Capítulo 2: Comienza el descenso a la oscuridad.

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Capítulo 2: Comienza el descenso a la oscuridad.

Sinnoh no había cambiado mucho desde su primera visita, la realidad era que él esperaba volver con más calma y solo imaginar que ella estaba ahí recibiéndolo con su particular sonrisa y su mano en alto causaron una fría mirada en él al saber que no estaba para él y, aun peor, el que se la había llevado parecía ya haberlo intentado alejar. Solo bajar un par de policías tenían un cartel a su espera, nomas reconocerlo lo acompañaron a la patrulla y lo escoltaron rápido junto a su Pikachu directo a casa de su compañera. Cuando llegó, Johanna le recibió de forma cálida pero ambos estaban de la misma actitud, ella llena de tristeza y preocupación, él completamente frio solo pensando cómo recuperarla. La oficial Jenny lo puso al tanto, el día no podría haberse ido más rápido y tal era el grado de su preocupación que directamente no había probado bocado, no fue sino hasta que la propia Johanna insistió que comiera para poder tener energías.

La noche había llegado, Ash estaba aun pensando que lograr pero el cansancio poco a poco comenzó a ganarle hasta noquearlo. La noche se iría rápido de inicio pero entre sueños algo llamó su atención, un antiguo altar en lo profundo del bosque cerca de Hojas Gemelas con un símbolo extraño, el trayecto a recorrer, pero también una voz le dejaba en claro que debía ir solo. Cuando Ash recobró la conciencia ya había amanecido, estaba mejor que la noche anterior pero tenía ya un punto al cual dirigirse. Por un lado la oficial Jenny y Johanna aun parecían estar sorprendidas por la forma en que Ash se enteró de aquello, pero ya la situación era de lo más extraña, por ese mismo motivo la propia oficial llevó lo más cerca posible al pelinegro quien le agradeció y le dijo que cualquier cosa esperara por él en casa de Johanna, fue ahí que tras adentrarse solo por fin llegó a su destino.

— ¿Es esto? No parece... más que ruinas... solo un altar con extraña simbología... Pikachu creo que solo es un callejón sin salida.

— ¿Tan seguro estás? Quizás estas intentando ver como un simple mortal y no más allá de lo que puede... permitirte lo que te trajo aquí.

— ¿Quién eres? —Una figura similar a él avanzaba lento, su vestimenta era casi idéntica a él pero completamente negra con detalles en rojo en la gorra y chaleco, de hecho de no ser por eso y unos ojos rojizos diría que era su reflejo.

—Alguien que sabe en qué problema estás, alguien que fue enviado precisamente para acompañarte en tu... travesía.

— ¿Acompañarme? ¿Entonces sabes qué debo hacer aquí?

—El qué es precisamente algo que está guiando tu confuso corazón en estos momentos, Ash—Soltó con una voz ligeramente espectral pero extrañamente familiar.

Ash no sabía a qué se refería ese individuo, pero quizás debía simplemente olvidarse de todo lo demás y centrarse en aquello que lo había guiado hasta ese lugar. Cerró sus ojos y casi instintivamente su mano se posó sobre el altar y recordaba imágenes de ella, su sonrisa, su alegría, su apoyo, todo lo que ella hizo por él en aquel viaje había vuelto a sus recuerdos al grado que por instantes pareció sentir su mano, abrió los ojos por un extraño sonido observando un enorme portal con una escalera que descendía hacia lo profundo de la oscuridad, quedó sin voz tal como su amarillo compañero pero su "guía" lo sacó de sus pensamientos tomando su hombro.

—Bien hecho... ahora vamos, te guiaré en tu trayecto pero debo advertirte algo, esta peregrinación es tuya Ash, yo soy un mero guía, todo problema que enfrentemos deberás superarlo tú.

—No importa... por ella me enfrentaré hasta lo más poderoso que se encuentre ahí abajo.

—Un poco irónico lo que dices, joven Ketchum... no perdamos más tiempo, muchacho, es un camino largo—Soltó aquella figura.

Un Romance en los abismosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora