𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐕𝐈𝐈𝐈

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Abrió sus ojos con asombró al sentir como una mano se posaba en su muslo izquierdo y se deslizaba. Instintivamente e intentando disimular, dirigió su mirada a Sasuke, quién conversaba descaradamente con su hermano enfrente de la enorme mesa.

- ¿Sakura? - musito su futura suegra, ella rápidamente volteó la vista sonriendo por su desprevenida distracción.

- Pues... Aún no he comenzado con la planificación de la boda- comentó apenada.

- ¡Ay Bambina! - exclamó elevando un poco su tono de voz, Sakura agradecía que la familia de su primo estuviese al otro extremo de la enorme mesa para no oír.

- Sakura, tienes que comenzar con los preparativos. ¡No tienes mucho tiempo! - dijo Mikoto alzando una ceja en forma de reprochó. Y es que era casi inevitable, siempre añoro una hija, una dulce y preciosa muñeca tal cual y como Sakura. Ella era perfecta, la mayor bendición y gratitud que pudieron tener los Haruno, esa joven mujer brillaba por su hermosura y simpatía misma.

Sakura iba a responder pero al sentir la mano intrusa de Sasuke rozar por encima sus bragas solo pudo cerrar sus ojos y apretar sus labios para que sus gemidos se quedarán dentro.

Mikoto al no recibir respuesta decidió proseguir por si Sakura aún no entendía; - Sakura, tienen que casarse antes o durante los primeros meses en que Sasuke asuma el mando como líder... Después sería muy atareado... Y peligroso - lo último lo dijo casi en un susurró, pero lo suficiente audible para ella.

Intentó articular palabra alguna pero un dedo de Sasuke se infiltró por sus bragas. Apretó la servilleta sobre la mesa evitando escapar un gemido - Sasuke no me lo había mencionado - rebuscó como último recurso para que la dejara de exitar de esa forma tan cruel. Itachi soltó una carcajada y Sasuke detuvo su mano para mirarla, sus ojos negros se posaron en su blanquecino cuello expuesto, Sakura simplemente le evitó la mirada sabía que no escaparía tan fácil.

- Come hai fatto a non parlargliene?! (¿Cómo que no se lo mencionaste?) - exclamó Mikoto con voz irritada, Sakura reprimió una sonrisa apretando sus labios.

- Donna testarda - maldijo Sasuke por lo bajo, mientras escuchaba las inumerables reprimendas de su madre en italiano. Adoraba con su alma a su bella madre, pero reiteradas veces se preguntaba cómo su padre aguantaba a esa mujer tan quisquillosa.

- É tua moglie.

- Mama - exclamó Sasuke.

- Mikoto, ya - pidió Fugaku, desganadamente Mikoto obedeció a su esposo. - Sakura deberán casarse pronto... Entenderás que es por simple precaución - concluyó a la conversación.

- ¿Precaución? - preguntó interesada, y aún que no le desagradaba la idea de casarse cuánto antes. En su lugar hubiera preferido esperar unos cuantos meses más para preparar todo con comodidad.

- Bueno... Seguramente es algo que quizás ya sepas - respondió Itachi. - Como sabrás en un Cartel al cambiar de jefe o capo que lo maneja, quien generalmente es un hijo del jefe actual o socio allegado y de confianza. Las demás organizaciones toman este pequeño pasaje de mando para atacar y apoderarse de territorios - explicó.

- Si, eso es algo que ya sé - contestó con extrañez - Aún qué... Tengo entendido que su Cartel es uno de los más grandes y también más antigüos. ¿También les sucede a ustedes? Porque sinceramente es algo que dudó mucho.

<<Era de esperarse que fuese tan inteligente... Espero que sepa quedarse calladita>> pensó Fugaku. Él y su hijo mayor cruzaron miradas ambos comprendiendose en pensamientos.

Sakura los observó y en ese mismo momento se sintió el ser más inútil del mundo <<Puta mierda>>. Había hablado demás, sí, y eso era algo que no pasó desapercibido para ellos. ¿Cómo pudo ser tan ciega para no comprender que simplemente los querian casar cuánto antes por gusto propio?. Cómo si a una de las mafias más grandes y temidas les pudieran tocar territorio. Si tan sólo Sasuke no la hubiera exitado así estaría más alerta.

𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐀 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora