizarian viva por su indecencia.

Shisui miro detenidamente la cara de pánico en el rostro de Hinata y ablando un poco su actitud. Con gentileza le ofreció su mano para guiarla, la suave y fría mano de ella se poso sobre la suya impregnando una corriente de calor sobre él.

- Ven - invitó mientras la guiaba por el estacionamiento, Hinata observaba con desconfianza todo a su alrededor aún que la calidez que Shisui le ofrecía la relajaba. Se detuvieron enfrente de las puerta de un ascensor.

Shisui colocó una llave por encima del botón del ascensor y luego lo presionó, se abrieron las puertas del mismo dando paso al interior del ascensor. Se humedecio sus labios mientras rezaba a Dios porque su mano no comenzará a sudar a causa de sus nervios.

- Hinata - hablo rompiendo la tensión del momento. Ella dirigió su mirada a sus oscuros ojos, al verlos pudo ver su oscuridad dentro, intento retroceder pero Shisui se lo impidió sosteniendola aún por su mano. - ¿Qué hacías con Toneri? - interrogó.

Tragó en seco antes de alentarse a responder - Él... Es amigo mío - respondió intimidada <<Vaya amigo>> se auto-reprendió.

Suspiró pesadamente antes de volver a hablar, la poca distancia atormentaba con despertar sus oscuros deseos. - Mírame Hinata - pidió cuando ella apartó su vista rompiendo la conexión, y era inevitable, sus ojos desprendían una insípida invitación al pecado, al deseo. Su corazón latía rápidamente y temia porque el pudiese oír su fuerte pulso, lentamente conectó de nuevo con sus ojos y casi cautivada por el fuerte olor a menta mezclado con cigarrillo que arremetió en su olfato, solo en ese instante fue conciente de la cercanía que había entre ambos.

Sus piernas comenzaban a flaquear, mientras un ligera vibración recorría por su estómago despertando emociones tan necesarias y anhelantes.

*Din*

El elevador privado abrió sus puertas en el último piso del edificio, dando paso al penthouse del hotel. El momento casi eterno llegó a su fin cuando Shisui se enderezó y poso su amplía mano en su espalda baja, para así adentrarla a su hogar. No le sorprendía en absoluto que uno de los capos de la mafia europea más temida y extensa vivieran en un lujoso hotel así, ni mucho menos que su penthouse ocupará los últimos tres pisos completos

Él desinteresado, la guió a través del lugar observando al detalle sus gestos. Con caballerosidad, un gesto muy particular en él, le ofreció tomar asiento en su cómoda sala de estar. - Hinata - hablo rompiendo el incómodo silencio, la tensión en el ambiente era casi palpable. Ella lo había dejado manipularla a su antojo desde que salieron del club, era una muñequita tan factible y dominable, eso le agradaba.

𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐀 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora